Sobre Nueva LisboaJosé Antonio Millán |
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Publiqué Nueva Lisboa en la editorial Alfaguara, en 1995. La había estado escribiendo desde mucho tiempo atrás (por cierto, incluso con ayuda de una beca de creación del Ministerio de Cultura), y me alivió poder por fin liberarme de ella. La recepción crítica fue sorprendentemente tímida, e incluso en muchos aspectos descaminada, lo que no es que me sorprendiera demasiado: era una novela claramente "de ciencia-ficción", y al tiempo notablemente postmoderna, lo que quiere decir que planteaba numerosos problemas a la crítica al uso: el primero, tal vez, y sencillamente, entenderla. Además, muchos de los elementos que la novela manejaba (entre otros, la realidad virtual) no habían entrado todavía en el imaginario general. Piénsese que Matrix, la película que divulgó ese concepto, sólo se estrenaría cuatro años después. Pero así y todo empecé a recoger un leve pero esperanzador goteo de opiniones positivas por parte de lectores a quienes les había gustado, y también empecé a leer buenas críticas en fanzines de ciencia-ficción y fantasía. Se me consideraba una especie de versión hispana del ciberpunk, aunque en ese momento yo aún no había leído a William Gibson ni a Sterling: lo que había habido, sencillamente, era una evolución convergente, partiendo por cierto de antecedentes similares. También me hizo mucha gracia enterarme de que un grupo de jóvenes fans la había convertido en un juego de rol. Al poco del estreno de Matrix, y ya con una cierta implantación de la Internet en España (porque parece mentira lo que ha hecho por el contacto directo autor-lectores) me empezaron a llegar correos que hablaban de las concomitancias entre la pelicula y Nueva Lisboa. La verdad es que hay una serie de temas (y la realidad virtual es uno de ellos) que llevaban décadas dando vueltas por ahí, a disposición de los hermanos Wachowsky, o de quien quisiera utilizarlos como yo mismo... Por cierto: había otra película en este caso anterior a mi novela que tenía también bastante parecido con uno de los capítulos de Nueva Lisboa. Se trataba de Groundhog Day (1992), estrenada en España con el título de Atrapado en el tiempo (1993), y en Latinoamérica como El día de la marmota. De nuevo, se trataba de variaciones sobre un tema clásico de la ciencia-ficción: aún no he visto la película (aunque tal vez ya debería) [Adición de final del 2006: ya la he visto, y está muy bien...]. Puestas así las cosas, hacia el año 2000, una editorial me propuso reeditar la novela. El contrato con Alfaguara llegaba a su fin, y la verdad es que una de las pocas formas que tiene un libro de mantenerse vivo es mediante una nueva edición en un nuevo sello (que da lugar a una nueva colocación en librerías y un nuevo esfuerzo de promoción): algo ecológicamente reprobable, pero lamentablemente necesario, en la lógica demente que preside el negocio del libro hoy en día. Sacar de nuevo la obra significaba la posibilidad de presentarla a un público de alguna manera más preparado para las cosas que contaba Nueva Lisboa. No se renovó, por tanto, el contrato con Alfaguara, y la obra quedó a la espera de una nueva edición... que nunca llegó, porque la nueva editorial cerró, o cambió de propietario, o una mezcla de todo. Nueva Lisboa quedó, por tanto, en una especie de limbo, de la que sólo ha salido hoy con el comienzo de su publicación en la Red. La verdad es que debía de haberlo hecho antes... Sólo puedo desear que guste a los nuevos públicos, y que tenga una nueva oportunidad entre los antiguos.
Complementos: La lectura como transmigración es una reflexión mía sobre Nueva Lisboa, al hilo de algunos aspectos de teoría de la narración. Tras la fábrica de sueños es una reseña de Nicolás Hernández, que apareció en Archipiélago. Una narración nada virtual, reseña de Juan Ángel Juristo en El Mundo, 1 de julio de 1995. Millán se adelanta al futuro con una novela sobre la realidad virtual (Emilio Lledó presenta Nueva Lisboa), El Mundo, 8 de marzo de 1995 ¿Por qué no me importa nada (al revés) sacar una obra en abierto en la Red? Lo cuento en este artículo: La gestión del entusiasmo. |
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Primera publicación: 23 de abril del 2006, |