El catálogo y el mapa

 

 

Barcelona, Sarrià, 2004

 

Cuando conviven varios timbres entran en lucha dos concepciones enfrentadas: la espacial y la textual.

En la primera de ellas, el conjunto de los timbres reproduce a menor tamaño la estructura de la vivienda: el timbre superior es el del piso que está más arriba, y el inferior es el del que está más abajo. En las casas más complejas, además, en cada fila el timbre izquierdo representa al piso situado a la izquierda del rellano, el derecho el de la derecha, etc., como en este ejemplo lisboeta:

 



Lisboa, 2003
Clave: E izquierda, D derecha, F centro

 

Pero hay otra ordenación posible, la que dicta la lógica del texto. Una descripción ordenada de los pisos debería proceder de abajo a arriba (no va a "empezar la casa por el tejado"), pero el texto, ¡ay!, en nuestra cultura, avanza de arriba a abajo. El resultado transgrede el orden de la mímesis, pero se adhiere al más racional orden del texto...

 



Barcelona, Gràcia, 2003
(y qué curiosa esa desalineación de los bajos:
juraría que es una cuestión de clase...)

 

Además, y por increíble carambola de la lengua, estos pisos barceloneses están no sólo en orden lógico, sino incluso en orden alfabético. Este irreprochable (e infrecuente) catálogo expresa la victoria de lo textual sobre lo icónico.

Y si queremos burlar las trampas de la representación asignando sencillamente un número a cada puerta, tampo conseguiremos huir del todo de los imperativos del espacio:

 



Valencia, 2004

 

Y por último el reino de la sinrazón, de lo disforme y aleatorio, de lo no planificado y mendaz: el reino de la locura. Encontré este caso a la salida de una cena con amigos en el barrio de Gràcia. Estaba ligeramente alterado, aunque no tanto como para no fijarme en los timbres que encontraba a mi paso. Éste me hizo detenerme: primero por su inusual localización, plano sobre la puerta, en vez de lateral sobre las jambas. Luego, por su diseño noble y algo arcaico, del que no había encontrado muchos casos, y por fin, cuando pude acercarme para mirarlo más de cerca mi visión se nubló, me inundó un vértigo extraño y pronte deseé no haberme parado:

 



Barcelona, Gràcia, 2004

 

El principal, en Barcelona, es el piso que está antes del primero. Es muy extraño, entonces, este ordenamiento, que baraja de semejante modo los pisos, en un dispositivo inicialmente concebido para el número total (siete) ¡y todos con rotulación de idéntica procedencia!

 

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