El poder de la mente

José Antonio Millán

 

26 de junio de 1993

Sección "Don de lenguas". Aquí está todo lo que hice en ella.

 

El poder de la mente

Tras el recorrido crítico y documentado que el año pasado la revista de consumidores norteamericana Consumer Report hizo sobre la "medicina oficial" (y que tantas lacras puso al descubierto), este año le ha llegado el turno a una cuestión espinosa: la influencia que tiene la mente sobre la curación. El problema que subyace es central, porque si logra probarse que la mente cura, ¿sobre qué base el monopolio médico oficial seguirá vetando las medicinas blandas, o incluso soluciones tipo "curandero"? Por otra parte, afirmaciones del estilo de que la meditación, por sí sola, puede sanar el cáncer, son probablemente abusivas y podrían constituir fraudes. Este tema resbaladizo lo ha abordado Consumer Report en su número de febrero, y con la edición de un libro, Mind/Body Medicine.

El problema es que, aunque ya los griegos lo sabían, aunque los médicos del XIX no lo ignoraban, y es un hecho de sentido común que el estado anímico tiene gran influencia sobre el paciente, no había pruebas "científicas", ni estudios de seguimiento sobre la cuestión. Ahora ya existen, y sus conclusiones son terminantes: las personalidades apresuradas y competitivas sufren muchas más enfermedades cardiovasculares; las técnicas de relajación y la meditación alivian (entre otros males) el asma y los problemas gastrointestinales; la autohipnosis alivia a los hemofílicos y parturientas; los "grupos de apoyo" alargan considerablemente la vida de enfermas terminales de cáncer de mama en terapia médica, y un largo etcétera. En consecuencia, las técnicas de lo que se llama "medicina mente/cuerpo" están empezando, aunque lentamente, a recomendarse en las especialidades médicas tradicionales.

De todas formas, si analizamos con cuidado los factores demostradamente terapéuticos, ante nuestros ojos aparecerá un cuadro familiar: lo que cura es la relajación, la falta de competitividad, la meditación, los grupos de amigos...; en suma: todo lo que llevaban consigo otras formas de vida. Se impone, entonces, la siguiente conclusión, que ya no es de Consumer Report sino de cosecha propia: El ser humano sabe curarse; la modernidad (o "el capital", o "el Sistema", a escoger) no le deja.

Enemigo a la vista

Un problema serio de la ficción situada en el nuevo escenario internacional es, ni más ni menos, encontrar enemigos. Una novela de espías actual no puede presentar a un agente ame-ricano intentando robar secretos nucleares a unos científicos rusos que, en realidad, lo que hacen es pedir todo el rato ayuda laboral a EEUU. La última novela de Le Carré, por ejemplo, se ha tenido que buscar una intriga de tráfico de armas y droga en el Caribe. Pero un campo en el que la carestía de enemigos ha hecho auténticos estragos es el de los juegos bélicos. Uno planea un juego de ordenador en el que un helicóptero norteamericano armado hasta los dientes sale a buscar camorra y ¿a quién pondrá al otro lado? El juego Comanche, de NovaLogic --una excelente simulación tridimensional, dicho sea de paso-- ha tenido que echar mano a las siguientes alternativas: "un compañero que se ha vuelto loco", "agentes de la KGB renegados", "eco-terroristas" sin nacionalidad precisa, que se dedican a reventar árboles, e incluso un ¡"Movimiento de Liberación de Hawai"!

Cereales

¿Recuerdan ustedes los misteriosos círculos que aparecieron en campos sembrados de Inglaterra durante varios veranos consecutivos, y ocuparon gran espacio en los medios de comunicación? Hace tiempo que los amantes de estos fenómenos cuentan con una revista propia: The Cereologist, que se edita en Londres tres veces al año. El último número aparecido revela la gran actividad desplegada por esta joven ciencia, la cerealogía: fotografías aéreas, estudios microbiológicos de los suelos donde tuvieron lugar los fenómenos... Una de las opiniones que acompañaron a estos portentos fue que se trataba de un fraude; pues bien: The Cereologist ha convocado un "concurso de círculos", ofreciendo sustanciosos premios a quienes logren imitar la calidad de los originales. Aunque se han conseguido buenas aproximaciones (y ha nacido un nuevo arte: el "Circle Art"), nadie ha llegado a la perfección, cosa lógica si, como revela un artículo de la revista, los círculos los produce la energía orgónica, fuerza de origen sexual que detectó Wilhelm Reich.

Más madera

Decididamente, la vida en el mundo contemporáneo tiene sus inconvenientes, pero también claras ventajas. Sin ir más lejos, la higiene: ¿recuerdan ustedes los viejos tajos de madera de las carnicerías? Hoy las sustituyen --por ley-- limpias superficies de plástico blanco. La pena es que, según ha demostrado el Instituto de Investigación Alimentaria de la Universidad de Wisconsin, y recoge el International Herald Tribune, el plástico es peor. Los investigadores sembraron siete tipos distintos de maderas, y cuatro tipos de plástico, con microorganismos como salmonella. Tres minutos después, el 99,9 % de las bacterias de la madera había muerto, mientras que las del plástico seguían ahí. Ahora los científicos están intentando aislar el agente activo de las maderas. Cuando lo consigan, nos venderán --no lo duden-- "Tajos de plástico con Antibacterín® de pino"...

La mueca

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Desde que Hollywood fue considerada la "fábrica de sueños", parece que el cine ha optado públicamente por dar una cara amable, cueste lo que cueste. La crítica Janet Maslin del Times de Nueva York señala que la publicidad muestra siempre caras sonrientes, aunque la película tenga un contenido trágico. Dos ejemplos: en Lorenzo's Oil (la terrible historia de padres que descubren que su hijo tiene una enfermedad mortal) han escogido el único fotograma en que la familia sonríe unida; el cartel de Viven [La tragedia de los Andes], por otro lado, muestra "jóvenes actores sonriendo sobre un majestuoso fondo de montañas". Sólo si uno fuerza la vista ve, en una esquina, el aeroplano chafado en promesa de una cena dudosa.

 

 

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