Frente a las dudas más comunes
tienen los hispanohablantes dos fuentes fiables a las que recurrir: el Diccionario
etimológico de Joan Corominas y la Enciclopedia Espasa. El primero orienta
e ilumina en la con frecuencia ilustrativa historia de las palabras, y la segunda en las
técnicas y usos más comunes.
Recurriremos a Corominas para resolver una primera duda: ¿por qué se usa la palabra timbre tanto para el dispositivo que llama a la puerta como para el sello de correos, e incluso en la expresion timbre de gloria? Nada más simple: del griego (y luego latino) tympanum, 'pandero', vino el castellano culto tímpano, 'membrana' (también la forma témpano, 'tapa' o 'placa de hielo'); del mismo origen proviene el francés timbre, 'tambor' o (por extensión) 'campana que se toca con un martillo', y por tanto la campana o el tambor representados en heráldica (y de ahí expresiones como timbre de gloria): de este uso proviene el sentido sello y de la campana timbre que suena... Dice la Enciclopedia Espasa, s. v. TIMBRE: "Aparato de llamada ó de aviso, compuesto por una campana y un macito que la hiere movido por un resorte, la electricidad ú otro agente". (Está muy bien lo del "macito que la hiere", que vemos en la ilustración superior en acción). Y en la parte enciclopédica prosigue: "Medio de comunicación [¡!] muy usado en los usos domésticos [¡ejem!: por lo de 'usado en los usos'] que ha reemplazado a las antiguas campanillas". Siguiendo la práctica de esta benemérita enciclopedia, nada queda fuera de su interés: desde el dispositivo llamador en sus variadas disposiciones...
...hasta el circuito de la zona resonante:
Sigamos leyendo: "Por su funcionamiento [los timbres] pueden ser mecánicos y eléctricos, dividiéndose los primeros en fijos y móviles o portátiles. Los fijos suelen colocarse en las puertas de entrada a las viviendas y pueden ser de varias clases". Los timbres eléctricos "son aparatos que prestan actualmente múltiples y útiles servicios, unas veces como llamadores domésticos, otras como avisadores automáticos de fenómenos que quieren conocerse y evitarse, y otras, en fin, como aparatos auxiliares en las instalaciones telefónicas y telegráficas". Quien quiera saber más sobre el tema, que recorra sin prisas la veintena de páginas que la Espasa dedica a tan útiles artefactos...
Bibliografía
|