Redes, diccionario combinatorio

Atracciones misteriosas

Un diccionario sobre cómo se combinan las palabras
que supone una novedad para cualquier lengua
y enriquece el conocimiento del español de hoy

 

José Antonio Millán

 

 

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Ignacio Bosque (dir.), Redes. Diccionario combinatorio del español contemporáneo, Madrid, Ediciones SM, 2004. 1840 págs.

También de Ignacio Bosque:
Gramática descriptiva de la lengua española
Archivo Gramatical de la Lengua Española
Diccionario inverso de la lengua española

 

 

Sin la intervención del joven catedrático y académico Ignacio Bosque los estudios sobre el español contarían hoy con diez millares de páginas menos: no todas escritas directamente por él —lo que sería sencillamente portentoso—, pero sí surgidas de su impulso y de su dirección. Y entre ellas algunas piezas de altura: la Gramática descriptiva de la lengua española (codirigida con Violeta Demonte), el Archivo Gramatical de la Lengua Española y ahora este excepcional diccionario...

En una visión tradicional de la lengua, estarían por una parte las palabras —cuyo significado nos dan los diccionarios comunes—, y por otra la gramática, que nos enseña cómo combinarlas. Pero en medio de estos bien roturados territorios se extiende la tierra de nadie de las misteriosas atracciones entre palabras. El adjetivo bueno puede asociarse a infinidad de términos (desde paella hasta notario), pero acendrado se puede aplicar a muy contadas cosas: el sentido del ridículo o el catolicismo, a un militante o un hábito.

 

Redes es (en palabras de la hija de su autor), precisamente un "diccionario de palabras que van con pocas palabras", pero es que existen muchas de ellas... Esta nueva obra no nos da su significado, sino algo mejor (porque nadie nos lo aportaba): información sobre el contexto en el que aparecen y sobre sus combinaciones.

Los diccionarios suelen incluir las combinaciones de palabras más cristalizadas en la lengua, locuciones o modismos del estilo de estirar la pata o darle a la sinhueso. También pueden dar con la definición el llamado contorno de la palabra: "atusar: Arreglar ligeramente [el pelo]", o la especialización de su uso; por ejemplo, para acendrado: "Dicho de una cualidad, de una conducta, etc.: Puras y sin mancha ni defecto". ¿Son suficientes estas indicaciones para las personas que quieren dominar su propia lengua, o adquirir una ajena? La respuesta es que no...

Aquí deberíamos hacer un alto y plantearnos qué usos buscan los hablantes en un diccionario. Si quieren usarlo para entender un texto pueden bastar los diccionarios existentes ("Sus acendrados principios" equivaldría a "Sus puros principios"). Pero si quieren producir expresiones aceptables, la cosa cambia: ¿es válida la frase "sus acendrados recursos"?, ¿y "su acendrado rigor"? A un hablante con buen dominio del español le sonaría extraña la primera y aceptable la segunda, pero una persona sin muchas lecturas, y por supuesto alguien que aprende español, encontrará muy difícil aprender a usar esta palabra (y muchas otras) sin una ayuda específica como la que presta Redes.

Hay muchos casos en que la presencia de una palabra nos exige seleccionar otras. Si queremos escribir "Juan una conferencia que sobre el SIDA", ¿qué verbos utilizaremos? La competencia normal de un hablante nativo le propondrá respectivamente dio y trató, pero la variante estilísticamente más rica impartió y versó sólo la encontrará utilizando Redes (que, por cierto, también le confirmará el régimen preposicional "versar sobre").

 

Redes aporta muchos datos de uso que no encontraremos en otras obras, por ejemplo, sobre expresiones. "De sol a sol" tiene un sentido literal claro (y que figura en los diccionarios: "Desde que nace el Sol hasta que se pone"), pero ¿sería aceptable la frase "Estuvieron bailando de sol a sol"? La respuesta es que sí, siempre y cuando se refiera a unos bailarines profesionales, porque esa locución va normalmente sólo con "verbos que designan actividades laborales". Un caso particularmente rico lo tenemos en los adverbios en -mente. Los diccionarios suelen tratarlos de modo rutinario: limpiamente: "con limpieza" (y aquí se puede desdoblar en el sentido físico y en el moral). Pero la verdad es que este adverbio no se combina con verbos de limpieza (nadie dice "fregó limpiamente"), aunque sí con verbos de tránsito (atravesar, cruzar, ...) o con los de escisión (cortar, rebanar, seccionar, ...). Dentro de cada grupo de palabras Redes señala la frecuencia relativa: limpiamente aparece poco con seccionar y mucho más con cortar. Según nuestras necesidades o curiosidad podemos continuar las pesquisas: cortar se combina también con abruptamente y con en seco, y puede ir con sustantivos que indican colaboración, como ayuda. Esta palabra, por cierto, lleva con frecuencia adjetivos como inapreciable o impagable... y así sucesivamente. Este fértil tipo de navegación entre las palabras justifica con creces el nombre del diccionario.

Por decirlo rápidamente: el conjunto de datos que reúne Redes, y la organización que les articula, no existen para ninguna otra lengua. Además, y por primera vez en la historia de la lexicografía, esta innovación nace para la lengua española. Con el impulso de Redes cambiarán muchas obras (los diccionarios de español para extranjeros, y aun para nativos, nunca podrán ser los mismos), y los investigadores de aspectos semánticos o incluso filosóficos de nuestra lengua tendrán acceso a nuevos terrenos.

¿Quiénes se pueden beneficiar ya de este diccionario? De lo dicho hasta ahora debería quedar claro que cualquier hispanohablante interesado en mejorar y enriquecer su uso de la lengua encontrará aquí ayudas únicas, y quienes aprenden español como lengua extranjera tienen una herramienta insustituible. Reza un viejo dicho alemán que cuando una cabeza golpea contra un diccionario y suena a hueco, la culpa no siempre es del diccionario... Utilizar cualquier obra de consulta exige un cierto esfuerzo, y familiarizarse con un diccionario como Redes, que plantea un nuevo sistema, lo requerirá; pero su frecuentador recogerá con creces el interés invertido en él.

Cómo nació REDES

Hace tres décadas ya se podía oír a Ignacio Bosque comentar maravillado las curiosas propiedades combinatorias de ciertas palabras. Diez años despúes aparecía el primer diccionario de combinaciones para el inglés, el BBI (que no llega a la riqueza de Redes). En los años posteriores Bosque fue exponiendo su propia idea de cómo abordar este fenómeno, primero en artículos y más tarde ante grupos de colegas, Hace siete años Bosque iniciaba las conversaciones con Concha Maldonado, directora de diccionarios de la editorial SM.

Hoy en día es infrecuente que una editorial apoye a lo largo de años la creación de una nueva obra (y el resultado es que con mucha frecuencia no se hacen), pero SM tuvo la valentía empresarial y científica de dedicarle una decena de personas, entre redactores e informáticos, que crearon una base de datos de 68 fuentes periodísticas españolas e hispanoamericanas con 250 millones de palabras. Esto permitió culminar el laborioso trabajo de cuatro años de perfeccionamiento del plan de la obra y de redacción. Ya que, como dice Bosque, "precisamente porque las máquinas nos proporcionan y nos ordenan... los datos que les pedimos, debemos dedicar a la tarea de reflexionar sobre ellos buen parte del tiempo que antes empleábamos en conseguirlos". Y Redes demuestra muchísima reflexión...

 

Creación, 19 de marzo del 2005
Versión modificada del artículo publicado el 13 de noviembre del 2004 en El País.

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