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Los flautistas de Hamelin

Bengt Oldenburg

 

"La justicia de Chad imputó a cerca de una veintena de personas vinculadas con una ONG francesa por una serie de delitos relacionados con el intento de sacar de ese país africano a 103 menores de edad". (BBC News)

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Existen antecedentes, incluso bastante remotos, para el reciente operativo de la ONG francesa, el Arca de Zoë, en el Chad. Los niños de la cruzada del año 1212, millares de adolescentes de ambos sexos, fueron embarcados en Marsella y vendidos por los armadores como esclavos en Alejandría. Entre el siglo XV y el XIX, más de veinte millones de africanos fueron rifados como esclavos, en su mayoría, para clientes europeos y americanos. Más de la mitad murió durante el transporte. Los echaban al mar, como a las víctimas de los cayucos de hoy.

En el caso de la nueva Arca, no parece que ciento tres futuros padres adoptivos esperasen, en el aeropuerto francés de Reims, la llegada del avión español. Ni se sabe cuántos pagaron los 2500 Euros para que les entregasen una vida de niño, o niña, africana, de entre uno y diez años de edad. Tampoco se sabe, todavía, cuantos operativos anteriores de este tipo cuenta en su haber nuestra ONG “humanitaria”. También es difícil imaginarse la reacción de cualquier familia adoptiva cuando descubre que los vendajes de los niños sólo enmascaraban su salud. La mayoría de ellos, sí se sabe, eran sanos; no provenían de la zona de guerra de Darfur y tenían familiares, generalmente, islámicos.

¿Cuáles habrán sido los verdaderos motivos para esta fallida importación de menores africanos? Esperemos que el nuevo flautista de Hamelín no encuentre apoyo en el recién llegado aprendiz de brujo del Eliseo, y que algún valiente periodista haga más que filmar las escenas cuando se empaquetaba la mercadería. Sea cual fuere la respuesta, debería haber existido, en Reims o en sus alrededores, un lugar de acogida para ese tráfico, con varios pediatras, cuidadoras, traductores, leche, comida y eventuales medicamentos. A lo mejor una granja para que prosperasen, a su manera, hasta encontrar el mejor postor.

En Estrasburgo, se sabe, torturan a los gansos para aprovechar sus hígados en estado de distrofia. ¿Cuánto vale el hígado sano de un niño en el floreciente mercado negro de órganos humanos? ¿Cuánto, un par de pequeños pulmones para un sufriente niño europeo de su mismo tamaño? ¿Cuánto pagan los adictos de la infancia por violar a un niño de color, o por utilizarlo, luego, en un snuff movie? Es lamentable que sea lícito plantearse estas preguntas respecto al operativo chadiano de la ONG francesa el Arca de Zoë. Y habría que ver, si alguna vez sale a la luz, cuáles son sus antecedentes y cuáles sus valedores, franceses o no.

 

 

 

Creado, 11 de noviembre del 2006

Bengt Oldenburg (1927) nació en Helsinki e hizo sus estudios universitarios en Sociología e Historia del Arte en la École Pratique d'Hautes Études, sección V de la Sorbona. Ejerció el periodismo cultural y la crítica de arte durante veinte años en Buenos Aires, Argentina. Fue catedrático de Historia del Diseño en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Desde su llegada a España colaboró en revistas de arte como Lápiz, en el suplemento "Culturas" del extinguido Diario 16, para luego dedicarse de lleno al mundo editorial.Ha publicado recientemente Pulgas y elefantes.

También de Bengt Oldenburg en este sitio: El imperio del doctor Moreau, Bin Man Chú, Fu Laden, Antecedentes para un futuro inmediato, El libro de Salomón, Terrorismo y terror.

 

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