Tablas pintadas, bitios cautivos

12 diciembre 2011 9:09

#copyright #ebook #historia

Aquí al lado, en la web de Libros y Bitios (que contiene artículos más largos o de mayor alcance que en este blog), he publicado “Tablas pintadas, bitios cautivos. Creación y propiedad en la era de Internet”. Se trata de la versión corregida y aumentada de la intervención que grabé para el encuentro La creación del mundo, organizado por el Instituto Ibercrea y difundida el 18 de noviembre del 2011.

Ésta es la tesis central de mi artículo:

La propiedad es una construcción social. En materia de obras intelectuales, la propiedad (y las leyes o usos que la sancionan) depende forzosamente de los medios técnicos y materiales con los que se produce su creación y transmisión.

Los romanos y los sabios medievales debatieron largo tiempo a quién pertenecía la tabla sobre la que alguien que no era su propietario había pintado una escena: ¿al pintor o al dueño de la madera? Siglos después, con las obras desencarnadas por la tecnología digital, sigue el debate…

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3 comentarios

Gorki dijo...

Una postura centrada y razonable de los Derechos de Autor, tema en el que sobran posturas apasionadas y maximalistas. Debería ser de lectura obligada para todos los que nos interesamos, desde un lado un otro, por el tema.

Mi felicitación, hoy ser autor y decir en público lo que tu expresas, y más en un simposio organizado por el Instituto Ibercrea, dice mucho, no solo en tu favor, sino en el de la audiencia, donde supongo que esperaba posturas más tendentes a posicionarse en apoyo a los Derechos de Autor con mentalidad decimonónica.

12 diciembre 2011 16:16
Dubitador dijo...

Es robar, robar y robar. Dicen

Algunos consienten en el pequeño e inevitable “robo” derivado del “préstamo” de pequeño alcance, el reducido al circulo de amigos y familiares, o bien el confinado al cansino trasiego de emilios reproducidos en cadenas interminables. Pero aun esto ultimo, a poco que se reconfigure y devenga en eficaz cadena de distribución, sera igualmente anatemizado.

Dicen que solo les molestan las paginas de descargas y entre ellas sobre todo las que ofrecen digitalizaciones de calidad profesional, listas para meter en el cacharro de lectura.

Si no se castra radicalmente la posibilidad de comunicación entre usuarios por internet el clásico modelo de negocio de la edición está sentenciado. Se pide dicha castración so capa de que la regulación es un hecho en todos los ámbitos donde se produce conflicto en los usos y los derechos, similar al caso de la conducción en automóvil, pues cuando solo tenían automóvil cuatro gatos no se requerían normas de circulación.

La realidad es que se aplicaron las mismas que a los carros de tracción animal y en algunos sitios se añadió la obligatoriedad de preceder al vehículo que circule por el casco urbano de un heraldo portando una banderita de advertencia para prevenir a peatones y carruajes, ya que el nuevo medio de transporte pretendía usar las vías y medios que eran propiedad implícita de aquellos.

El mundo editorial no demostró haberse hecho cargo de la existencia de internet, ni aun cuando los implicados vieran pasar por los monitores de sus ordenadores una riada de textos como salida de una cornucopia. Supongo que fiaban demasiado en la inicial inadecuacion del monitor y quizás esperaron que ello fuera a ser así para siempre.

12 diciembre 2011 17:50
Jorge dijo...

He ido al blog de al lado, lo he leido todo con mucho interés. Por fin alguien explica este tema tan complejo con claridad (y sin agresividad). Gracias por todo lo que nos regalas en tu conjunto de blogs y por tu sapiencia. Aquí se aprende siempre…
Y Humpty Dumpty es tan instructivo…

19 diciembre 2011 22:16