Pascual Fort,
la arqueología de lo cotidiano

 

José Antonio Millán

grabado, 2 m x 1 m, colección de JAM & SUN  

Más arte basado en la arqueología industrial

  Pascual Fort (Reus, 1927 - Barcelona, 1991), galerista y artista, trabajó con esmaltes y pintura, pero es en el grabado donde hizo una aportación más original. Querría hablar sobre todo de las representaciones de tapaderas metálicas que realizó a partir de moldes tomados del pavimento. El modus operandi fue aproximadamente el siguiente: con una plancha de fibra de vidrio sacaba un molde directamente del suelo, y luego entintaba la plancha, como si se tratara de un aguafuerte; por último utilizaba la plancha para tirar el grabado. Dadas las dimensiones del molde (más de 2 metros x 1 metro, en el caso del que reproduzco), no podía realizar la tirada mediante tórculo, sino con una prensa hidráulica.

¿Qué vemos en los inmensos grabados de tapaderas metálicas de Pascual Fort? Aunque el uso del color ha transformado artísticamente la imagen, ésta conserva gran parte de su fuerza primaria, gracias sobre todo a que el relieve del grabado pone en comunicación con el relieve original. La inmediatez del procedimiento de reproducción obtiene aquí frutos insospechados. El cambio de orientación (un fragmento de mundo situado bajo nosotros que súbitamente asciende a las paredes) "descoloca" la perspectiva del observador, que al tiempo no puede dejar de reconocer lo que tiene ante sus ojos. El mismo relieve de la obra, fruto del procedimiento de estampación, comunica una textura conocida, aunque de nuevo fuera de lugar. Por último, la procedencia de las tapaderas (compañías de aguas, eléctricas, telefónicas, ...) nos va narrando la historia paralela de las fuerzas que navegan debajo del suelo que pisamos.

En estas obras de Fort se encuentra el cariño por los frutos de la Revolución Industrial que es fácil encontrar, por ejemplo, en Inglaterra, pero que es más extraño en España. Yo diría que los logros recientes de la arqueología urbana, ligados a una cierta estética pop que integró objetos cotidianos en el universo del arte, permiten tranquilamente la apropiación y transformación de estas bocas al mundo subterráneo. He encontrado otros artistas fascinados por este universo (como Mimi y Robert A. Melnick, autores del libro de fotografía Manhole Covers), lo que demuestra que no es un fenómeno aislado.

Como toda obra artística enraizada en la vida social, la realización de estos grabados supuso recorrer parte de la historia material y humana de los objetos: la serie de moldes que hizo en Barcelona y Cadaqués permitió comprobar cómo las tapaderas provenían de épocas y fundiciones muy distintas. No fue infrecuente tampoco la reacción cautelosa de los vecinos, que llegaron a preguntar si la operación de extraer el molde no perjudicaría al pavimento. En último extremo, las intervenciones de Fort llamaron la atención sobre unos elementos que, con toda seguridad, eran ignorados por quienes los veían a diario...

El contemplador y degustador de los grabados de Fort ya no podrá pisar de nuevo la calle sin un sentimiento de asombro y reconocimiento ante los discos metálicos que salen a su encuentro. Los grabados de Pascual Fort cambian la vida de quien los conoce, y ¿acaso hay otra definición mejor de arte?

[Versión ampliada de lo publicado en El País, en octubre de 1993]   El Museo de Arte Moderno de Tarragona inauguró el 9 de octubre de 1997 una exposición sobre la obra de Fort.

 

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