A la luz de las llamas

José Antonio Millán

 

 

A la luz de las llamas

Los recientes (!pero ya tan lejanos!) disturbios raciales en Los Angeles están provocando la reflexión en algunos medios norteamericanos. Por su interés destacan los análisis de una revista profesional de periodistas, la Columbia Journalism Review. El periodismo estadounidense, la fuerza independiente y democr tica que criticó Vietnam, desveló el Watergate, pero se plegó en la Guerra del Golfo, conserva aún una envidiable capacidad de análisis y autocrítica.

Con el título de "El incendio de una ciudad arroja luz sobre la prensa", el número de agosto recoge la reacción que provocó en los disturbios la presencia de periodistas. Una de las sensaciones más descritas es la pérdida de la "inmunidad" de informadores. Periodistas y fotógrafos, atónitos, fueron atacados: "la cámara llegó a ser vista por los revoltosos como un enemigo, más que como un testigo de su ira". "Para la mayoría de los reporteros fue la primera vez que una credencial de prensa no les ofreció la inmunidad con la que habían llegado a contar". Pero quizás el aspecto más significativo sea que muchos medios enviaron a cubrir las informaciones a periodistas negros, pensando (erróneamente) que iban a ser tolerados o a pasar despercibidos. Cuando estos enviados volvieron a sus redacciones, más bien maltrechos, se encontraron con que sus informes y fotografías eran utilizados para elaborar noticias "desde el punto de vista de los blancos". "Traías tus materiales", dice una periodista de Los Angeles Times, uno de los cuatro negros asignados a noticias de la zona conflictiva, de una plantilla de 112 miembros, "y eran blancos los que escribían las historias".

"¡Toguego, toguego!"

Extraño mundo éste que nos ha tocado vivir, en el que atavismos locales conviven y se funden con mensajes mediáticos de consumo universal. La revista francesa Le Nouvel Observateur dedicó a fines del verano un nada despreciable reportaje a la Feria taurina de Nîmes. Un recuadro se centra en un joven torero: "L'alternative pour Chamaco. Mad Max au pays des toros". Y de esta forma, una figura de la fiesta más española, con un apodo procedente de las lenguas indígenas de México es jaleado en francés mediante la comparación con el héroe futurista de una película australiana.

Ja, ja... Psche...

La comunicación on-line por ordenador probablemente cambie algunos hábitos en el intercambio de ideas. A partir de una conexión a la línea telefónica es posible intervenir en debates muy variados, en el mismo momento en que están teniendo lugar. Uno localiza una "reunión" sobre un tema que le interese, dentro de ella una "sala" que discute un aspecto más concreto, y puede "entrar" en ella. Inmediatamente la pantalla informa sobre los otros "participantes" (que pueden estar repartidos por todo el mundo), uno lee lo que están diciendo y en cualquier momento puede saludar y meter baza. Por el momento, estas conferencias virtuales están centradas en temas profesionales, pero ya se extienden al ocio y aficiones. El inglés es el idioma que domina en estos intercambios, aunque las limitaciones de la lengua escrita ha hecho que se desarrollen curiosos complementos icónicos: «:-)» (el lector hará bien en mirarlo inclinando la cabeza hacia la izquierda) es una sonrisa. Pero si, tras aventurar una opinión, el resto de los participantes teclean «:-(», uno hará bien en ir buscando la sala más próxima.

A la velocidad del rayo

El antropólogo norteamericano Terry Williams pasó cuatro años investigando las casas de crack, lugares donde los adictos consumen ese violento derivado de la coca. Su libro, Notes from the End of the Line es el relato de la vida y el comercio en estos locales. Uno de los aspectos más interesantes de su investigación es la jerga de los adictos. Al parecer, gran parte de los términos que utilizan provienen de la serie televisiva Star Trek. ¿Por qué razón estas películas de ciencia-ficción, objeto de culto familiar durante décadas, han suministrado la munición lingüística del inframundo? No está claro, pero "ir de misión" (típica expresión trekkie) significa salir a buscar droga, mientras que Mr. Scott, el ingeniero jefe de la nave Enterprise es ahora la representación de la droga misma, de sus efectos, o del suministro. "Ver a Scotty" quiere decir "estar colocado", o conocer una fuente de droga. "Beam me up, Scotty" ("súbeme con el rayo"), que es como los astronautas pedían ser teleportados desde cualquier planeta hasta la nave, se ha convertido en una extraña plegaria con la que se pide alcanzar el éxtasis químico.

Lechuga

La furia de nuestra época por el adelgazamiento provoca todo tipo de bizarrías. La revista francesa Karate. Sports de combats et arts martiaux recoge una iniciativa: utilizar el karate como sistema para perder kilos. El método está aplicándose a un grupo de señoras entre 60 y 80 años, que aparecen fotografiadas en poses amenazadoras.

Integramente dedicada al adelgazamiento (de las mujeres), la revista inglesa Slimmer aparece dominada por el afán anti-kilos, que incluye hasta el horóscopo o "Formascopio" ("Sagitario: Sea cuidadosa con alimentos grasientos y dulces"). La atribulada lectora que intente refugiarse en los crucigramas leerá: "Horizontales, 1: ¡Sabe deliciosa en una ensalada!".

Diseñar el miedo

A la salida del teatro una dama puede colocarse el abrigo de visón al revés (es decir, con el forro hacia fuera), y girar el anillo con zafiro de forma que éste quede oculto en el interior de la mano. Pues bien, el miedo al robo no es exclusivo de nuestra patria, como demuestra New York Woman. Unos diseñadores han creado el "anillo de cascabel": un simple aro de oro que una vez abierto presenta ocho compartimentos, cada uno de los cuales contiene un diamante de un cuarto de quilate. Los propietarios pueden disfrutar "acercando el anillo a la oreja y agitándolo para oír cómo se mueven los diamantes".

Sección "Don de Lenguas" en Babelia, suplemento de El País, 24 de octubre de 1992

Sección "Don de lenguas". Aquí está todo lo que hice en ella.

 

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