África dentro

José Antonio Millán

 

Africa dentro

El movimiento negro norteamericano se debate entre la acción política, la búsqueda de una identidad, y la simple lucha por la supervivencia. La comparación entre los números de abril de tres publicaciones bien diferentes puede ayudarnos a explorar su realidad. Editada en Nueva York, Arm the masses ("Armar a las masas"), con el subtítulo de "Un órgano político nacional/internacional que lucha a favor de las masas negras oprimidas en las Américas y en Africa", representa la facción más radical, aconfesional. Un artículo de Sundiata Lumumba desarrolla el ideal del Panafricanismo, que se presenta como la solución política para cuarenta millones de negros en EEUU y setenta más en Brasil. La propuesta de Lumumba es que los negros americanos conscientes pidan también la nacionalidad de algún país radical africano, y desde ahí luchen por la unidad política de Africa... En las páginas dedicadas a los jóvenes destaca un artículo sobre lo ocurrido a un modesto grupo de rap, "2 Live Crew", que utilizaron música grabada por otro artista como base para sus composiciones (el rap está formado por un torrente de palabras, y la música queda más bien como un telón lejano). El grupo fue llevado a los tribunales, y Arm the masses recuerda los incontables casos en que blancos utilizaron músicas negras sin ser jamás procesados. A propósito: esta publicación escribe siempre Amerika (que es la grafía en alemán: ¿una forma de calificar de nazi la política estadounidense?), o incluso Amerikkka (en inequívoca referencia al Ku Klux Klan).

The Final Call ("Llamada final") es un mensual que se edita en Chicago, y representa la facción más pro-islámica ("El pueblo negro americano debemos unirnos. Pero la unidad sólo viene de la aceptación del Islam", declara el líder Louis Farrakah). Es una publicación de más calidad formal, en la que no falta publicidad: un anuncio de ropas para mujer, con claro aire africano, ofrece "modestia y elegancia". Gran parte del número está dedicado a lo que sin duda es el aspecto más importante del activismo negro actual: la conversión de la estructura de bandas juveniles (gangs), con frecuencia violentas y delictivas, en el instrumento para que la juventud tome conciencia de su estado. Por el momento, en todo el país se ha extendido una tregua que no sólo alcanza a bandas afro-americanas, sino también a hispanas. Resulta curioso ver cómo las pandillas se conceptualizan ahora en una perspectiva política: "Para muchos de estos guerreros muertos por la hermandad (...) la tregua llega demasiado tarde", dice el editorial.

Black Masks ("Máscaras negras"), editada en el Bronx neoyorquino, es una revista dedicada al "arte negro". Se ocupa de la música, pero también de poesía, teatro o artes plásticas. Precisamente uno de los problemas debatidos es que los circuitos comerciales valoran el arte popular o naif de artistas negros, antes que la obra de los artistas jóvenes, formados en las corrientes contemporáneas. En el fondo, denuncia Black Masks, no sólo funciona el estereotipo de negro = primitivo, exótico, sino que además un pintor aficionado es alguien mucho más fácil de explotar.

Cien por cien verdad

Si hay un concepto que puede resumir todas nuestras preocupaciones medioambientales y de forma de vida, ese es sin duda basura. Con ese título, Garbage, aparece una revista editada en Massachussets, que gira en torno al reciclado, la polución, el derroche energético y otros temas afines. (Los lectores habituales de esta sección verán aparecer allí la firma de un viejo conocido, W.L.Rathje, "padre" de la ciencia de la residuología). En sus páginas afloran algunas de las contradicciones básicas de una sociedad de consumo que, sin proponerse dejar de serlo, quiere tomar opciones más verdes. Por ejemplo, en su número de marzo/abril la pugna de los anunciantes revela una terrible realidad: ¿cómo comprobar que un producto que se anuncia como reciclado lo es en realidad? "¡Mentirosos!", grita tipográficamente un fabricante de plásticos de Milwaukee a sus competidores, que pretenden que fabrican plásticos 100% reciclados, "nosotros somos los únicos en América que partimos únicamente de productos que ya han pasado por el consumidor". Pero Garbage tampoco queda al margen de uno de los debates centrales del ecologismo contemporáneo, el de "catastrofistas" contra "moderados". El editorial de ese mismo número critica a Greenpeace por haber acusado a los envases alimentarios de polistireno de dañar la capa de ozono. No es cierto, reconviene el anónimo editorialista, y ningún bien hacen al movimiento pro medio ambiente las exageraciones: "Mentir por una buena causa no deja de ser mentir".

Brazo largo

El siglo pasado, las personas que desearan acceder a determinados "servicios" (drogas, perversiones sexuales) debían sumergirse en los bajos fondos. La imagen del aristócrata embozado deslizándose por las callejuelas alimentó la imaginación del folletín. Hoy no se ha perdido del todo esa costumbre, pero también puede practicarse de una forma más moderna. La revista Boardwatch Magazine, editada en Colorado (EEUU), está dedicada a los bulletin boards ("tablones de anuncios" accesibles desde el ordenador, vía correo electrónico). En su número de este mes informa de la Operación Longarm, que ha llevado a cabo un departamento del Servicio de Aduanas de Miami especialmente dedicado a las redes electrónicas. La operación ha desarticulado un sistema de contactos entre proveedores y usuarios de pornografía infantil, que utilizaban ese medio. La policía invirtió un año en rastrear la pista, que condujo hasta Dinamarca: desde allí se remitían por correo electrónico los archivos comprimidos que contenían las imágenes nefandas.

Trabajos forzados

La presión de los movimientos pro derechos del animal es claramente palpable en los Estados Unidos, donde han cerrado en las últimas dos décadas más de 2.000 granjas de producción de pieles, y tiendas de mascotas se reciclan como centros de acogida de animales sin dueño. Uno de los órganos más representativos de este movimiento es la revista The Animal's Agenda, editada en Connecticut. Su número de abril ilustra un artículo contra la caza con trampa con la terrible imagen del cervatillo Bambi con un muñón como extremidad y la leyenda "Una producción de los tramperos de Arizona". Pero quizás la noticia más extraña sea la de que un biólogo holandés ha fundado un sindicato de primates, para defender a los que "trabajan" en laboratorios y zoos. Por ejemplo, ha negociado con un centro de investigación el retiro de los monos tras realizarles sólo dos experimentos. "Los monos son primates, al igual que los humanos", dice el tal Ignaas Spruit. "Todos están de acuerdo en que deberíamos erradicar el racismo, de modo que, ¿por qué no erradicar también el especismo (de especie)?".

Aparecido en la sección "Don de Lenguas" de Babelia, suplemento de El País, 22 de mayo de 1993

Sección "Don de lenguas". Aquí está todo lo que hice en ella.

 

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