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Susana Pajares Tosca

¿Qué fue del hipertexto?

 

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El título de este artículo puede parecer un tanto apocalíptico, o indicar que el hipertexto ha desaparecido, lo cual no es cierto en absoluto. Internet, el mayor hipertexto del mundo y la casi encarnación del sueño de la red infinita (Xanadú) de Theodor Nelson, goza de una salud inmejorable, y todo el mundo sabe lo que es un enlace y cómo funciona. Con la extensión de los ordenadores personales a casi todos los hogares (al menos en Europa occidental), la navegación por Internet, navegación hipertextual, es algo tan familiar como el manejo del mando a distancia de la televisión.

En efecto, la forma hipertextual, o el hipertexto como estructura de organización de la información, se ha convertido en algo tan habitual que se ha hecho invisible. Ha dejado de ser interesante especular acerca de los cambios que traerá el hipertexto cuando se imponga, porque ya se ha impuesto. Y más que preocuparnos por el fin de la historia, el fin de la narrativa y la muerte del autor, como los primeros teóricos hipertextuales postulaban a comienzos de los noventa, ahora nos interesa por ejemplo que nuestros alumnos no utilicen la red para copiar sus ensayos sin realizar ningún esfuerzo de investigación. El hipertexto se ha convertido en una estructura transparente, igual que la linear representada por el libro impreso.

Esto está relacionado con la discusión actual acerca de las disciplinas relacionadas con las nuevas tecnologías de la información. Denominaciones como "humanities computing" o "digital aesthetics" (el nombre de mi departamento), se convierten en problemáticas cuando el ordenador ha invadido todos los campos de la vida diaria del ser humano. ¿Tiene sentido hablar de humanities computing cuando ya no hay humanities sin computing? ¿O de estética digital cuando el ordenador interviene en la mayor parte de las áreas creativas que llamamos las artes? Parece que al ser lo digital ubicuo, estas denominaciones quedan vacías de sentido, y surgen nuevas expresiones y campos de investigación más "a la moda": ubiquitous computing, o pervasive computing por ejemplo.

El hipertexto ya no es moderno, y una prueba de ello la tenemos si observamos las investigaciones (en su mayoría desde el campo de la literatura), que se publican incluso muy recientemente, y que todavía se ocupan de temas como si es problemático que una obra literaria hipertextual pueda tener varios finales. Más grave aún, la teoría hipertextual sige concentrándose en el mismo número reducido de hiperficciones que se publicaron a principios de los noventa (mayormente por la compañía americana Eastgate), de manera que cuatro o cinco hiperficciones han dado lugar a incontables volúmenes de teoría hipertextual, refugio de críticos literarios tratando de adaptarse a los nuevos tiempos. Por favor no me malinterpreten, no quiero decir que estos temas no sean interesantes (yo misma me he ocupado de ellos con frecuencia en el pasado, incluso en mi tesis doctoral), pero sí que son una parte insignificante de la realidad de las obras digitales, de manera que la bibliografía canónica sobre hipertexto se funda sobre una base estrechísima. Y esto, que estuvo justificado en el pasado, parece hoy injustificable cuando la ficción hipertextual no ha llegado a desarrollarse en absoluto como se esperaba.

Cabe preguntarse pues qué valdría la pena investigar en mi opinión. Como decía al principio, no pretende este ser un artículo exclusivamente negativo, aunque sí un tanto polémico, quizá para sacudir a todos aquellos que siguen dormidos en los laureles de los mismos temas que han sido tratados hasta la saturación. Y es que aunque las disciplinas científicas avancen despacio, el mundo digital avanza a un ritmo que si bien no podemos aspirar a seguir al milímetro, al menos hemos de intentar no peder de vista si trabajamos en este campo. Se me ocurren varios temas que la teoría hipertextual ha ignorado, y que son muy relevantes en relación al panorama digital actual. Esta es una lista no exhaustiva que pienso utilizar con aquellos alumnos que me vengan a proponer la enésima tesis sobre el concepto de narrativa multilineal:

  • bases de datos (la mayoría de la información en la red se almacena y recupera por este medio, cómo se planean, categorías semánticas, consecuencias para la comprensión, etc.)

  • multimedia (es increíble que todavía no haya un buen análisis de cómo se conjugan los diferentes lenguajes en los medios digitales)

  • time-based media (qué sucede cuando al hipertexto se le añade la dimensión temporal, aplicación de técnicas cinematográficas a otro tipo de productos)

  • blogs (miles de personas que normalmente no cuentan con una voz pública están creando una increíble red comunicativa a través de páginas personales interconectadas, que se comentan unas a otras de manera que lo privado, lo que antes sería un diario, se hace público de un modo nunca visto hasta ahora)

  • enlaces automáticos (creados por máquinas, que luego cobran gran valor, por ejemplo véase el caso de google, etc.)

  • páginas generadas automáticamente y "por partes" (cuáles son sus propiedades semánticas, cómo se diseñan, cómo se reciben desde el punto de vista del lector, etc.)

 

En resumen, creo sinceramente que el viejo hipertexto ha muerto, si entendemos por "viejo hipertexto" a los problemas teóricos que han dejado de ser interesantes por repetitivos, y porque se ocupan de una parte ínfima y no-representativa del contenido digital. El hipertexto es ya una parte inherente a cómo entendemos la red, por eso quizá haya que moverse en las direcciones en las que ésta se mueve, buscando nuevas avenidas que no estén tan gastadas.

© 2002, 2003 Susana Pajares Tosca

Creación: enero del  2003

Sobre la autora

 

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