Reseña

Federico Romero

 

Aparecido en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (Madrid), número 57, 2005

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José Antonio Millán: Perdón imposible: Guía para una puntuación más rica y consciente. RBA: Barcelona, 2005.

 

[...] hasta hace relativamente poco los autores de libros o de artículos para la prensa podían esperar que entre su texto y la versión pública hubiera alguien que se encargara de la corrección, tanto de la ortografía como del estilo. Sin embargo, en muchos periódicos o editoriales de la actualidad el archivo de procesador de textos de un colaborador pasa sin más controles a convertirse en un artículo o en un libro impreso. Por otra parte, en esta época asistimos a la explosión de la autodifusión del texto: con frecuencia obras generadas por un particular o un profesional se divulgan inmediatamente en páginas web o en forma de boletín por correo electrónico. Estos textos tampoco pasarán por el filtro de un especialista en tipografía ni de un corrector, de modo que más vale que estén bien hechos... Por todas estas razones, en estos tiempos conviene —como nunca— que se sepan utilizar los recursos que la lengua escrita pone a nuestro alcance [pág. 13].

Lingüista, editor digital y en papel (y también «de mesa»), ensayista, novelista, cuentista, teórico de las nuevas tecnologías y conocedor de las arcanas, agitador cultural y creador de una de las páginas web más estimulantes y originales que pueden encontrase en la Red (<http://jamillan.com/>) —amén de colaborador en múltiples proyectos de la Fundación Giner de los Ríos [Institución Libre de Enseñanza] y la Residencia de Estudiantes—, José Antonio Millán prodiga sus muchos saberes —y sus muchas perplejidades— en un despliegue en guerrilla de intervenciones en la Red, charlas, cursos, experimentos, textos breves y trabajos destinados a un público amplio, como este Perdón imposible que acaba de aparecer y cuyo subtítulo ofrece toda una declaración de intenciones: Guía para una puntuación más rica y consciente.

No se trata de un asunto menor: cualquiera que trabaje con textos escritos comprende el papel fundamental que la puntuación desempeña en ellos, o al menos sabe de la desazón y los desastres que provoca su uso inadecuado:

 

¿Por qué es importante reflexionar sobre la puntuación, sobre sus signos y cómo se usan? Por una razón muy sencilla: porque (al igual que las normas ortográficas que nos enseñan a manejar bes y uves, ges y haches) es clave para la comunicación efectiva por escrito. Además sus fallos redundan en la mala imagen del que los ha cometido; y a veces en que el resultado sea poco comprensible o equívoco. En palabras de un especialista: «Difícilmente se altera el mensaje por uno o varios lapsos de ortografía literal (hay, naturalmente, excepciones antológicas); en cambio, ¡qué penosa labor la de llegar a comprender cabalmente un texto mal puntuado!; ¡qué esfuerzo para hacerse con la posible articulación de la frase!»

El problema es que, así como hay un conjunto de reglas que nos orientan de forma clara sobre la ortografía de las palabras, no sucede lo mismo en lo que se refiere a la puntuación, ámbito en el que, además, reina una gran diversidad de opiniones. ¿Cómo aclararse, pues, en él?

Perdón imposible «no es una obra que resuelva todas las posibles dudas de puntuación: [...] creo que algo así no puede sencillamente existir. [...] Tampoco ha querido mostrar un resumen exhaustivo de contextos donde se usa cada signo: ya hay muy buena bibliografía que lo hace. Su intención es más bien acompañar al lector en una reflexión ilustrada sobre las funciones de la puntuación, lo que incluye en algunos casos mostrar las zonas de indefinición o las divergencias que existen entre los entendidos».

Para ello, Millán va contándonos —su amenidad narrativa es proverbial— la historia y las características del uso de la coma, el punto y coma, los dos puntos, el punto, los puntos suspensivos, los paréntesis y las rayas, los signos de interrogación y exclamación, el guión, el apóstrofo..., señalando las distintas opiniones sobre su utilización y ejemplificándolas con fragmentos de los más variados orígenes: desde los clásicos hasta mensajes de correo electrónico, desde la prensa hasta pintadas callejeras. Y entrevera estos capítulos con otros dedicados, por ejemplo, a la puntuación en el Quijote o en la traducción, la combinación de signos, la ausencia de puntuación, la puntuación aislada...

La obra, que no esconde su parentesco con el ya clásico Eats, shoots & leaves, de Lynne Truss, tiene una «extensión web» en la página http://perdonimposible.com, donde se ofrece al lector interesado material complementario en forma de notas, bibliografía, procedencia de los ejemplos que se incluyen y demás elementos de los que se ha descargado al texto en papel para hacerlo ganar en agilidad.

Aunque el autor aclara desde las primeras páginas que el libro se ha concebido «para lectores no especializados, es decir personas de las que no se espera más formación gramatical que (tiemblo al decirlo) la que se consigue en un bachillerato: se espera que el lector sepa qué es un sujeto, un verbo y un complemento, y poco más...», echo a faltar a veces una mayor profundización en las razones que sustentan las opiniones enfrentadas acerca del empleo de los signos. Verdad es que para eso hay obras más especializadas y que reseñar los interminables debates que al respecto se producen habría alargado muchísimo el libro y probablemente confundido a bastantes lectores (y que además, como señala Millán, «uno no puntúa para dar gusto a los especialistas, sino para comunicarse con sus semejantes»), pero me parece que algunos argumentos más ayudarían a comprender por qué unas opciones son preferibles a otras.

Apuntado mi «pero», me apresuro a decir que Perdón imposible es un libro que debería leerse en las escuelas y demás centros de enseñanza, donde parece que no se hace el necesario hincapié en los «misterios» de la puntuación (ni, ya puestos, en los de la redacción y la ortografía), con los deplorables resultados que vemos cada día. La obra de Millán —que apuesta siempre por la claridad y por una escritura gozosa, en las antípodas del engolamiento o la adustez «profesorales»— constituye una estupenda guía de iniciación en dichos «misterios».

 

Publicación, 8 de marzo del 2006,

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