Ambroggio Lorenzetti, Alegoría del Mal Gobierno,
Siena, Palazzo Pubblico,1338-1340

 

Sobre la "bestial paciencia" del pueblo


Escribe el enciclopedista del siglo XIV Francesc Eiximenis:

«Debes pensar que el pueblo, cuando se entrega a los príncipes, se entrega para ser mejor defendido, y para vivir en paz y para el buen gobierno de la cosa pública y, por consiguiente, establece entre ellos y los príncipes pactos ciertos, jurados, cerrados y convenidos entre ellos mismos; los cuales pactos han sido ocultados y silenciados por la larga prescripción y señoría de los príncipes, por los cuales el pueblo por largo tiempo fue bien regido, y por ello no se preocupaba de protestarlos, pues no hacía falta, pero después llegaron estos príncipes que tiranizan, y los pactos primeros, por largo tiempo silenciados, no aparecen. Y el pueblo quiere conservar una misma manera de subyugación y de reverencia a los príncipes presentes y a los pasados. Y los príncipes quieren ahora mayor subyugación que sus predecesores, y quieren tener más de sus vasallos que sus antecesores; y los pueblos no osan protestar las costumbres pasadas, que son testimonio de los pactos hechos al comienzo, y actúan así por la reverencia que tienen a la señoría, y por el miedo que tienen de ser infieles a la señoría, y por cuanto tienen poco valor y poco celo de la comunidad, y poca bondad y demasiado amor a sí mismos. Y esta su bestial paciencia hace cometer locuras a los príncipes».

N.B.: El adjetivo 'bestial' podía tener en la época dos sentidos: el de 'propio de las bestias', es decir, en este caso, de los esclavos, y también el de 'carente de buen juicio'.

Capítulo 548 del Dotzè del Crestià, edición de Curt Wittlin et alii, Girona, Col·legi Universitari de Girona & Diputació de Girona, 1986, pp. 184-185.
Gracias a Xavier Renedo por haberme llamado la atención sobre este pasaje, y haberme auxiliado en la traducción y texto original modernizado.
 

 

Versión original en catalán (modernizado)

«Deus pensar que lo poble, quan se donà als prínceps, s’hi donà per ésser mills defès, e per viure en pau e per bon estament de la cosa pública e, per consegüent, hac entre ells e los prínceps patis certs, jurats, fermats e convenguts entre si mateixs; los quals patis són tots amagats e callats per la llonga prescripció e senyoria dels prínceps, dels quals lo poble per llong temps fo bé regit, e per tal no curà d’al·legar-los, pus que no hi calia, e despuis són venguts aquests prínceps qui tiranegen, e los patits primers, llongament callats, no aparen. E lo poble vol servar una mateixa manera de subjugació e de reverència als presents e als passats. E los prínceps volen ara major subjugació que llurs predecessors, e volen haver més de llurs vassalls que los altres passats; e los pobles no gosen al·legar les costumes passades, qui són testimonis dels patis fets al començament. E açò fan per la reverència que han a la senyoria, e per paor que han de fer infeeltat a la senyoria, e per tal quant han poca virtut, e poc zel de la comunitat, e poca bonea e massa amor a si mateix. E aquesta llur bestial paciència fa eixorar los prínceps».

 

 

 

Creado, 8 de octubre del 2010