La representación gráfica |
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Nuestra lengua está llena de empleos metafóricos que asimilan el tiempo al espacio: "se acerca tal fecha", "qué lejos veo las vacaciones". En esa misteriosa equiparación, a veces nosotros estamos quietos, y el tiempo viaja ("ya llega el fin de semana"), y otras veces somos nosotros los que nos movemos ("nos acercamos a mi cumpleaños"). A quien le interese este tema puede seguir por aquí. No tiene que extrañar que desde muy temprano el tiempo se representara espacialmente: ¿qué otra cosa son los calendarios, más que mapas del tiempo? Pues bien: la ilustración aquí reproducida es una parte de la obra de Werner Rolevinck Fasciculus Temporum, editada muchas veces en el siglo XV, una de ellas por Bartolomé Segura y Alfonso del Puerto en Sevilla, 1480 (copiando las ediciones originales alemanas, como ésta: http://www.brynmawr.edu/Library/Exhibits/BooksPrinters/rolevinck.html). En ella, una línea temporal va recorriendo el centro de las páginas dobles, y encima y debajo de ella se relatan los acontecimientos correspondientes. Esta obra (de las primeras en llevar páginas numeradas, en vez de una signatura de pliego) tuvo una edición facsímil parcial en Francisco Vindel, El arte tipográfico en España durante el Siglo XV. Sevilla y Granada, Madrid, Dirección General de Relaciones Culturales, 1949. En 1989 se reimprimió la obra de Vindel, también en facsímil, con prólogo de Manuel Sánchez Mariana (Sevilla, Padilla Libros / Quinto Centenario), de donde he extraído la imagen superior, que de esta forma resulta ser la copia digital del facsímil del facsímil de un libro de hace medio milenio. Y así son las cosas.
José Antonio Millán
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Última versión, 12 de noviembre del 2001 |