En venta

José Antonio Millán

 

En venta

Ya hablan como nosotros: sólo piensan en sponsors, joint ventures, partners... En el territorio de la antigua Unión Soviética florecen las revistas económicas en ruso o en inglés, como Delovie Lyudi (que nació con el subtítulo de "Negocios en la URSS" y ahora es "Negocios en la ex-URSS") o Russian Trade Express. Repasemos la sección de anuncios de ésta última: un Instituto de la Academia Rusa de las Ciencias vende la patente de un pegamento: "La cola Ciacrim funciona al instante. Es universal y pega todos los materiales posibles". La Universidad de Moscú "ofrece sus últimos desarrollos", como un diagnosticador de diabetes o un acumulador de hidrógeno. Bajo el rótulo "Tenis" leemos: "Joven jugador de talento (nacido en 1980), primera raqueta de la CEI, necesita sponsor". También lo busca el Museo Estatal de Historia de la Religión de San Petersburgo... De la búsqueda de socios, joint ventures o sponsors no se libra nada, desde una región entera, la siberiana de Gorny Altai ("área virgen de 2.000 km2, con 200.000 habitantes [...] especiales privilegios para negocios extranjeros"), hasta el propio soporte publicitario: "Buscamos socios para la producción de esta misma revista. Oportunidad única".

En las guías para visitantes, las características mercantiles de los establecimientos aparecen al lado de la descripción de la cocina o del "ambiente". En St. Petersburg News se informa, por ejemplo, de que el restaurante Venize es una "joint venture ruso-italiana", pero el Jazz Club es "propiedad del Estado". Polesye, especializado en cochinillo, es una "cooperativa", mientras que, bastante lógicamente, el restaurante Melody, con espectáculo erótico incorporado, es una "joint venture ruso-sueca". Esta misma composición tiene el recientemente renovado Grand Hotel Europe, cuyo reclamo para los turistas resume tal vez mejor que nada los tiempos que corren: Sleep like a Czar, "Duerma como un Zar".

Amor para 47 horas

El reloj es un pequeño campo de batalla en el que se dirimen las opciones centrales de la modernidad: mecánica frente a electrónica, analógico frente a digital, diseño frente a contenido. La revista especializada ginebrina Heure Magazine en su último número ofrece datos muy significativos: tras un descenso constante desde hace quince años, los relojes mecánicos están empezando a ganar terreno frente a los de cuarzo. Y entre estos últimos se imponen los analógicos (es decir, los que tienen saetas, constante recuerdo de que el tiempo vuela), frente a los que simplemente presentan la cifra de la hora. De todas formas, cuando una casa de prestigio quiere hacer realmente el reloj, lo hace mecánico. Patek Philippe, por su 150 aniversario, ha creado un modelo con calendario perpetuo, que indica incluso la fecha de la Pascua, fiesta móvil regida por complejas reglas.

Otro "rescate" espectacular es el de los relojes automáticos (mecánicos que se alimentan del movimiento de la muñeca). Swatch los lanza con una publicidad equívoca, que juega con el hecho de que en francés, montre, "reloj", es femenino: "Ella vive contigo, se impregna de ti. Te necesita. No le abandones: no puede vivir sin ti más de 47 horas".

Protección al cubo

Erno Rubik, el creador del famoso cubo que lleva su nombre, contempló impotente cómo otros se enriquecían a costa de su idea. Por fortuna, los estados modernos disponen de medios para proteger la creatividad. El británico The Independent cuenta los pasos que están dando los creadores de "¿Quién está en el saco?", juego basado en un entretenimiento victoriano: poner el nombre del autor, fecha y símbolo del copyright en cada pieza del juego; inscribirlo en el Registro de Diseños; en el de Marcas Comerciales; registrar marca, diseño y logotipo en todo el mundo (lo que sale a unas 100.000 pta. por país). Pero registrar la propiedad intelectual no sirve de nada si luego no hay dinero suficiente para emprender acciones legales. El último paso debe ser, por tanto, suscribir un seguro que cubra la eventualidad de que su protección genere gastos legales. En cuanto acaben con todo esto, el juego saldrá a la calle.

¡Basura!

El análisis de la basura ya tiene rango de ciencia: en inglés garbology (propuestas para el español: basurología, residuística). Su creador, W.L.Rothje, acaba de publicar un libro, ¡Basura!, que comenta el New York Times. La basurología es el estudio de los "desperdicios, residuos, desechos y porquerías" (que no son lo mismo), para conocer mejor el comportamiento humano. En realidad, los arqueólogos llevan décadas husmeando en las basuras de civilizaciones remotas; pero las nuestras albergan también sorpresas... Rothje ha descubierto, por ejemplo, un perrito caliente de hace cuarenta años, o una ensalada de aguacate con un cuarto de siglo, perfectamente conservados. Al parecer, los basureros actuales no destruyen las materias orgánicas, sino que las momifican.

El mito de lo biodegradable se hunde por todas partes: The Independent revela los peligros de los pañales desechables, que prácticamente no se destruyen jamás, y, acumulados en altísimas cantidades, son los causantes de peligrosas explosiones de metano en los basureros. ¿Lo más ecológico?: en Estados Unidos y otros países adelantados un servicio especial recoge los pañales de tela tradicionales, y los devuelve tras su lavado y desinfección.

Sonoro

Contra quienes creen que las nuevas tecnologías van a acabar con la información sobre papel, los hechos se alzan, tozudos. Por ejemplo, el sexo telefónico está provocando la aparición de nuevas revistas. La inglesa Electric Blue está concebida como un complemento de las llamadas para escuchar relatos eróticos. Cada entrega contiene cientos y cientos de números de teléfono, acompañados con fotografías detalladas y declaraciones a tono (la más suave: "estoy aburrida, lo necesito mucho"). Una sección recoge incluso imágenes y números de "Esposas de los lectores. Sólo aficionadas (sin interés económico)". De esta forma, además de las palabras y jadeos en el auricular, uno puede pasar las páginas y ver las imágenes de las chicas; ¡estos británicos van a reinventar el cine!

Sección "Don de Lenguas" en Babelia, suplemento de El País, 19 de septiembre de 1992

Sección "Don de lenguas". Aquí está todo lo que hice en ella.

 

arriba

atrás adelante

salida