Traducir
Hamlet en la holocubierta

Susana Pajares Tosca

 

Introducción de la autora
Crítica de Darío Villanueva
Artículo de Joaquín Rodríguez

Barcelona, Paidós, 1999.
320 págs.
2.800 pta.
colección Paidós Digital
para pedirlo

La página web sobre Hamlet on the Holodeck, con multitud de enlaces interesantes, está en: http://web.mit.edu/jhmurray/www/HOH.html

La página web de Susana Pajares Tosca, dedicada al hipertexto y a la cultura digital, está en: http://www.ucm.es/info/especulo/hipertul/

 

El año pasado por estas fechas estaba en medio de una estancia de investigación en Brown University (USA). El mundo de la cibercultura académica americana seguía conmocionado por la aparición del libro de Janet Murray, Hamlet on the Holodeck: The Future of Narrative in Cyberspace, que the MIT Press publicó en 1998 (hay otra edicion de 1997 con Free Press), y por el de Espen Aarseth, Cybertext. En un campo en el que se publican nuevas "guías definitivas del ciberespacio" todos los días, el libro de Murray era una novedad por varias razones. En primer lugar, no se deja arrastrar por la clásica ceguera neo-romántica de los entusiastas de la tecnología por la tecnología ni por el pesimismo de los que temen por la muerte del libro; su análisis de los nuevos soportes comunicativos está exento de entusiasmos infundados así como de pesimismos cortos de vista. Con rigor y seriedad examina las exageraciones de los primeros teóricos de lo digital, situándolas en su contexto histórico y aprovechando lo mejor de estos tempranos intentos. Define de nuevo términos como interactividad, placer narrativo, entorno digital… y hace un acertado análisis del hipertexto y las teorías y ficciones surgidas desde su aparición. En segundo lugar, su libro es el primero que propone una clasificación de las características intrínsecas del medio digital desde lo digital, con una lucidez sorprendente que combina una amplia formación literaria con un conocimiento extenso del cine y la televisión contemporáneos, así como de otras formas de entretenimiento: juegos de rol, videojuegos, etc.

El libro de Murray era el que todos citábamos en nuestros artículos y trabajos, y explorando la página web del libro, donde Murray tiene enlaces a sus actividades en el MIT, se me ocurrió la idea de escribirle un correo para pedirle permiso para asistir a una de sus clases desde una esquinita, sin molestar a nadie… Boston estaba muy cerca y pensé que sería genial conocer el MIT por dentro. Como casi todos los profesores prestigiosos americanos, Murray es perfectamente accesible por correo electrónico, y para mi sorpresa, me invitó a charlar con ella en su despacho, mucho más de lo que yo esperaba.

En nuestra conversación me aconsejó muy amablemente sobre aspectos de mi tesis doctoral, y hablamos de muchas cosas que su libro esboza y que a mí, lectora demasiado exigente, me hubiera gustado que desarrollara más. Janet Murray impartía un curso de ficción interactiva en aquellos momentos (ahora enseña en el Georgia Tech), y fue interesantísimo ver los trabajos que estaban realizando los alumnos, sobre todo por el programa de creación de personajes electrónicos CharacterMaker (desarrollado por la propia Murray). En el entusiasmo que su trabajo despertó, le pregunté si su libro estaba traducido al castellano, porque si no lo estaba, era una obra imprescindible para los estudiosos de lo digital, y me encantaría traducirla personalmente. Precisamente había hablado pocos días antes con José Antonio Millán, director de la colección Paidós Digital, y habíamos comentado algunos títulos que podrían resultar de interés para el lector en español. Murray se entusiasmó con la idea, y ofreció toda su ayuda en caso de que la traducción fuera adelante. Tras considerarlo en relación con los objetivos de la colección, José Antonio Millán decidió finalmente proponer la adquisición de los derechos del libro, y Paidós me encargó su traducción oficialmente.

La traducción fue una aventura apasionante. Se llega a un grado de conocimiento del texto y asimilación de las ideas que nunca había experimentado con la simple lectura. Y por otro lado, traducir es un proceso extremadamente creativo que no es tanto copiar como re-escribir, tratando de dar a la autora una voz propia en castellano, una voz que respetara su estilo en inglés y al mismo tiempo fuera tan viva como la original para el lector en nuestro idioma. Las dificultades mayores vinieron por el uso coloquial de americanismos, (que la autora resolvió ampliamente en un cruce interesante de correos electrónicos según el libro iba avanzando), algunas palabras inventadas por la propia Murray (hubo que crear equivalentes en castellano también con la colaboración de la autora), y los innumerables títulos de películas, series de televisión, libros, cómics, videojuegos, etc. que me hicieron consultora asidua de bases de datos en Internet (buscando traducciones al castellano de las obras citadas), y sobre todo deudora de mis amigos, a los que telefoneaba de madrugada para preguntar si recordaban cómo se había traducido un cómic o el título de un videojuego. Groundhog Day es Atrapado en el Tiempo, "the holodeck" de la serie Star Trek es "la holocubierta", The X-Men, la Patrulla-X... Si tuviera que citar a todos los amigos que me ayudaron en la traducción, llenaría un folio: uno para las películas del Oeste, otro para los cómics, otro para la ciencia ficción, otro para el cine clásico… La pregunta que oí más a menudo fue, ¿Y necesitas todo eso para un libro académico sobre narrativa? Bueno, los tiempos han cambiado, el cronotopo ha caído en favor del rizoma, y los ejemplos que uno da para sostener los argumentos ya no vienen de Ovidio, sino de Super Mario Bros. El momento más satisfactorio de la traducción fue al final, cuando la autora me escribió una carta muy cálida agradeciéndome la meticulosidad y el entusiasmo puestos en su libro, porque "traducir es escribir, encontrar tu propia voz, algo que no siempre es fácil para una mujer. Me alegro que mi libro te haya servido para despejar tus dudas y ver de lo que eres capaz." En efecto, al terminar la traducción, desterré el bloqueo y pude comenzar a escribir la tesis.

 

salida