Enciclopedia del Lenguaje

de la Universidad de Cambridge

Manuel Seco

 

David Crystal, Enciclopedia del lenguaje de la Universidad de Cambridge. Madrid, Taurus, 1994, 476 páginas
Edición española dirigida por Juan Carlos Moreno Cabrera.
Responsables de la adaptación española: José Portolés, Mª Victoria Escandell, Manuel Leonetti, Tomás del Amo.
Coordinación y revisión general: José Antonio Millán
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Podemos afirmar que, en su firme trayectoria de divulgador de calidad, Crystal ha alcanzado la cima más alta en esta Enciclopedia. Que no se trata, sin más, de una obra dirigida al no especialista, lo atestigua el hecho de que la publica toda una Universidad de Cambridge. Pero, por otra parte, que tampoco se trata de una obra dirigida precisamente al especialista, lo demuestra el hecho de que esa misma Universidad ha publicado, destinado a él solo, un Panorama de la lingüística moderna de la Universidad de Cambridge, dirigido por Frederick Newmeyer. y cuya versión española, en 4 volúmenes, ha aparecido entre 1990 y 1992.

La Enciclopedia del lenguaje es una obra muy ambiciosa, y no solo por la gran amplitud y diversidad del público al que se orienta, que es todo el mundo, el conocedor y el desconocedor de los secretos del lenguaje. Es ambiciosa también por la enorme amplitud y variedad de los aspectos a que atiende. Piensen ustedes en cualquier recoveco del lenguaje, relativo a su naturaleza, a su sustancia, a su funcionamiento, a su uso, a su papel en la sociedad, a su presencia en el mundo; cualquier tema con él relacionado por raro que parezca; y búsquelo en los índices de la Enciclopedia: verá cómo siempre hay por lo menos una página en que se habla de él.

Esta policromía temática dentro de un campo unitario que es el lenguaje da al libro una apariencia sumamente variada, que se acentúa con la riqueza y amenidad de las ilustraciones y con la abundancia de desarrollos marginales sobre puntos concretos de interés. Pero policromía no es abigarramiento. Para mí, lo más digno de admiración en esta obra es la estructura lógica que ordena dentro de su red todo el universo del lenguaje, y en la cual cada una de las mil materias y cuestiones ocupa la casilla que parece creada para ella desde el principio de los tiempos.

En realidad. este cosmos organizador no es sino lo que exige un título como el de Enciclopedia. Porque enciclopedia no es lo que vulgarmente se entiende por tal: una explicación del mundo a través de los nombres de cosas y personas ordenados alfabéticamente, explicación barajada con la explicación del léxico de la lengua. Esa mezcla de palabras y cosas sin más criterio ordenador que el alfabeto no es enciclopedia, sino diccionario enciclopédico. Algo muy distinto.

Crystal, dentro del área limitada del lenguaje, mirando como prototipo la Enciclopedia de Diderot y D'Alembert, ha dividido en parcelas la inmensa realidad humana del hablar, las ha ordenado jerárquicamente y ha distribuido racionalmente en ellas todo lo que conforma esa realidad o está con ella relacionado. Solo la lectura del índice general, que reparte sus 65 capítulos entre 11 secciones, constituye, para quien sepa leerlo, todo un curso de lingüística.

La superficie variopinta de las páginas de la Enciclopedia, bajo la cual late una mente a la vez cartesiana e imaginativa, me ha hecho entender como lo más natural del mundo que el promotor y coordinador de la edición española haya sido José Antonio Millán. Aunque más renombrado como creador, José Antonio Millán es un lingüista sabio y travieso que desde un dominio riguroso y profundo de la ciencia del lenguaje ha sabido encararse, en volátiles páginas de periódico, con las manifestaciones más insólitas u olvidadas de la humana facultad expresiva, con un tratamiento humorístico que es la espuma de un serio conocimiento de la materia. Yo veo un parentesco entre las curiosidades y misterios del lenguaje revelados en esas páginas de José Antonio Millán y los misterios y curiosidades desplegados por David Crystal en su Enciclopedia.

Esta adaptación española, inspirada por José Antonio Millán, dirigida por otro lingüista de talla, Juan Carlos Moreno. y ejecutada por este mismo junto con Mª Victoria Escandell, Manuel Leonetti. José Portolés y Tomás del Amo, especialistas de no menos acreditada competencia, es una proeza digna de nuestra admiración. Se ha respetado página por página la distribución de la materia, de manera, por ejemplo, que la página 370 de la edición española corresponde precisamente al contenido de la página 370 de la inglesa. Cuento este dato como demostración del esmero con que se ha conservado la equilibrada distribución de toda la exposición. No es solo el difícil ajuste del volumen de cada párrafo traducido, al volumen del párrafo original, sino, más aún, la necesidad de adaptar al mundo de lengua española los numerosísimos desarrollos, excursos y ejemplos que en el original, lógicamente, se referían de modo exclusivo a la lengua inglesa. Hay que agradecer a los responsables de esta edición el ingente esfuerzo que han desarrollado para trasponer a nuestro ámbito lingüístico, uno por uno, todos los párrafos pensados primigeniamente para uso exclusivo de los lectores anglohablantes.

No perdamos de vista, además, que hay en el mundo lingüístico entidades que hasta ahora no tienen registrado un nombre en nuestro idioma. Pienso, por ejemplo, en centenares de lenguas exóticas que en esta edición aparecen novedosamente denominadas en forma española. Vemos en esto la mano de Juan Carlos Moreno, autor desde 1990 de un valioso libro, Lenguas del mundo, donde ya se enfrentó con decisión al problema de bautizar hispanamente buen número de lenguas remotas.

David Crystal y sus embajadores españoles han hecho, con la Enciclopedia, un notorio favor a la ciencia lingüística, al abrir de par en par sus puertas al asombro de todos. Y al decir todos incluyo a los propios lingüistas, que, encerrados en sus particulares celdillas, ignoran el quehacer y los logros de muchos de sus colegas, y tienen perdida la visión global del inmenso campo que ellos mismos trabajan. Que la lectura atenta y deleitosa de este hermoso libro nos sea a todos de provecho. Amén.

[Texto parcial de la intervención de D. Manuel Seco en el acto de presentación pública de la Enciclopedia, en Madrid, Biblioteca Nacional, 24 de mayo de 1994]

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