Vocabulario de ordenadores e Internet José Antonio Millán |
En sociedad (4)
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Además de los rigurosos métodos de control de comunicación que hemos ido viendo, en Internet abundan los gestos de buena cortesía: darse la mano, mirar el reloj para no llegar tarde
TCP/IP Es el combinado de los protocolos TCP e IP, en los que descansa la configuración de la Internet actual. Los ordenadores que usan estos protocolos son los únicos que se pueden comunicar con otros de la Red. Históricamente, el protocolo TCP/IP sustituyó al NCP (vigente desde casi una década antes) el 1 de enero de 1983. La transición salió bien; pero, como prueba de las dificultades que entrañaba, valga el hecho de que durante algún tiempo después los técnicos exhibieron botones con la leyenda: "He sobrevivido a la transición al TCP/IP". |
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Literalmente significa "apretón de manos". Es el protocolo de comienzo de comunicación entre dos máquinas o sistemas. Normalmente, una de las partes emite una señal. La otra parte reconoce la señal y emite otra como respuesta. Entonces se dice que están sincronizadas, y la transmisión de datos puede comenzar. Se ha vertido al español como "establecimiento de comunicación" (que es una buena explicación de lo que ocurre, aunque no traduzca literalmente la expresión) o, sencillamente, como "saludo" o "presentación". Tampoco es infrecuente encontrarse en textos españoles con el uso de la expresión sin traducir. El término original es realmente muy gráfico, y transmite la esencia de la operación que se lleva a cabo informáticamente. Por eso no es de extrañar que se haya visto trasplantada al mundo gráfico: en el Compuserve Dialer (aplicación del servicio por línea Compuserve que tenía por objeto conectar al usuario a la red) aparecía primero la imagen de un teléfono --mientras el sistema marcaba el número--, luego el icono de dos manos estrechándose (ver ilustración) y por último una lluvia de confeti (¡conexión establecida!).
Relación entre procesos de tal modo que uno no puede comenzar antes de que el otro termine. Se aplica a muchos procesos de comunicación, incluso los más simples. Por ejemplo, la copia de datos a un buffer para que los lea otro dispositivo exige algún tipo de sincronización de modo que no se lea lo que aún no se ha escrito. En las transmisiones de datos avanzadas de alta velocidad se utiliza un reloj electrónico para sincronizar las operaciones. La expresión proviene del inglés synchronization, aunque en español --como en otras lenguas cultas-- ya existía, proviniente del griego sin, "con" y cronos, "tiempo".
Es el proceso que tiene lugar en algunos protocolos de comunicación, que, cuando detectan la interrupción de una transmisión, intentan restablecer el contacto para reanudarla. Este uso proviene del inglés resynchronization.
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