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La nostalgia de la página v.02

La respuesta de la lectura digital
a su marco tradicional

 

José Antonio Millán

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Puede comentar este artículo en el blog de Libros & Bitios.

 

Este artículo es la versión corregida, aumentada y enriquecida del publicado originalmente como "La nostalgie de la page" (apéndice a Shane Butler, "La question de la page"), en Ecdotica, 11, Bolonia, Carocci Editore, 2011. Gracias al profesor Francisco Rico por invitarme a escribir esta colaboración. Luego reelaboré parte del contenido en una entrada del blog. Ahora añado nuevos elementos.

NOTA A ESTA VERSIÓN
Este articulito se escribió hace ocho años, cuando la eclosión de los dipositivos dedicados de lectura. Las aguas se han calmado desde entonces (aunque menos de lo que parece), pero quede como testimonio de la lucha de un mundo nuevo por separarse del antiguo.

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En esta era de publicaciones en pantalla hay un elemento que permanece inalterable: la fascinación por la página tipo códice.

 

 

Incluso en una aplicación como Instapaper, que almacena páginas web, y permite leerlas off-line en dispositivos móviles, se da a elegir entre el modo desplazamiento continuo (al modo de las páginas web), y el modo salto de página (como se hace en un libro).

  

 

En la ilustración superior, Kiosko y +, el visor de PDFs que permite leer el periódico El País en el ordenador presenta el intento de recrear la sensación de paso de una página de papel, incluyendo la sombra de la esquina cogida por el puntero a través del ratón.

 

 

 

Una aplicación para smart phone (iBooks para iPhone) se toma la molestia de presentar la página, que se gira con un dedo sobre la pantalla táctil, como si se transparentara desde detrás, ¡incluyendo su marcapáginas! Aunque este efecto tan realista a lo que nos remite es a la penosa lectura de libros en papel biblia…

      

      

 

Classics, otra aplicación de lectura para teléfono móvil, arruga la hoja como si el dedo que la pasa apretara demasiado. En la imagen superior presentamos dos estadios sucesivos en el giro de la página (cuyo realista fruncido hace que desborde sobre el marco superior). La acción va acompañada de un pequeño crujido para acrecentar la ilusión.

  

 

 

 

            Un instituto coreano de investigación, KAIST, ha propuesto una serie de mejoras para iBooks. Entre ellas destaca la naturalización de los comportamientos del usuario del e-reader ante múltiples páginas. Su aplicación permite, por ejemplo, retener una hoja con el pulgar mientras se recorren otras.

 

 

Y en el terreno del hardware: ¿por qué esa fascinación recurrente por los aparatos de dos pantallas enfrentadas? Arriba se presenta el Libretto de Toshiba

 

 

He aquí uno de los mejores ejemplos de doble pantalla: el livre numérique en epaper de Karim Zaouai.

 

 

 

Para pasar página en el artilugio de Zaouai se esboza el gesto de cerrar el libro con la mano derecha. Como impulsada por su propio peso, la página verticalizada cae (otra ocupa su lugar), se desliza hacia la izquierda, y desaloja a la que está allí, hacia el limbo de lo ya leído. Para retroceder en la lectura se hace lo propio con la mano izquierda.

 

 

Otro prototipo bienintencionado es el Flipbook de Fabrice Dubuy, útil tanto para texto como para cómics.

 

 

 

 

Y si hay un medio para el que la doble página es imprescindible, ese es la ejecución musical. La partitura necesita estar desplegada para evitar un constante pasar de páginas mientras se ejecuta. Eso es lo que hace el GVIDO 13.3 Dual Screen Music Reader.

 

 

El manga (o el cómic en general) es otro género que por su expresividad gráfica puede requerir mayor superficie. Arriba un ejemplo de cómic en Flipbook.

 

 

 

Ha aparecido recientemente un prototipo de página doble dedicado al manga, el eOneBook, caracterizado por no poder recargarse ("botella con tapón irrellenable", prolongando la metáfora de Barlow). Contiene una colección de mangas que en papel ocuparían mucho más y serían más caros.

 

 

 

Si entramos en el dominio de los mandos de hardware, vemos también la intención de retener las características del códice. Nada de apretar un botón: para pasar página en Paranga, prototipo de e-reader nipón, hay que mimar la acción de quien arquea y retiene el borde derecho del libro y va dejando que se escapen las páginas. Bajo el pulgar, un molinillo giratorio compuesto por bordes de hojas (!) convierte cada una que se deja pasar en una orden de refresco de la pantalla...

La página es útil, perceptual y ergonómicamente, porque es un rollo leer masas continuas de letras, pero una cosa es la compartimentación del texto, que es útil mnemónica y conceptualmente, porque la espacialidad ayuda a la memoria, y otra son las nostalgias que en nada ayudan a la lectura. En realidad se trata de restos fósiles que los mecanismos nuevos arrastran, igual que los primitivos automóviles remedaban los coches de caballos.

 

 

Estas servidumbres tienen un nombre: en inglés es skeuomorphism. En español es esqueuomorfismo, y así lo usa, por ejemplo, Serafín Moralejo (catedrático en Santiago de Compostela y Harvard) en Formas elocuentes: reflexiones sobre la teoría de la representación (Akal, 2004). Esta es la definición que proporciona un artículo de Guillermo Rodríguez Alonso sobre "Esqueuomorfismo y diseño":

El esqueuomorfismo (del griego: skeuos – herramienta o contenedor y morphé – forma ) es como se designa al fenómeno en el que se da una pervivencia en la forma de un objeto de las peculiaridades de otro que no mantiene relación más que simbólica o metafórica con su función real. Es decir, un objeto que tiene ciertos rasgos (o su totalidad) que no guardan relación con su funcionalidad y que perviven como mero ornamento.

Este artículo presenta varios ejemplos de esqueuomorfismo en diferentes campos.

De modo que cada vez que en el mundo de los ebooks pasamos página con giros, sombras, transparencias, arrugas y crujiditos, estamos perpetuando restos de los que nuestros descendientes se reirán, igual que nosotros nos reímos de esos autos primitivos tan parecidos a carruajes…

Y como recordatorio de los ímprobos esfuerzos de los fabricantes de hardware y software por acercar sus productos a lo que no son, quede este divertimento:

 

 

 
Imagen superior Pxhere, con licencia CC 1x1c3.gif (41 bytes)  
     

Publicación en esta web, 20 de febrero del 2019
 

 

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