Perdido en las complejidades de
la puerta, puede ser difícil localizar el timbre a primera vista. Por eso se encuentran
todo tipo de ayudas. Puede ser la escritura, franca y brutal, del nombre del objeto...
O la rotulación tan bienintencionada como temblorosa (pentimento ortográfico incluido):
Casos más firmes:
... O ell señalamiento o deixis, por arriba y por abajo.
También hay casos del pasado, pulcros y medidos, como éste de Lisboa:
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