Vocabulario de ordenadores e Internet José Antonio Millán |
Edición electrónica (4)
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Con la aparición de los libros
inmateriales surgen nuevos problemas (y nuevas soluciones): ¿libros para todos?, ¿libros
gratuitos? ¿Cómo defender a los autores y editores? Aquí van algunas de las viejas
utopías y nuevas realidades.
Proyecto Gutenberg Lo creó en una fecha realmente temprana para la Red (1971) el informático Michael Hart, a quien se le había asignado espacio libre de ordenador para que hiciera con él lo que quisiera. Concibió la idea de poner a disposición de todos textos fundamentales (y que no tuvieran derechos de autor vigentes), y comenzó por la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Su principio básico fue crear textos en un juego de caracteres elemental, que pudieran ser legibles en cualquier sistema, y en eso también fue pionero. El Proyecto Gutenberg (que recibió su nombre del creador de la imprenta), siempre ha sido gratuito y mantenido por voluntarios. Durante muchos años ha representado la mayor fuente de obras (literarias o no) en la red. Aunque han surgido numerosos continuadores y competidores, aún está vigente y fiel a su ideario original. Planea alcanzar los 10.000 libros en el año 2.001.
Proyecto Xanadu Lo ideó Theodor Nelson a finales de la década de 1970, aunque nunca llegó a ver la luz. A estas alturas, aún se debate si se trató de una pura fantasmada (lo que se conoce en la jerga informática como vaporware), o si realmente estuvo en la raíz de muchas de las ideas que luego dieron fruto, como la misma WWW, u otras que aún están esperando su desarrollo. Debe su nombre a un poema de Coleridge sobre Kublai Kan: Xanadu es la ciudad lujosa y onírica que fundó el conquistador. Un sueño, realmente, era lo que se propuso Ted Nelson: un mar de documentos todos relacionados mediante enlaces hipertextuales, todos disponibles (y aquí sí que podemos ver una premonición de la World Wide Web). A esto se unía un sistema de gestión y cobro de derechos de autor, de tal modo que si alguien utilizaba una obra ajena, la citaba, o la incorporaba a una suya, el sistema se encargaría de rastrear la reutilización, cobrar por ella, y hacer llegar al propietario la cantidad devengada (esto, por cierto, es algo que aún no podemos hacer en la Web ). Lamentablemente, a pesar de años de programación, nadie pudo ver nunca ni un prototipo La obra fundacional de Nelson fue Literary Machines (primera edición, mecanografiada, de 1981, y muchas ediciones posteriores).
Compuesto de documento y universo (docuverse en su versión original inglesa). Fue lo que se propuso Ted Nelson en Xanadú: un universo de documentos interconectados gestionado por un sistema automático. Su plan no sólo comprendía el acceso a obras, sino también la gestión de citas de otras obras, comentarios y ensayos de los lectores: "una gran red interconectada (a great interconnected web) de escritos e ideas". En el fondo su "esperanza razonable" era: "Que el ordenador, como herramienta personal de información, haga simple y flexible nuestra vida cotidiana". |
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© José Antonio Millán, 1999. Reservados
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