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Introducción
La industria editorial
produce, procesa y distribuye contenidos. Desde su nacimiento, el principal de estos
contenidos ha sido el texto; pronto, también imágenes; ya bastante más recientemente,
también sonido e imagen en movimiento.
Aunque desde siempre hemos tenido que tratar con los distintos medios de reproducir y
transmitir esos contenidos, los detalles materiales de estas actividades el cómo se
hacen y las sustancia que las soportan han venido siendo cuestiones técnicas que,
más allá de los departamentos de producción, no requerían mucha atención.
Al fin y al cabo, son muchos los cambios tecnológicos que han afectado a este sector
desde el nacimiento de la imprenta, y a todos ellos se ha adaptado, con mayor o menor
esfuerzo. Ahora nos toca adaptarnos al más reciente que quizá sea, además, uno de los
más trascendentes por su alcance e influencia sobre muchos aspectos distintos de la
actividad editorial: la digitalización de la información.
La era digital ha traído además un nuevo tipo de contenido que pasa a menudo,
indebidamente, desapercibido. Es el software, los programas: contenidos
activos que explotan, administran y manipulan a los demás de todas las formas
imaginables.
Toda la información digital está hecha de la misma sustancia: bits, o sea, números.
Y sin embargo, las distintas convenciones con que los ordenadores, y, por tanto, nosotros,
los interpretan y los representan, los distintos formatos convierten un
conjunto de bits en la Gioconda, otro en el Quijote, un tercero en Let it
be, y un cuarto en un programa que encuentra y nos muestra el pasaje pertinente del Quijote
cuando pinchamos sobre un mapa de la Mancha.
Y los formatos no son meros tecnicismos, sin mayores consecuencias. Por ejemplo: la
música se viene digitalizando y vendiéndose en formato digital desde hace 20
años. Sin embargo, hasta ahora las discográficas no sentían sus intereses amenazados;
ahora, sí; y la causa principal es la aparición de un formato: el MP3. La música MP3 no
es más digital que la que hay en los CDs, pero la compresión incorporada en el formato
junto con el oportuno abaratamiento de los discos hace asequible su
almacenamiento y transmisión para el gran público. Un tecnicismo de consecuencias
inmensas.
En definitiva, no parece posible desenvolverse en plena "revolución digital"
sin adquirir unos mínimos conocimientos sobre bits, formatos, compresiones, colores,
resoluciones, y unas cuantas cosas más
Programa
Unidades (bit, byte, KB, MB, GB, TB)
El texto digital
La representación digital del texto
7, 8, 16 bits
El código ASCII, códigos de sustitución
Juegos de caracteres de 8 bits (Roman-8, PC-437,
, ISO 8859.1, Windows,
Macintosh)
Unicode
Formatos
Texto simple (plain text)
Texto etiquetado
Formatos abiertos, cerrados y de intercambio
Texto con formato
Texto estructurado
Hojas de estilo
Texto activo
World Wide Web (HTML, XML, WAP, ...)
Formatos de impresión (PostScript, PCL,
)
Formatos de presentación (Adobe PDF, Microsoft ClearType)
La captura del texto
OCRs
Programas de dictado
La imagen digital
Imagen muestreada e imagen vectorial
Mapas de bits
Color (Monocolor, escala de grises, color indexado, color "real")
Resolución y tamaño
Aliasing y antialiasing (alisado)
Formatos (TIFF, BMP, GIF,
)
Compresión (formato JPEG)
Imagen de síntesis.
Imagen vectorial
Aplicaciones
Formatos (Adobe Illustrator, Corel Draw, ...)
Estandarización, metaarchivos
El sonido digital
El sonido muestreado
Canales, frecuencia de muestreo, tamaño de la muestra.
Formatos (WAV, MP3,
)
El sonido MIDI
El código
Programas y datos
Código máquina, código fuente y código objeto
Lenguajes de programación
Lenguajes de autor
La protección técnica de la información
Formatos propietarios
Criptografiado de textos
Marcado de imágenes
Casos prácticos
1) Un proyecto editorial: la digitalización de una gran enciclopedia
2) La composición de un producto digital,
desde el punto de vista de los derechos:
el DRAE electrónico versión 1.
3) Un caso de criptografiado descifrado.
Emuladores de WAP en HTML:
http://www.gelon.net
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