Problemas de la lectura en pantalla

16 junio 2010 9:09

Hablamos de Readability hace más de un año, bajo el título de Para leer mejor en la Web. La aplicación ha seguido mejorando (aunque no en todo: hay versión “española” pero hecha con un traductor automático de los malos; es mejor leer el original inglés). Ahora se puede activar  desde un botón en la barra de marcadores del navegador (pero a mí no me ha funcionado en Firefox), y también como complemento de Firefox (mejor experiencia). Permite configurar los modos de lectura e incluso convertir los enlaces en notas al pie.

La clave sigue siendo quitar los estorbos de la lectura, pero ¿no es penoso que tengan que existir programas para eso?. The Cosmonauts cita un divertido comentario al respecto (suavizo la expresión al traducirlo):

Mola un montón, excelente producto, pero no puedo dejar de pensar en qué fastidiado tiene que estar todo para que algo así tenga que existir. Una idea nueva: editores: ¿qué tal si dejáis de poner porquería en cada posible pixel de la pantalla?

Abajo, un ejemplo de La Vanguardia antes y después de usar Readability.

The Cosmonauts también llaman la atención sobre una discusión acerca del diseño del New York Times para el iPad, surgida en un entorno inesperado: Flickr. La versión del diario para la pantalla del iPad comete el error de querer reproducir la disposición general del papel, incluyendo las columnas. Para mantener el aire de la publicación se llega al extremo de crear cajas de texto de tan solo cuatro o cinco palabras de ancho.

Quizás no haya mejor alerta para diseñadores gráficos de publicaciones en pantalla que esta doble pregunta que plantean The Cosmonauts:

¿Entiende y respeta el medio para el que está diseñando? ¿Está sacando todo el partido posible de sus posibilidades?

Historia de publicación

08 diciembre 2009 9:09

Toda publicación en la Web debería estar fechada (y con indicación de hora), y si hay una corrección o modificación, debería asimismo estar indicado. En el caso de medios que, como la prensa, tienen una edición también en papel, se debería precisar la fecha y otros detalles de la aparición impresa.

Suena un poco complejo, pero así es la vida: cuándo y dónde exactamente apareció una noticia puede ser un dato precioso, y tener importantes implicaciones incluso legales, en el caso de un medio de comunicación. Por eso me ha parecido muy bien lo que hace el Guardian on line, que incluye una completa “historia del artículo” en cada una de sus piezas publicadas en la Web. En el ejemplo, la reseña de un libro sobre la correspondencia de Van Gogh. Por cierto, que (aunque hay gente que aún no se ha enterado de las posibilidades del medio) esa historia puede estar fuera de la vista hasta que se la convoca con un clic: sencillo y eficaz…

Hiperenlaces en los comentarios

22 octubre 2009 9:09

Me han preguntado directamente, e incluso me han pedido información sobre ello en algún comentario, cómo se meten hiperenlaces en los comentarios del blog.

Lo que hay que hacer es introducir estos códigos HTML respectivamente delante y detrás de la(s) palabra(s) que se quieren enlazar:

Donde están los asteriscos *** hay que meter la dirección de la página web a la que se desea remitir. ¡No hay que olvidarse de las comillas!

Si uno pone la página web directamente, sin los códigos, se ve por supuesto la dirección web, pero el lector debe copiarla y pegarla en el navegador, si es que quiere ir a la página indicada.

Etiquetas como las anteriores son el alma del lenguaje HTML, que a su vez es el armazón de la Web. Conocerlas puede servir para otras cosas, además de para crear hiperenlaces: por ejemplo, pueden dar estilo (negrita o cursiva) a palabras dentro de los comentarios.

Aquí se podrá ver una introducción elemental a las etiquetas HTML. No todas ellas se pueden usar en los comentarios de este blog, pero las más elementales sí.

“Aquí” mismo

09 octubre 2009 9:09

Seguramente hemos cometido nosotros mismos este error más de una vez, pero una norma general de los hiperenlaces es que tengan ellos mismos un contenido semántico; es decir, conviene evitar poner enlaces en palabras vacías.

La razón es clara: los buscadores obtienen una información preciosa de las palabras que están enlazadas, a lo que añaden el contenido de la página de destino, y otros parámetros (hemos hablado de ello en La era de las máquinas lectoras). Si uno enlaza una palabra sin sentido, está contibuyendo a hacer un poquito más opaca la Red.

El ejemplo máximo es una palabra como aquí o here. Aparecen, según Google, 380 y 3.040 millones de veces, respectivamente, y la mayor parte de ellas (lo he visto, naturalmente, en un muestreo), constituyen enlaces. Cuando uno ve qué paginas las presentan, son por lo general páginas de descargas que rezan “pulse aquí para descargar”, y cosas por el estilo…

Literatura Electrónica Hispánica

02 octubre 2009 9:09

La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes ha inaugurado un portal dedicado a la ciberliteratura: Literatura Electrónica Hispánica:

Aparecerán aquí variedades impensables en la galaxia Gutenberg: hipernovelas, novelas multimedia, webnovelas, blognovelas, novelas colectivas, wikinovelas…, un frondoso panorama que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes invita a descubrir en el X Aniversario de su fundación.

El sitio, coordinado por Juan José Díez, se complementa con una zona de artículos teóricos y un blog.

El hiperlibro de Attali

30 septiembre 2009 9:09

La editorial francesa Robert Laffont ha sacado, en colaboración con la telefónica Orange, el hiperlibro de Jacques Attali Le sens des choses: una obra que se complementa con la web http://www.orange-innovation.tv/hyperlivre/fr y que en sus páginas contiene unos códigos llamados flashcode y que, capturados por un teléfono móvil, sirven para acceder a materiales por línea. Esto no es una novedad en sí misma: hace tiempo que los códigos QR, sirven de interfaz entre el mundo físico y el virtual.
De todas formas, como señala Beat Internacional,

en estos momentos, sólo el 26% del parque de dispositivos móviles francés puede leer flashcodes (iPhone y Android no), además que propone una experiencia de lectura concebida especialmente para los abonados a una tarifa plana de conectividad móvil, si no quieren acabar pagando más de los 21 € que vale el libro. 

La etiqueta de el primer hiperlibro aplicada a esta obra parece exagerada: hay muchos precedentes de obras con la etiqueta hyperbook, por ejemplo. Más interesante es el concepto que maneja el sitio de “lectura aumentada” (acuñada por imitación de la “realidad aumentada“).

Un apostillador de páginas web

28 septiembre 2009 9:09

Si una apostilla es una “Acotación que comenta, interpreta o completa un texto”, y una acotación es la “Señal o apuntamiento que se pone en la margen de algún escrito o impreso”, sólo podremos concluir que el último invento de Google es un programa para compartir apostillas (o acotaciones) a páginas web.

Sidewiki tiene un nombre que demuestra el abuso que está haciendo Google del formante wiki en sus últimos inventos (como wikibúsqueda). Se trata de un dispositivo que trabaja en el navegador, por el momento sólo Firefox, ligado a la Barra Google. Un navegador dotado de esa barra (en su nueva versión, aún beta), permite al usuario anotar cualquier página web, sin permiso del propietario. Si otra persona, también con la barra Google en su navegador, llega a una página anotada, se mostrará un aviso en la barra y al activarlo aparecerá en el costado izquierdo una solapa con una doble flecha (que indica que se desplegará lateralmente) y tantos “bocadillos” de cómic como comentarios tenga (imagen superior).

Al hacer clic en cualquiera de esos elementos de la solapa, ésta se despliega (imagen inferior). Sidewiki tiene dos tipos de comentario: un comentario global a la página (que aparece arriba), y un comentario a cualquier parte de ella: las palabras a las que se refieren los comentarios aparecen subrayadas en distintos colores.

Como se ve, he hecho la prueba en este mismo blog. Cuando Google sabe que es el mismo el propietario de una página quien va a anotarla (como era mi caso), permite rotular el comentario como tal. Si no, aparece el nombre que uno tiene en la cuenta de Google.

¿Y cuando haya varios comentarios a una misma página? Google promete que los ordenará, no según el principio de “primero lo último”, que suele imperar en casos así, sino segun un algoritmo del tipo de su famoso Page Rank.

En resumidas cuentas: los usuarios de la barra G podrán disponer de un universo de comentarios sólo para ellos. Pero no debe olvidarse que la instalación de la barra tiene consecuencias para la privacidad de las navegaciones.

Sidewiki no es una novedad en el universo de la Web: E-Quill hace eso, además con capacidad de añadir dibujos, desde hace años, y más reciente es Reframe It. Pero el poderoso efecto acumulativo de las herramientas que Google pone a disposición de los usuarios hace pensar que Sidewiki tendrá la fama que los demás no han alcanzado…
¿En qué segmento de mercado pretende entrar Google con esta aplicación? Por una parte, está claro que compite con redes sociales, tipo Facebook, que en la práctica crean un espacio privado, paralelo a la red pública pero comunicado con ella. Además, no hay que olvidar que la colosal integración de datos de Google permite utilizar las acciones de los usuarios para mejorar búsquedas y presentación de noticias.

La era de las máquinas lectoras

25 septiembre 2009 9:09

Con este título publico en Libros y Bitios (el sitio sobre edición y edición electrónica del cual forma parte este blog) un largo artículo que parte de una constatación: las máquinas, los programas, son unos lectores atentos y privilegiados de los textos que hay en la Red, y aun de los que pertenecen a nuestra intimidad. Este es su comienzo:
Un fantasma recorre el universo de los textos. Un ejército de máquinas, a las que aludimos con metáforas zoológicas (arañas) o mecánicas (cosechadoras), merodean por la Red, leen nuestros textos, e incluso atisban por encima del hombro mientras escribimos.

¿Para qué lo hacen? ¿Para espiarnos? A veces… ¿Para comprendernos mejor? Ciertamente. ¿Para ayudarnos? Eso dicen…

El artículo científico del futuro

11 septiembre 2009 9:09

Vía La Feuille llego a una propuesta del gigante de la edición científica Elsevier: el artículo científico del futuro.

Se trata de una propuesta doble que se ofrece abierta a los comentarios de los primeros usuarios. Sus rasgos fundamentales son la integración de elementos multimedia (audio, video e ilustración) y un contenido cuidadosamente organizado en diez pestañas que jerarquizan los elementos del texto (del resumen a los agradecimientos) . Una zona de comentarios y el hecho de que se sigan las referencias en tiempo real abre el artículo a la comunidad científica. La gestión de las imágenes está también muy mejorada.

El clic en una referencia hace aflorar su texto completo,
así como enlaces a sus editores y el número de citas que se le hacen.

¿Y si uno quiere tener todo el artículo fácilmente al alcance, en vez de repartido entre diez pestañas y un montón de clics? Pues ahí está también la versión en el clásico PDF…

Pistas en los enlaces

17 marzo 2009 9:09

El excelente blog Perogrullo está dedicado a la evolución de la prensa en el mundo de la Red. Recomiendo, por ejemplo, este post: “Catálogo de soluciones absurdas a la crisis de la prensa“.

Pero no lo traemos aquí a colación sólo por su provocativo análisis de la situación de los periódicos, sino también por su utilización de los enlaces. Los textos de Perogrullo tienen una alta densidad de links: el post mencionado tiene 845 palabras y 27 enlaces, es decir: algo así como un enlace cada treinta palabras.

Ya hemos hablado alguna vez de la opacidad de los enlaces: el hecho de que a priori no se sabe si un salto hipertextual va a llevar a otro lugar del mismo documento o a otra página, si conduce a una aclaración o a una ampliación… Sí: al posar el puntero encima de un hiperenlace, la barra inferior del navegador (llamada “barra de estado”) muestra la dirección a donde apunta, pero comprobarlo obliga a apartar la vista del texto. Algunos sitios utilizan el recurso de ofrecer la dirección en un texto o tooltip que aparece en amarillo al pasar el cursor por encima (rollover).

Pues bien, Perogrullo utiliza también el tooltip, pero no para ofrecer la dirección a donde apunta el enlace, sino para exponer que ofrece el punto de destino y cuál es éste. Así, en su texto hay tres niveles de información:

  1. La frase del post; por ejemplo: “Subvencionar desde el estado a la prensa, dado que se trata de un servicio público de valor incalculable, o financiarlo con organizaciones sin ánimo de lucro o fundaciones caritativas con el fin de salvar la democracia“.
  2. La frase que aparece en tooltip al posar el ratón encima de salvar la democracia: “Adiós a la Era de los periódicos; hola a una nueva Era de Corrupción, en The New Republic”.
  3. Por fin, el artículo de The New Republic al que se accede cuando se hace clic en el enlace.

Los textos de las tooltips suelen ser breves, y no permiten cursivas o negritas, pero son un recurso útil y poco intromisivo para indicar qué podríamos obtener al hacer clic…