La Mujer SexyJosé Antonio Millán
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el contexto |
Imaginemos la superficie
cilíndrica de un expositor de anuncios callejero: esa especie de pirulí creado para
albergar cualquier tipo de cartel que quiera presentarse a la mirada pública. Pues bien:
con motivo de la "llegada de la Imagen Peregrina de Nuestra Señora de Fátima y
PROCESIÓN con antorchas" el 31 de mayo, los de Barcelona se han visto convertidos en
un patchwork de pasquines marianos que convocan a "honrar y desagraviar a tu
Madre" (la del lector). Días después, en algunos de ellos aparece pegado este curioso cartel, que merecerá toda nuestra atención. Lo primero que salta a nuestros ojos son las palabras "Mujer Sexy", reforzadas en negrita... Es curiosa esta denominación: "sexy" para el Diccionario de Seco es la "Persona que tiene atractivo sexual. Especialmente referido a mujer", y los ejemplos que se aportan son de principios de los años 70. Es un antigualla léxica, como yeyé. Hoy en día sólo la usan reporteros carentes de ideas ("La mujer sexy triunfa en la Pasarela Cibeles"), o la redundante prensa femenina ("Este verano, ponte sexy"). En cualquier caso, me da la pinta de que es una denominación que rara vez oiremos en boca de una mujer para referirse a sí misma, o para describir a una colega. "Sexy" es una etiqueta esencialmente masculina. El cartel contiene una sola frase, que es una larga pregunta. La incultura o la influencia ortotipográfica del inglés (o ambas cosas juntas) han hecho olvidar la apertura de interrogación, pero el sentido surge rápido: [¿]Por qué no seguimos el ejemplo de Dios, Este arranque brioso está reforzado por el subrayado, recurso más propio del manuscrito que de la imprenta, y que refleja tal vez la bisoñez del autor. "Dios" aparece no sólo de mayúscula, sino también en negrita, como para recalcar más su importancia. quien ama y respeta la Dignidad de la Mujer Sexy? Observemos brevemente el relativo "quien" que le ha debido parecer más respetuoso al anónimo autor que el simple "que" para precipitarnos sobre la cláusula: ¿qué hace Dios?: pues ama y respeta la "Dignidad" (¡estas mayúsculas...!) de la ¡¡Mujer Sexy!! Lo dice el autor, y punto. ¿...O hay otros datos? Estamos entrando en honduras teológicas, pero podríamos intentar desbrozarlas. ¿Acaso Dios no respeta la dignidad de cualquier criatura, aunque sea un callo, fea como un demonio, más fea que mujer de ciego [1]? Aunque, no sé, no sé... ¿Cómo podríamos probar que, en concreto, Dios ama y respeta la Dignidad de la Mujer Sexy? ¡Pues atendiendo al hecho de que precisamente la ha hecho sexy! La cosa es evidente... Si no amara y respetara, etc., no se habría molestado en hacerla así (digo yo...). Bien: el anónimo autor quiere que el viandante ame y respete la dignidad de la mujer sexy, pero en vez de pedírselo directamente, va y apela a una autoridad de peso, y terrible: Él lo hace. Y por no escoger un enunciado imperativo y duro: "Haz como Dios, que...", escoge una oblicua interrogativa negativa: "¿Por qué no seguimos...?" Se diría que su postura es convencer, más que ordenar; aporta un ejemplo de excepcional valor e insinúa que se siga: muy bien... Pero ojo a la primera persona plural: "seguimos". Él mismo, el autor, ¿acaso no ama y respeta, etc.? ¿O se ha incluido en ese "nosotros" implícito sólo como muestra de humildad (todos somos pecadores, ya se sabe...)? Porque (y aquí llegamos al auténtico meollo): ¿cómo se ama y respeta la dignidad de una mujer sexy? Situémonos en el contexto: ya ha llegado el verano. Desde hace semanas las temperaturas han ido subiendo en Barcelona, hasta alcanzar cotas elevadas. Bronceadas con sacrificio en playas aún inhóspitas, o bajo focos cancerígenos en tiendas de morenez, las más pizpiretas han empezado a mostrar sus carnes: minifaldas, chores (más hispano que el bárbaro shorts), blusitas con tirantes, pantalones caídos que muestran el ombligo (por delante) y el arranque de la V del tanga (por detrás)... La mujer sexy surge por doquier, y las que no lo son, lo parecen... Dan ganas de... Sí: se dispararán miradas insistentes, las cabezas girarán siguiendo a su objetivo, mientras el resto del cuerpo sigue con desgana su camino, los labios se fruncirán en silbidos apreciativos, y brotará de los labios el castizo requiebro: "¡Tia buena!", "¡Maciza!". O incluso... "¡Sexy!". El anónimo autor se ha delatado: el mismo cartel en que pide Dignidad, moteja con el epíteto infamante y masculino. Es él, él mismo, junto a otros, el que se pone en la picota. El contundente pasquín aparece con otras variantes sintácticas y retóricas, alguna aún más reveladora:
Eso: ¿por qué no lo hacéis?
Como demostración de que estamos ante el nuevo género, la ciberflor de farola, el cartel exhibe a modo de firma, una dirección de correo de hotmail... Será para recibir adhesiones... |
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Esta sección
inédita es exclusiva de la web Página
creada el 10 de junio del 2003 |
[1] Precioso ejemplo espigado de Le Vieux Coq, Más X que Y (versión del 8 de abril de 2003). Sobre comparaciones, puede verse nuestro trabajo El mundo entero le saldrá al encuentro...
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