27 noviembre 2009

Las jergas del Poder


Me ha alegrado mucho encontrarme en un nuevo medio, FronteraD, con Mal-dic(c)ciones, un blog de un escritor que me gusta: J. Á. González Sainz. En su entrada "La voz de la megafonía" cuenta una anécdota que ocurre en italiano, pero que es perfectamente equivalente en español. Se trata de un viaje en un tren que de pronto se detiene, y se emite un mensaje por altavoz que informa de que se trata de "una avería en el PN". Nadie parece saber qué significan esas siglas, y el narrador interpela a la empleada del ferrocarril: PN es ni más ni menos que "paso a nivel"... Y el narrador reflexiona:
¿Por qué había dicho PN en lugar de paso a nivel? ¿Por qué demonios —porque de demonios sin duda alguna se trataba— había dicho algo que sabía a ciencia cierta que nadie iba a entender, en lugar de utilizar la palabra por la que todos podía saber que iban a entender? ¿Al decir PN en lugar de paso a nivel se quería dar torticeramente a entender que era algo de elevada complejidad técnica, algo cuya dificultad o aleatoriedad estaba fuera de nuestro alcance y que, dicho en palabras que todos entendiéramos y nos capacitaran para saber a qué atenernos, podía mover nuestra insatisfacción y resultar contraproducente para la Empresa?, ¿o bien sólo se nos quería tomar el pelo? Si no querían que entendiéramos lo que sucedía no tenían por qué habernos informado. Pero no, querían informarnos y a la vez que no nos enteráramos, cumplir no con la información sino con la religión o la ideología de la información. Querían que recibiéramos la información como se recibe una comunión. De repente fui presa de un extraño terror. Por el agujerillo de aquella vulgar y pequeña situación cotidiana, que muy bien hubiera podido pasar inadvertida, me asomaba de pronto a todo lo demás y todo lo demás era igual o tendía a ser igual: nos sustituyen las palabras con las que entendemos y los modos que tenemos de entender por aquello con lo que se nos escapa el entendimiento de las cosas pero simulando no obstante una comunicación realizada. No comunican nada, pero comunican, siguen comunicando o no hacen más bien otra cosa que comunicar e informar no sólo importándoles un bledo que nos quedemos a dos velas sino aspirando religiosamente a que quedarse el receptor a dos velas sea el verdadero objetivo, el auténtico cumplimiento de la información, la comunión total con “la voz de la megafonía’.

(Vale la pena leer el post completo). Su reflexión me ha impresionado, poniendo voz a algo que había sentido muchas veces: la sustitución de la comunicación desde el poder (y tan poder es el Jefe del Estado como una revisora) por un remedo oscurecedor...

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2 Comments:

Blogger eduideas ha dicho...

Buf, pues la jerga admonistrativa en según qué ámbitos como educación, sanidad o justicia es más que una falta de información. Buena anécdota

29 noviembre, 2009  
Blogger Jaime ha dicho...

He tenido que sufrir la lengua en lo referente a la vivienda. En nuestro país, tenemos dos tipos básicos de vivienda: vivienda libre (en propiedad o en alquiler) y vivienda de protección oficial (VPO).

La vivienda de protección oficial es un tipo de vivienda promovido por poderes estatales: autonómicos y municipales. El régimen franquista fue quien promovió este tipo de construcciones, destinadas a las clases más desfavorecidas. Pero también, con la idea de crear un parque de propietarios, con lo que se pervierte su uso público original. Si una vivienda promovida por el Estado pasa a ser propiedad de un titular y poder venderse a precio libre después de una serie de años, tendremos siempre un déficit de vivienda pública. Es una de las costumbres que ayudaron a consolidar eso que se ha dado en llamar “la cultura del propietario”.

Consultando un folleto de Adicae (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros) sobre régimen hipotecario, reunificación de créditos y sobreendeudamiento familiar, leo que tenemos un parque de viviendas construidas y dadas de alta de 24 millones, mientras que somos unos 45 millones de habitantes. Una simple regla aritmética da un proporción de una vivienda por cada dos habitantes. Si tenemos en cuenta que hay unos 7 millones de personas que necesitando vivienda, no tenemos opción a una (ni en alquiler ni en propiedad), no hay duda de que tenemos un problema grave al que la vivienda protegida no da respuesta.

Todo esto ha sido posible con un formidable enmascaramiento del lenguaje.

Algunas abreviaturas:

IVIMA (Instituto de la Vivienda de Madrid)
EMV (Empresa Municipal de la Vivienda)
SPA (Sociedad Pública de Alquiler)
ICO (Instituto de Crédito Oficial)

La última broma de la CAM (Comunidad de Madrid), que consulto en su portal web dedicado a vivienda es crear unas cuantas tipologías sobre vivienda protegida que añaden confusión a la confusión. Les dejo con un pequeño listado... referido a la comunidad donde vivo:

Vivienda con Protección Pública Básica (VPPB)
Vivienda con Protección Pública de Precio Limitado (VPPL)
Vivienda con Protección Pública para Arrendamiento (VPPA)
Vivienda con Protección Pública para Arrendamiento con Opción a Compra (VPPA OC)
Vivienda con Protección Pública para Arrendamiento con Opción de Compra para Jóvenes (VPPA OCJ)
Vivienda de Integración Social (VIS)

02 diciembre, 2009  

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