Libranda se acerca: ¿qué hay para los autores?

13 mayo 2010 9:09

Extractos de la noticia en  Público:

la plataforma de distribución digital liderada por Planeta, Santillana y Mondadori estará lista para la próxima Feria del Libro, que se celebra en Madrid en dos semanas. Ayer, estos grupos editoriales presentaron a la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) el proyecto, que ya tiene nombre: Libranda.

Como ya se sabía, esta gran iniciativa digital reunirá el mayor catálogo de literatura en castellano y catalán gracias a la alianza de los principales grupos editoriales de España: Planeta, Santillana, Random House Mondadori, SM, Wolters Kluwer, Edicions 62 y Roca Editorial,

el precio de estos e-book será de un 30% menos que en papel.

Según pudo saber este periódico, el porcentaje de derechos de autor se ha negociado en torno al 20% del precio de venta. En papel es del 10%.

Otro asunto que estaba pendiente de resolver es el préstamo entre lectores. La plataforma liderada por Planeta, Mondadori y Santillana ha delimitado que se puedan hacer hasta seis copias. Es decir, el usuario que compre un título podrá prestarlo hasta seis veces, aunque no será posible una redistribución. El usuario que haya recibido un e-book en préstamo no podrá prestarlo después.

La importancia de esta plataforma es evidente, por agrupar una parte considerable de la oferta editorial. ¿Bastará esa reducción de precio del 30% para animar a comprar un libro del que uno no acaba de ser pleno poseedor (véase la política de préstamos)? Y respecto a los derechos de autor, por lo que voy viendo los agentes están cediendo los derechos digitales sólo a los editores de la obra en papel, de modo que en la práctica el autor está encadenado. Sí: los derechos serán el doble que los de la obra en librerías, pero a cambio no están dándose anticipos. Esto último es un claro motivo de preocupación: como autor digital sólo puedo editar con mi editor en papel, y además mi editor no tendrá el sano acicate que supone haber desembolsado una cantidad a cuenta de futuras ventas…

Por otra parte, y por lo que parece, los derechos digitales están vendiéndose con las mismas limitaciones lingüístico-territoriales que los de papel (en español para España, por ejemplo), en un claro calco de lo que ocurre en el mundo analógico. ¡Por favor…!

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29 comentarios

Victor dijo...

Yo me conformo con que el precio sea un 30% menos DE LA EDICIÓN DE BOLSILLO y no un 30% menos de la edición limitada de superlujo.

13 mayo 2010 10:06
Gorki dijo...

Tener un producto digital, montar una tienda on-line y negarse a vender en México, pongo por ejemplo, es equivalente a pegarse voluntariamente un tiro en un pié para andar más lento. ¿Por qué lo hacen?.

Comenzando que los libros digitalizados tampoco son la mercancía más adecuada para el canal. ¿para cuando la creación de material específico para el soporte digital? – Siguen sin entender lo más mínimo lo que es Internet y así no vamos ningún lado. Luego dirán que la gente no compra e-books.

13 mayo 2010 11:30
Daniel dijo...

Pensemos un instante en esto, los grandes editores han decidido:

a) reunirse en una plataforma para monopolizar el mercado digital y agregar en al contrato modelo también los derechos digitales.

b) reducir el 30% el precio final del producto libro siendo que en el formato digital su único costo casi es el de la hora/trabajo (escritura, compaginación, corrección, diseño, electricidad, etc. Ni papel ni tinta, ni impresión ni distribución).

c) pagar un 20% de derechos de autor cuando en primer momento, debido su coste bajísimo, se habló de nivelarlo en un 40.

e) limitar la circulación de todo libro, regulando la cantidad de copias (préstamos), siguiendo el ejemplo de los archivos musicales.

Sinceramente yo encuentro muy pocas ventajas, han decidido los grandes grupos sin consultar a nadie, y ahora exigen que autores y lectores subvencionen su negocio aceptando condiciones que son estúpidas. La gran posibilidad de lo digital no pasaba por acceder a un libro a través de un ordenador, pasaba por reemplazar las condiciones existentes por otras más propicias tanto para la creación como para el consumo de contenidos. A mí honestamente me molesta mucho tener que costear con mi trabajo empresas que cotizan en bolsa.

13 mayo 2010 12:42
Julieta Lionetti dijo...

La territorialidad de los derechos es lo más cuestionado por las tecnologías del libro digital, sin embargo, hasta el gurú Mike Shatzkin tardó lo suyo en verlo. En la Feria de Londres (suspendida por la Nube, pero en este caso la Nube del volcán)se iba a tratar este espinoso tema, bandera de guerra entre editores británicos y estadounidenses. No pudo ser.
Está claro que los agentes literarios españoles no están haciendo sus deberes: ya no será posible exprimir un copyright tajeándolo por aquí y por allá. O sí, pero es una estrategia con las patas muy, pero muy cortas. ¿García Márques en ebook en España y que los colombianos no puedan acceder? Es tan ridículo que no entra en la cabeza.
Después se quejan de la piratería.
Y además, ¿qué sentido tiene la territorialidad en español? No estamos ante dos potentes mercados, como en el caso del inglés: las editoriales latinoamericanas casi no pintan nada, ni en digital ni en papel.

13 mayo 2010 17:34
Jordi dijo...

Un 30% continua siendo una reduccion insuficiente. El número de gastos que se ahorra un editor editando digitalmente son muy superiores, y el 30% es menos de lo que se quedaría un librero.
En todo caso, el porcentaje para el autor hasta se queda corto, visto así.

13 mayo 2010 23:15
enric faura dijo...

Algunos detalles a tener en cuenta:

– los derechos de autor no serán del 20 % sobre el precio de venta del ebook, sino entre el 20-25% de los ingresos del editor. Es decir, de la venta del editor al distribuidor. Calculada en un 50 % aproximadamente, este 20 % se convierte en un 12-12,5% para el autor. Una pequeña mejora, pero no relevante.

– alguna observación sobre la libertad de mercado y problemas de competencia? Nadie tiene nada que decir respecto a una plataforma que puede ser del 70-80 % del mercado? Es una mejora para la diversidad editorial o una nueva vuelta de tuerca a al concentración editorial.

– y el canal? Si es distribuidora exclusivamente, por donde venderá? Esta preparado el gran canal tipo Fnac, Corte Ingles, Casa del Libro?

– exigirá Libranda exclusiva a sus editores?

En cualquier caso la aparición de Libranda marcará un antes y un después en el mercado español y habrá que seguirlo de cerca.

14 mayo 2010 12:22
Mario dijo...

Yo creo que no es necesariamente malo para los editores digitales de fuera de esta unión: a más libros digitales en el mercado y más apetecibles, más gente comprará lectores o se enganchará a diversas lecturas en pantalla y más probabilidades de que compren a otros editores

14 mayo 2010 17:19
Daniel dijo...

Enric, creo que el porcentaje se calcula en un 20% del precio final del libro porque al ser copia digital tendrá un precio único del mismo modo que sucede con la música en archivo digital. El cálculo no es sobre el precio mayorista.

Falta mucha información aún. Una duda es si los editores también venderán a través de plataformas propias. Esto es, si uno como consumidor puede ir directamente a Planeta para descargarse un libro de uno de sus autores, porque en ese caso las editoras ganarían el 80% por ciento sobre el precio del libro, y además condenarían a la desaparición a las librerías. Otra duda refiere a los formatos ¿existirá un formato universal o todos serán propietarios y necesitaremos un lector específico para leerlo?

Lo único que ha quedado claro aquí es que aquello mismo que se tipifica como delito en cualquier otro rubro, que distintas empresas que compiten entre sí acuerden el precio final de un producto, en el campo editorial todo el mundo lo celebra como si fuera un logro.

14 mayo 2010 17:35
Daniel dijo...

Julieta, el problema de la extraterritorialidad también es económico, pocos colombianos podrían pagar un archivo de García Márquez cuyo valor está tasado en un moneda cuya conversión les resulta el doble de oneroso que comprar alguna edición local. Los libros, creo que lo sabes, no tienen un valor unificado en el mundo hispano (como sí lo tienen el mundo anglosajón). No obstante todos los contratos serán ahora reformulados y, como siempre pasa, seremos los autores quienes sufriremos: por ejemplo, editar el mismo libro en España y en Argentina, como se viene haciendo ahora y no siempre en empresas subsidiarias, será directamente imposible: ¿qué editorial española aceptará publicar un libro cuyos derechos digitales ya están comprometidos con otra editorial?

14 mayo 2010 17:59
Isabel dijo...

José Antonio comenta que los agentes están vendiendo los derechos digitales a los editores de papel.¿No será porque sólo los editores de papel garantizan una mínima campaña de visibilidad o marketing para cada título?.
Y digo mínima porque supongo que los recortes en marketing también serán importantes. Los autores que más vendan tendrán alguna campaña de lanzamiento, el resto a facebook a vociferar lo maravilloso que es su libro y a convertirse en hombre-orquesta.
El gran reto-aún más-va a ser hacer visible a un autor o título en el océano que es la red. El gurú Mike Shatzkin ya habló del tema mencionando el término “pepitas”, modo por el que se darían a conocer los libros. Pero no mencionó la autopromoción, que yo sepa.
José Antonio ¿crees que un perfil abierto en facebook de un escritor promocionando sus libros ayuda a la venta? ¿Se da a conocer a nuevos lectores?. Yo creo que no o que muy poco. Atrás quedaron los años en los que Umbral iba a promocionar su libro en prime time en una de las pocas cadenas que teníamos para escoger aprovechando la ocasión…
Creo que lo difícil será encontrar esas “pepitas” de las que habla Shatzkin y que no pasan por Facebook o Twitter.

14 mayo 2010 18:08
jamillan dijo...

Gracias, Enric, por la importante puntualización. En efecto: ese 20% es sobre los ingresos netos del editor, lo que rebaja aún más el porcentaje sobre PVP (sin IVA). Y si pensamos en un libro digital tributando pronto el 18 % de IVA, el porcentaje que llegue al autor de lo que paga efectivamente el comprador puede llegar a ser misérrimo.

Isabel: los agentes venden derechos digitales a los editores de papel, como ya anunciaron hace un año, no porque los editores en papel vayan a defenderlos mejor, sino sencillamente para no indisponerse con ellos, que hoy por hoy son su principal fuente de ingresos, y la van a seguir siendo. Desde el punto de vista del autor, yo podría querer dar mi obra en papel al editor Fulano, que es una maravilla haciendo libros y vendiéndolos en la librería, y la versión digital a la distribuidora virtual Mengana, que sabe mucho de e-books.

15 mayo 2010 13:09
Isabel dijo...

Claro, José Antonio. Desde el punto de vista del autor, lo conveniente sería que no “secuestrasen” sus derechos digitales. Pero como tú también dices en la noticia de hace un año : habrá que esperar a que salga el primer best seller lanzado y comercializado en la red para que algo cambie. Esperar a que la distribuidora virtual Mengana, que sabe mucho de e-books, logre abrirse paso entre “los muchos libros”y haga visible el suyo con éxito Pero, ¿cómo?. Ahí está el reto!

15 mayo 2010 14:05
Julieta Lionetti dijo...

@Daniel y otros que reflexionan sobre el precio de los libros digitales.

La iniciativa Libranda es, por casi todos los motivos, una decepción y un desencanto. Hasta allí, de acuerdo.

En cuanto a los costes del editor, cualquiera que lo sea sabe que, desde hace mucho tiempo, los industriales han ido bajando en picado, mientras los editoriales (si se edita bien) han subido o se han mantenido iguales. Hay otro factor importante a tener en cuenta: mientras los costes industriales son variables (dependen de la tirada), los editoriales son fijos (si vendes 2 ejemplares o si vendes 10.000, tienes que invertir la misma cantidad). Es una de las razones por las que las editoriales pequeñas que desarrollan catálogos para un público restringido surgen como setas y mueren como moscas.

Ya sé que ninguno de los nombrados y participantes del proyecto Libranda es un editor “independiente”, pero la lógica del cálculo de precio al consumidor es la misma. Creo que detenerse a polemizar sobre el precio de los ebooks sin tener en cuenta que todo el modelo adoptado por Libranda es erróneo y, diría más, una estrategia para parar el desarrollo de los libros digitales y mantener el statu quo que favorece a sus participantes y fundadores, es una pérdida de tiempo y de objetivo.

15 mayo 2010 15:05
Gorki dijo...

Asombra ver insistir en los mismos argumentos sobre el e-Book, como si este ya gastado tema, se estrenara cada vez que se presenta nuevamente a debate.

PVP

Se insiste sobre el precio. Parece increíble que no se tenga en cuante que el precio de venta es el punto de equilibrio entre la demanda y la oferta. El que el coste de producción del e-book sea alto o bajo es irelevante.

Nadie ha estudiado si un coste de u 70% del precio de un libro será aceptado o no por el público que es lo que importa y no el margen que deja a la editorial que dependerá principalmente del número de ejemplares que venda, puesto que cada ejemplar adicional que se venda tiene un costee de producción prácticamente nulo, (no asi de distribución).

Monopolio

El que se asocien 20 o 40 de las mas grandes editoriales no supone ningún monopolio, pues cualquier editorial puede por un precio reducido vender sus propias producciones en Internet, prácticamente en igualdad de condiciones, pues el establecer una librería virtual es algo que esta al alcance de cualquiera. Como siempre el problema será darse a conocer del público, pero es un problema que tienen que solventar igual, tanto si existe como si no, el “monopolio” editorial.

Derechos de autor.

Se discute si el 20% es mucho o poco, Es una discusión absurda cuando no hay una tirada determinada, el 30% del importe de un ejemplar puede ser ruinoso, mientras que un 3% de una venta multimillonaria puede ser una cantidad muy interesante. ¿Cómo valorar si es mucho o poco lo que reciben, si no se tiene ni idea de cuanto se va a vender?

Mucho más problemático es que cobren por lo que realmente se vende, pues ¿qué sistema se puede poner para controlar el número de libros vendidos?. Ya resulta difícil controlar las liquidaciones de libros físicos, como fiarse de las liquidaciones de libros virtuales.

Copias piratas

Siguen poniéndose una venda ante los ojos ante la existencia de la que se ha llamaso la “piratería”, la piratería existirá en los libros tan pronto como las personas utilicen habitualmente medios digitales como dispositivos de lectura. Hoy se presta un libro a un amigo, pero hay el riesgo cierto de que no nos lo devuelvan, ¿seremos tan cuidadosos en los préstamos cuando lo que demos sea una copia digital de nuestro original?.

¿Qué van a hacer los autores y editores para cubrirse de ese riesgo? ¿Poner inútiles DRM? ¿Apelar a la persecución judicial del lector?

¿No sería conveniente utilizar la posibilidad aprovechar la copia pirata a su favor? – ¿Cómo?, haciendo que el beneficio no venga de la venta de copias sino de la sponsorización, bien de un mecenas, (cuanto más se divulgue, más prestigio par el mecenas), bien de la publicidad, (cuanto mas copias, más impactos publicitarios)
De hecho una buena parte de los títulos publicados en papel se han editado porue están sponsorizados por instituciones publicas o privadas.

¿No sería conveniente utilizar la interactividad para “controlar” las copias. Es lo que han hecho los juegos digitales, hoy se juega a través de un servidor contra otros jugadores y el servidor detecta que el jugador ha pagado los derechos.

¿Cómo podríamos traducir esto en la lectura? Que el lector tenga que conectar al servidor para leer una literatura que cambia con el tiempo, (publicaciones periódicas, diarios, actualidad, revistas etc.), que se realizan consultas a un servidor, consultas a bases de datos especializadas, leyes, (Aramzadi), información empresarial, mapas, etc. ¿Cómo se pueden conseguir lecturas de textos literarios en las que sea imprescindible el uso del servidor?

Hay otro medio de control que es el que utilizan los juegos en red, que se necesita utilizar un servidor para jugar con t otros jugadores. ¿Cómo se pueden organizar lecturas compartidas por Internet?

Por último está la suscripción muy adecuada para leer noticias, folletones, comics etc, imaginemos una publicación pensada para leer en los transportes públicos en el teléfono móvil, como hacen los japoneses, si es muy barato conectarse, mo merece piratear para asi tener las últimas novedades.

15 mayo 2010 18:25
Julieta Lionetti dijo...

@Isabel, acerca de las “pepitas” de Mike Shatzkin, es importante también describir la otra parte: el “anaquel” donde ponerla.

Shatzkin describía en esa presentación de la BEA 2009 (y lo ha reiterado en varios post) un modelo vertical de comercialización del libro. Esto es: hay un señor que colecciona soldaditos de plomo de las guerras napoleónicas; tiene tantos que un buen día decide abrir, en su pueblo y en el salón de su casa, un museo de soldaditos de plomo de las guerras napoleónicas (Shatzkin hablaba de uniformes de la Guerra Civil estadounidense). Él es la “pepita”.

Por otro lado, hay un editor que ha creado una comunidad (virtual, lo siento) de forofos de los soldaditos de plomo. O la ha descubierto en algún sitio o plataforma (de la Red, lo siento) y la ha alimentado pacientemente. Esa comunidad es el “anaquel”.

Ese editor debe descubrir la “pepita” (el coleccionista y su museo), transformar la pepita en en un libro y colocarlo en en el “anaquel” (la comunidad virtual).

Lo malo (o lo bueno) es que esas comunidades de intereses se desarrollan en plataformas como FaceBook o Twitter (o cualquier otra parecida que exista o vaya a existir) y si el editor no está allí desde hace tiempo, alimentándola y creando confianza, por más que encuentre la “pepita” no tendrá dónde colocarla.

El mercado en español está a muchos años de que esto se produzca, pero no a años luz.

15 mayo 2010 22:16
Julieta Lionetti dijo...

@Daniel
Te pido disculpas por no haber leído todo tu comentario al mío sobre territorialidad. Lo veo solo ahora y te lo agradezco. Ahora, algunas precisiones:

1. No todos los libros (ni siquiera la mayoría) tienen un precio uniforme en el mercado anglosajón. Los libros británicos son muchos más caros que los libros estadounidenses, por ejemplo. Basta pasearse por los dos Amazon para comprobarlo.

2. No todos los libros del mercado sudamericano tienen un precio distinto al de esos mismos libros publicados en España. Cuando entramos en el terreno de los “best-seller internacionales” como, por ejemplo, la trilogía del sueco Stig Larsson, el libro impreso en la Argentina y el impreso en España tienen el mismo precio. Otra cosa es cuando publican a un autor de estas orillas como, por ejemplo, Onetti.

3. Lo que pasará con el archivo de García Márquez es que al lector colombiano que tenga acceso a un dispositivo de lectura digital (pocos, poquísimos por muchos años) no le importará pagar la diferencia (ya pagó en dólares por el dispositivo).
Y todos los demás que quieran bajarse el archivo, bajarán el archivo pirateado. La FGEE pondrá el grito en el cielo y hará números falsos: lo cierto es que ese lector pirata de Colombia o de Argentina (o de Chueca) nunca había sido un cliente potencial.
Entonces, las editoriales que han fundado Libranda contratarán a alguien que les diseñe un DRM más potente, que volverá a ser decodificado y así siguiendo…

Mientras tanto, los libros digitales harán su camino, esquivándolos.

15 mayo 2010 22:34
Isabel dijo...

Julieta, gracias por la explicación. Es cierto, la plataforma virtual (y no siento que sea virtual !ojo!, todo lo contrario) es necesaria como anaquel. Y de momento, existen las que existen…que son mejorables, como también lo son las labores de promoción que el editor-y el autor- hace en ellas.

16 mayo 2010 12:46
Gorki dijo...

@julieta
al lector colombiano que tenga acceso a un dispositivo de lectura digital (pocos, poquísimos por muchos años)

menos que los que crees, el dispositivo mas utilizado para la lectura serán los teléfonos móviles de nueva generación, los colombianos tardarán como mucho en tenerlos dos años, (lo mas que dura la pila de los actuales)

Este dispositivo no es adecuado para leer una novela de Gracia Marquez por supuesto, (tampoco un PC, lo más adecuado es un “libro”, soporte para el que escribió Gracia Marquez), pero si lo es para leer infinidad de cosas y ahí las leerán.

Para esos dispositivos muchos crearan contenidos, (no me atrevo a poner escribirán, pues serán otra cosa) y muchas empresas los pondrán al alcance de la audiencia, y serán probablemente gratuitos, como paso antes con la radio y la televisión.

16 mayo 2010 20:25
Daniel dijo...

Julieta: tienes razón en cuanto a los precios en el mercado anglosajón. Hice la práctica que recomiendas y es tal cual afirmas. En cuanto al punto 2. déjame que lo confirme (existe el problema que algunas páginas web asignan el precio automáticaticamente según la ip de la consulta, lo cual dificulta la comprobación de precios locales. Pero de todos modos no comprendo por qué deberían estar igualados, los derechos se pagan en moneda internacional, pero ni el papel ni la impresión ni la distribución ni los márgenes minoristas ni el trabajo de los empleados, con lo cual nos encontraríamos frente a una anomalía comercial. Pero en todo caso prefiero confirmarlo antes). En el caso de los autores “locales” eso sí lo sé: los libros editados en España, en la mayoría de los países de latinoamérica son invendibles e incomprables, te lo puedo asegurar con total conocimiento de causa.

Estamos absolutamente de acuerdo en que el proyecto es absolutamente erróneo en sus planteos y objetivos. Absolutamente decepcionante además.

Gorki: el argumento por el cual desestimas que se trate de un ‘monopolio’ es absolutamente falaz. De aceptarlo habría que proponer la despenalización de los pactos de precios de productos y servicios entre competentes de cualquier rubro. Siempre existirá la posibilidad de un nuevo emprendimiento que busque salir al mercado con menores precios. No pasa por ahí y tampoco importa mucho que sea económicamente ruinoso (los derechos siempre los son y siempre los serán, la escritura es una actividad universalmente reconocida como antieconómica), lo que estamos discutiendo es un proyecto que tiende a regular una actividad de modo poco ventajoso tanto para autores como para lectores. Creo que además te equivocas al entender esta discusión como igual a su predecesora: es la primera vez que los derechos digitales se discuten como una parte de las negociaciones de mercado. Hasta antes de la aparición del Kindle, IPad y todos sus símiles, a nadie se le ocurrió intentar regular el mercado, simplemente porque no existía como tal. En términos económicos no, como tampoco antes de eso a nadie se le ocurrió jamás regular el uso de la fotocopia, por darte un simple ejemplo. Mientras el Ebook fue una fotocopia digital se la intentó penalizar, prohibir su circulación, evitar su descarga, etc. pero no crear una normativa para su utilización económica.

16 mayo 2010 23:54
Daniel dijo...

Lo prometido es deuda, decían en mi barrio. Así como algunos economistas crearon el índice Bigmac, nosotros podemos utilizar al benemérito Stieg Larsson para las diferencias de precios entre distintos mercados de libros. Al día de hoy cualquiera de su libros de la trilogía, en Argentina (precio Librería Santa Fe) es el de 99 Pesos Argentinos, equivalentes al cambio del día a € 20.66 Precio de la librería Laie, Barcelona: 22.50 Por lo tanto la diferencia bien puede considerarse irrelevante.

17 mayo 2010 12:27
Julieta Lionetti dijo...

@Daniel.
Hola. Las diferencias se producen por la política de cambio flotante controlado que tiene la Argentina. Hay momentos (semanas, digamos incluso días) en que los precios son exactamente equivalentes.
El índice Bigmac es una perversión del pensamiento económico. Pero las razones por las cuales se aplica a los libros, justamente debido a su irrelevancia económica, me supera.

17 mayo 2010 17:29
Julieta Lionetti dijo...

@Gorki.
Creo que la diferencia entre tu pensamiento y el mío es que tú ves a la tecnología como liberadora de los contenidos y yo la veo como liberadora de la tecnología en sí.

17 mayo 2010 17:38
Gorki dijo...

@Daniel
Unas cuantas empresas se asocian para hacer iniciar un trabajo de envergadura en común y tu llamas a eso monopolio. Hay montones de grandes empresas constructoras que se asocian para realizar obras que en su opinión está por encima de sus posibilidades y el nombre es Unión Temporal de Empresas y es algo reconocido por la ley.

Un monopolio solo lo es si estado concede la exclusividad de actuar en una determinada área o las circunstancias reales impiden la aparición de nuevas empresas. Aquí ninguna legislación impide que yo, por poner un ejemplo, cree una editora digital con su tienda on-line, ni hay una barrera mi tecnológica ni de otro tipo que me lo impida, incluso necesito realmente poco dinero para montarlo.

La aparición de Libranda no impide la aparición de quien quiera montar una distribuidora digital, como no lo ha impedido la existencia de Amazon que fue la primera, la aparición de iTunes ni esta la de Libranda.

Para lo que se necesita mucho dinero es para darse a conocer a golpe de talonario al público, por eso se asocian esas editoriales, pero ese problema es exactamente igual si existe Libranda como si no existe y en mi opinión hay métodos para darse a conocer más economicos no al “gran público” pero si a colectivos de lectores con parecidos gustos e inquietudes literarias. Dudo que Liberanda vaya a satisfacer los deseos de médicos especialistas, filósofos, o amantes de la novela gótica.

Creo que hay lechos ecológicos para pequeñas editoriales especializadas que sepan reunir a sus dispersos lectores situados en España y todos los países de habla hispánica. ¿No es posible encontrar 1000 lectores de obras teatrales en ese inmenso territorio de 400.000.000 de personas?, ¿y sobree libros de ajedrez?, ¿o libros en latín?.

En mi opinion es en estos pequeños lechos es en donde mas posibilidades de hacer negocio e a través de Internet para una editorial pequeña, pues estos pequeños sectores también estan desasistidos por el mercado del libro convencional, mientras que no le veo posibilidades luchando encon libros generalistas, salvo que ofrezca algo .

La prueba de que no es un monopolio es que existen ya distribuidoras digitales. Por ejemplo Lulu y Bukok hace tiempo que venden libros en formato digital, por qué no va a haber otros el día de mañana.

Los precios de venta más altos o más baratos los decidirá quien monte el chiringuito, es una decisión empresarial como otras tantas y será el empresario el que corra con los riesgos de confundirse en fijarlos.

Opinas que la escritura es una actividad univeralmente ruinosa, es una opinión respetable pero errónea, muchos escritores viven solo de escribir y muchos editores tiene negocios florecientes. El que no sea la regla general, no quiere decir nada, lo mismo les pasa a los jugadores de fútbol, a los abogados y los pintores por poner un ejemplo. Hay bastantes rubros en los que unos pocos ganan mucho dinero y otros muchos lo intentan y la edición de libros es uno de ellos.

17 mayo 2010 18:13
Jorge dijo...

jamillan y Enric. El 20-25% de derechos de autor se calcula sobre el precio de venta al público, vamos de las misma forma que se calcula en los libros en papel. Eso, en principio, no cambiaría.
Por lo que anuncian las tres editoriales que ponen en marcha la plataforma, ellas no van a vender directamente, como editoriales. Otra cosa es que Planeta venda a través de su librería, Casa del Libro, pero como hace ahora tambiém , y no en exclusiva.
Creo que un poco la decepción general que se nota en todos los comentarios, sobre esta plataforma de distribución, se debe a las altas espectativas o pretensiones que todos nos habíamos creado. Pero las editoriales no van a poner en marcha nada diferente a lo que anunciaron hace ya un año. Durante todo este tiempo que ha pasado desde que hicieron el anuncio, todos nosotros nos hemos dedicado a especular y dibujar lo que nos gustaría, ese ideal que construimos en nuestras cabezas sobre el modelo perfecto para comercializar los ebooks. Realmente todo esto sin mucha base y no en los foros adecuados, quiero decir, de una manera poco profesional y sin verdaderos estudios y trabajos rigurosos y efectivos. Lo que nos lleva irremediablemente a la decepción. La realidad nunca alcanza a los sueños.

17 mayo 2010 18:23
Daniel dijo...

Julieta: sólo en el caso que no lo haya suficientemente claro, afirmo que tenías razón en ambas correcciones que supieste realizarme y te las agradezco. Los precios de los Best Sellers están estandarizados, una diferencia tan mínima también es posible encontrarla entre distintas cadenas del mismo país.

Gorki: creo que continuamos observando el asunto desde dos perspectivas muy diferentes y tampoco quisiera que nos quedemos toda la vida discutiendo este punto, pero yo sigo viendo una práctica monopólica. Me explico con respecto a tu analogía: las empresas constructoras pueden edificar juntas una obra cuya magnitud les resulte imposible asumir individualmente. No hay nada condenable ni ilegal en eso. En cambio, hay ilegalidad cuando las diez constructoras que operan en determinada ciudad pactan subir el precio del m2 construido por encima del valor real del mercado. Pactar un precio final entre competidores siempre está penado por la ley, porque se supone que los precios, en las sociedades capitalistas, los fija libremente la oferta y la demanda. Es verdad que el libro es un caso muy especial porque es un producto que tiene una serie de subvenciones importantes, no se me escapa la diferencia. Pero para el caso, el problema no es la existencia de Libranda en tanto plataforma o asociación, donde uno dice ver la práctica monopólica es en el pacto que fija condiciones al contrato ordinario futuro. Es difícil comprender que digas que no es monopólico que los tres grupos económicos mas poderosos se asocien (en connivencia con las editoras medias, caso Anagrama) cuando entre todas las que participan del proyecto capturan una cuota cercana al 90% de ejemplares vendidos en el mercado de los libros (Julieta seguramente puede confirmar esto). Es obvio que habrá algunos autores con capacidad de obligar a las editoras a acordar un contrato extraordinario, pero son muy pocos (menos de los que crees, menos de cincuenta seres humanos vivos). El problema está en la pauta normal, en lo que vamos a firmar todos, incluyendo en el encadenamiento de la edición digital al mismo editor del texto papel.

Ni Lulu ni Bubok son editoras españolas, volvemos allí al problema de la extraterritorialidad. Y además ambas pertenecen al mundo del Vanity que tiene reglas propias, muy específicas. Y en cuanto al problema de la visibilidad y recepción de las ediciones, que es el gran conflicto de los últimos años que seguramente se incrementará aún más a partir de esta nueva ramificación del mercado editorial. Pero no tiene nada que ver con Libranda, también es sumamente complicado hacer conocer un libro tradicional en las librerías atestadas de ediciones de alta rotación que tenemos ahora. Es un problema novedoso que tiene que ver con las nuevas políticas comerciales de los últimos años: editar muchos títulos con tiradas mínimas.

En fin, muy instructiva la charla, ha sido un placer conversar con ustedes sobre este escabroso asunto.

17 mayo 2010 22:34
Gorki dijo...

@jorge
Sospecho que las ventas de ebooks no van alcanzar nunca a los sueños , pero es muy probable que alcancen las pesadillas.

17 mayo 2010 22:52
Jorge dijo...

Daniel, todo lo que expones para decir que el acuerdo es monopolístico y por lo tanto ilegal ya sucede en la distribución del libro en papel. Dos distribuidoras controlan el 80% de la distribución de los libros (con particularidades), y en el mercado del libro ya sabemos además que el editor fija el precio. En digital va a funcionar igual, un editor pone un precio y da su contenido a otra empresa para que haga la distribución, y aunque la mayoría de las editoriales decidan contratar con la misma distribuidora/plataforma eso no es una práctica monopolista. Los editores no se han puesto de acuerdo para que todos sus ebooks salgan a 20€, cada editor pondrá un precio a su libro (lo del 30% bas barato en comparación al papel es sólo un dato orientativo, algunos libros el precio será menor o no) y competirá con los libros de otras editoriales. En cuanto a los derechos de autor, ya hay una norma que fija de facto el porcentaje en 8-10% en papel, así que trasladar esa buena práctica al ebook es lo normal, además eso es “imposición” de los agentes, no de los editores. Ese encadenamiento por parte autor del que hablas ya se producía, lo bueno es que ahora, en un mundo global y digital, es menos fuerte porque cualquier autor tiene muchas más opciones para publicar su obra (por su cuenta o con nuevos actores dentro del sector, muchas editoriales nuevas por ejemplo u otras empresas que penetran en el sector de la edición y distribución de contenidos).

18 mayo 2010 10:53
Daniel dijo...

Jorge: vale, son formas de pensarlo. Yo sigo diciendo que si esas dos distribuidoras acuerdan alzar el precio de su servioio, todas las editoras hablarían de práctica moópólica, independientemente de que algunas de ellas pueda crearse un servicio logístico propio para distribuir sus libros.

Y una acotación con respecto al reconocimiento de derechos: no es una norma, es una ley. Creo recordar que su origen fue francés, relacionado con los derechos sobre todo tipo de patentes, de allí pasó al mundo anglosajón y luego se universalizó. Existe desde antes que se popularizara la figura de representante legal de autores (“agentes” en la jerga). Por lo tanto no es una imposición de ellos, más bien es lo contrario: la figura legal que permitió su aparición y desarrollo.

18 mayo 2010 15:59
Jorge dijo...

Daniel: la remuneración que recibe un autor por los derechos de su obra no está reflejada en el ordenamiento jurídico español, en la ley de Propiedad intelectual (que rige este asunto), en ella tan sólo se dice que recibirá una parte proporcional de los ingresos de explotación. Cuando yo hablaba de norma me refería al 10% aceptado tácitamente como cifra estandar, no a los derechos del autor. Recordemos también que en el caso español no es hasta 1987 cuando se reconocen plenamente los derechos del autor y su participación proporcional en los ingresos (la ley anterior de 1879 no decía nada y es la que estaba vigente hasta esa fecha), y la ley de propiedad intelectual de 1987 fue muy pedida por los autores y sus “agentes” (o representantes legales de los autores), a parte de ser una adaptación de la legislación española a los tratados internacionales sobre el tema. No sé si fueron antes los huevos o las gallinas, pero creo que algún agente ya había.
Al día de hoy, las distribuidoras físicas imponen todas la misma tarifa por sus servicios (si eres una editorial nueva que busca distribuidor todas te van a pedir el mismo descuento por distribuirte, ¿tienen un acuerdo?) y nadie las denuncia al tribunal de la competencia. Lo que me llama la atención es que nos rasgamos las vestiduras por una prácticas que son habituales en el mundo del papel, pero que sólo ahora que se van a practicar en el mundo del ebook nos llaman la atención por lo malas y poco prácticas que son. Este es el panorama que lleva construido desde años. Me da que en este asunto de lo digital todo el mundo quiere opinar y mostrar su indignación, dar sus soluciones y prácticas adecuadas; parece que si se habla del entorno digital todo el mundo sabe de edición, y de hacer libros y venderlos… [conste que no lo digo por las opiniones de por aquí, pero reconocer que todo el mundo sienta cátedra y no todo el mundo puede]
Yo centraría mi crítica en que las editorales y el resto de los participantes en el mundo del libro no están entendiendo el nuevo medio y se están limitando a reproducir prácticas vetustas, sin buscar nuevas fórmulas, sin innovar y sin observar lo que les rodea, sin explorar las posibilidades existentes y por existir.

18 mayo 2010 20:05