Ser peatón en Barcelona es un oficio de riesgo. Las bicicletas usurpan el espacio destinado a los viandantes, a pesar de lo que indican las
ordenanzas municipales:
Artículo 14. Bicicletas
6. En el caso de que no exista carril bici u otra vía de las especificadas en el artículo 14.1, las bicicletas podrán circular, excepto en momentos de aglomeración de peatones, por:
a) las aceras, andenes y paseos de más de 5 metros y 3 metros de espacio libre.
b) parques públicos y áreas de peatones.
c) zonas de prioridad invertida en los dos sentidos de circulación.
A los efectos expresados en este artículo, se entenderá que hay aglomeración cuando no sea posible conservar 1 metro de distancia entre la bicicleta y los peatones que circulen, o circular en línea recta 5 metros de forma continuada.
A quien quiera comprobar el incumplimiento sistemático de esta norma le sugiero que se ponga en la calle Tallers o Elisabets a cualquier hora: ahí verá a los ciclistas sortear peligrosamente a los peatones. Jamás he visto a un guardia multar a uno....
Los ciclistas se cobijan bajo una capa de deporte y ecología, pero la verdad es que no tiene maldita la gracia que un peatón tenga que ir mirando atrás todo el rato para evitar que un "deportista" le haga polvo una pierna: las bicis no hacen ruido, y por ello son doblemente peligrosas.
Por último querría volver sobre el tema, ya tocado, de las
motos en la acera. En el ánimo de ciertos motoristas ha calado el principio de que si se puede aparcar en la acera, se puede subir a ella en marcha, y ya que estás, pues andar un poco más y llegar más cerca de tu punto de destino,
todo por la acera. No me he dedicado a la caza y captura de estos indeseables, pero uno se tropieza constantemente con ellos, como este que recorrió veinte metros sorteando peatones y viejitas con carro, junto al mercado de Sant Gervasi hace pocos días.
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