Trampantojos urbanos

I  Barcelona

 

 

 

 

Con frecuencia los edificios presentan zonas de la fachada
sin aberturas. Para no romper la regularidad de los vanos
se fingen entonces huecos (ventanas, balcones)
que en realidad no están.

Se llaman en castellano trampantojos:
"Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es"

 

 

Los trampantojos simulan persianas, contraventanas
que se perciben a través del cristal, cortinas... cualquier cosa.

 

 

Llegan a reproducir a la perfección los accidentes de la luz:
sombras, brillos sobre inexistentes maderas.

 

 

Este caso antiguo del barrio de la Ribera ¡tiene la desfachatez de representar
la moldura, la sombra del vano y el interior!

 

 

Este bonito ejemplo del Raval alinea,
mentira sobre mentira y engaño sobre engaño, cuatro niveles.
Todos diferentes, según las reglas de una estricta combinatoria:
· contraventanas cerradas
· entreabierta la de la derecha
· entreabierta la de la izquierda
· contraventanas entreabiertas

 

 

Un detalle de la ventana de más abajo: obsérvese la sombra de la parte superior
en diagonal sobre el conjunto, así como
la sombra de los travesaños sobre el cristal y, oblicuamente,
sobre las contraventanas entreabiertas.
Este cuidado y precisión naïf en el fresco nos remite
a otras obras, populares y preciosas, como las del Maestro de la Carbonería...

 

 

Los trampantojos de nuestras ciudades sufren del descuido y del abandono.
Si la finca se rehabilita, sencillamente se cubren de pintura plana.
Si está abandonada, como es lo normal, se van deteriorando
poco a poco.

 

 

Y hay un tipo de trampantojos modernos y juguetones,
como este ejemplo del desgraciado barrio de Vallcarca.

 

 

El trampantojo permite, en efecto, figurar lo que no existe,
y de ese modo puede también abrir camino al ensueño, como en este ejemplo
(hoy destruido) de una casa ocupada en la calle Vallirana

 

 

 

 

Para la vista

 

Creado el  26 de mayo del 2010