Goldworthies
en Cadaqués

 

 

Las tormentas del otoño e invierno del año pasado arrastraron
un considerable número de troncos y maderas a las playas
de todo el litoral ampurdanés.

 

 

 

En Cadaqués, una mano ociosa, o justamente todo lo contrario, convirtió
las pilas de madera desechable en construcciones efímeras,
en gráciles apilamientos que desafiaban la gravedad.

 

Y así florecieron cubiertas, tipis y pirámides...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para desembocar en estos airosos cruces entre pináculo y milladoiro.

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Obra individual, o aportaciones de sucesivos artífices,
impulsados por una sana emulación? Nunca lo sabremos.

 

 

 

 

 

 

Tampoco sabremos (ni nos importa) si estos esforzados constructores
conocían la obra sutil, humilde y pegada al terreno de Andy Goldsworthy.

En cualquier caso, en esta esquina de la costa batida por los vientos
han florecido goldsworthies tal vez ingenuos, quizás en homenaje a su obra,

siempre bellísimos en su fragilidad y su emplazamiento.

 

 

Más sobre artistas involuntarios

 

Para la vista

Creado el 31 de enero del 2017