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Tomàs Baiget

Nuevas herramientas, nuevos hábitos
de escritura y comunicación

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Un aspecto que todos los que nos dedicamos a escribir y/o a trabajar en torno a la edición electrónica quizá habremos notado a lo largo de los últimos 10-12 años al menos para mí ha sido un descubrimiento gradual a lo largo del tiempo es cómo ha cambiado la forma de redactar y de comunicarnos debido al uso de los programas de tratamiento de texto, el correo electrónico y hasta con los mensajes sms de teléfono móvil.

 

1. Diferente forma de escribir

Hace unas décadas era casi ineludible tener una visión de conjunto o un esquema mental previos antes de ponerse frente a una hoja de papel, ya fuera con la máquina de escribir, una pluma o simplemente un lápiz y una goma de borrar, si no se quería obtener luego un frustrante lío de frases y párrafos intercalados, con líneas de enlace y notas de todo tipo, a la espera de pasarlo a limpio si es que conseguíamos aclararnos (evidentemente, ahí intervenía la capacidad del escritor tanto en sentido positivo para saber pre-estructurar, como en sentido negativo de dejar el escrito tal cual salía en su primera versión, sin mejorarlo).

Ahora uno puede empezar a escribir en plan brainstorming individual, con la primera frase que se le ocurra sobre el tema que más o menos se tenga en mente. Evidentemente la planificación y el esquema inicial siguen siendo muy importantes, pero la posibilidad de dejar aflorar ideas imprevistas e inconscientes desde las capas bajas de la mente aporta al escrito una importante riqueza. Puede haber suerte y tratarse de ideas adecuadas al tema en cuestión, pero puestos en esta situación se nos pueden aparecer incluso temas colaterales que ahora quizá no vengan al caso y que si creemos que merecen ser exploradas más adelante en un instante podemos marcar, recortar y "guardar como" en una carpeta de "futuros" de nuestro PC.

En cualquier caso, es facilísimo borrar aseveraciones que releídas nos parece que han salido poco afortunadas, intercalar nuevos matices, anotar ideas debajo para no olvidarlas, de modo que vayan resbalando "pantalla abajo" para desarrollarlas cuando les llegue el turno), intercambiar el orden de la exposición, poner y quitar comas, y perfeccionar el escrito hasta el infinito, sin ningún problema y con toda eficacia.

Si se tiene todavía el escrito abierto a nuevos horizontes, otra gran herramienta fuente de creatividad son los buscadores de internet. Conozco investigadores que para provocar la serendipidad (hallazgo impensado de cosas interesantes sin buscarlas expresamente) iban a bibliotecas con estanterías de acceso libre por la zona de la CDU (Clasificación Decimal Universal) más o menos cercana a su tema y tomaban libros al azar, u hojeaban revistas del ramo, y así se "inspiraban" y anotaban conjeturas, hipótesis, vertientes y posibles soluciones. El "ruido documental" (documentos obtenidos en una búsqueda de información que no son pertinentes para el tema buscado) puede no ser malo. Si se encuentra exactamente algo que se está buscando, bien conocido de antemano, la creatividad seguramente será cero. En cambio si entre lo que no se está buscando se encuentra algo útil, probablemente ello sea novedoso y aporte esa pequeña o gran chispa innovadora o esa idea brillante que permitirá conectar dos materias próximas pero distintas. Ahí se producirá una inesperada sinapsis.

Una pregunta lanzada a ciegas a Google o Alltheweb puede devolvernos cantidad de ideas interesantes si con un poco de paciencia e imaginación nos paramos a pensar en su posible utilidad respuesta a respuesta. Ante las cifras mil-millonarias de páginas web, de estadísticas, etc., la representación o visualización de datos cada vez es más importante (redes semánticas, mapas conceptuales...) y son muy curiosos los buscadores mapeadores como Kartoo.com o Vivisimo.com.

Una conocida forma de provocar la inventiva se basa en el uso de la Clasificación Internacional de Patentes (CIP), creada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi-Wipo) para reducir a un código simple un mecanismo o proceso eléctrico o químico que requiere una larga descripción, y así poder clasificar mejor los documentos de las patentes. El método se basa en buscar cualquier código de la CIP e intentar cambiar su definición: ¿qué pasaría si en vez de llevar un tornillo el dispositivo llevara un muelle? O se intentan relacionar dos códigos de procesos existentes: ¿en qué condiciones podría tener sentido irradiar con láser determinado líquido en vez de otro?

 

2. Ahora la comunicación escrita puede ser minimalista

Con la comunicación a través del correo-e pasa otro tanto. A diferencia de las cartas, que requerían todo un protocolo y una planificación (o del teléfono, que puede resultar intempestivo e intrusivo), la comunicación frecuente con otras personas a través del correo-e establece una especie de canal permanente silencioso y cómodo, sin principio ni fin. Ya ni tan sólo hay que poner sobre ni sello, sino que no hace falta poner ni "querido amigo" ni "recibe un fuerte abrazo" (no vamos a estar abrazándonos cada media hora).

He experimentado este tipo de comunicación con mis compañeros de redacción de la revista El profesional de la información (EPI), con los cuales algunos días podemos intercambiar hasta 25 ó 30 mensajes. Gracias a éstos se mantiene un diálogo, se hacen preguntas y respuestas, se opina, se comenta... Cada mensaje acostumbra a ser corto y tratar un sólo tema (de ahí la expresión "minimalista") y el contenido puede ser tan lacónico pero eficaz como: "Sí, yo lo publicaría".

En conjunto, y a la larga, algo tan modesto como el correo-e continuado es la plasmación de la oficina virtual o del trabajo en grupo. Llega a crear la sensación de tener un contacto muy próximo. Con mi compañero co-director que vive en Granada, ha sucedido coincidir en Madrid o en otra parte después de meses de no vernos y ni ocurrírsenos "saludarnos": ¿para qué si hace un rato habíamos estado en contacto?

Algo curioso ocurrió con otra colega de EPI, residente en Zaragoza, con la cual no nos conocíamos personalmente a pesar de estar 5 años colaborando en varios proyectos por correo-e. Con el tiempo se había creado una auténtica amistad y simpatía, que continuaron cuando ella vino a Barcelona a trabajar como profesora de la Universitat Pompeu Fabra.

Y para minimalismos, los sms. Es fantástico poder enviar de vez en cuando sólo un instantáneo "buenas noches!" a mi hija que vive en Londres. Evidentemente esto no sustituye largas conversaciones telefónicas si ha lugar, pero a veces no hace falta ni más ni menos que un sms o un e-mail para enviarnos una sonrisa y sabernos en contacto.

 

Conclusión: un sí rotundo a la flexibilidad, eficacia, y en definitiva perfeccionamiento, obtenido con las nuevas tecnologías pues en este aspecto las herramientas han favorecido y mejorado enormemente tanto la calidad de los contenidos como la de la comunicación.

© 2002, 2003 Tomàs Baiget

Creación, enero del 2003

 

Sobre el autor

 

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