¿Qué hay en una letra? (3)(En
torno al Abecedario Industrial José Antonio Millán |
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¿Qué hay en una letra? 1,
2, 3, 4
El rótulo del huevo que encabeza esta entrega, así como la limpieza digital de la imagen se los debo a Bruno Millán
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Las pintadas callejeras o graffiti son un medio en el que también se ven muestras de creatividad gráfica aplicada a las letras. En esta tercera entrega de nuestro Abecedario aparecen algunos ejemplos de pintadas, como esta expresiva elaboración barcelonesa:
Como prueba de que este tipo de juegos se remonta a muy atrás, a continuación reproducimos un precioso caso de hace dos mil años, procedente de Pompeya. Se trata de un juego con el nombre de la bella Psyque, de quien se enamoró el dios del amor. Hoja o corazón estilizado, la Y de su nombre se ha convertido en eje del dibujo.
Los ejemplos que reunimos en esta Entrega Tercera del Abecedario Industrial y del Comercio se refieren todos a la letra O, una de las más fértiles en interpretaciones figurativas... o en abusos. Porque, en efecto: ¿que tiene forma de O? Cualquier cosa: ruedas, pelotas y bolas del mundo, claramente; discos, rosquillas, yemas de huevo y platos de bicicleta, por descontado; ojos y soles, bien puede ser, ¡pero además labios y cabezas, corazones, tazas y búcaros, estrellas! Hartos de desfachatez y de recurrencias, no hemos allegado a esta galería de imágenes la totalidad de las que tenemos, para ahorrar sufrimientos al lector o consultante. Como de costumbre, el abanico de nuestros hallazgos es muy amplio, y sorprendentes las coincidencias: la relojería barcelonesa, la suiza y la tienda de revelado neoyorquina coinciden en ver la O como un reloj (que, por cierto, aparece en una pluralidad de soportes y soluciones: dibujado, trazado en neón o presente con toda su maquinaria). Igualmente sorprendentes son las disonancias: dos locales, uno de Barcelona y otro de Nueva York, llamados igualmente Morning Star ('estrella de la mañana' = lucero matutino), resuelven con la imagen de una estrella, ¡el primero la A y el segundo la O!:
Y como muestra de la llegada del postmodernismo a la rotulación, ese pasmoso ejemplo de El bocao, en el que la autorreferencia se ha cebado en la letra: la O es a la vez la rosquilla mordida y el ente mordiente (!).
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Abecedario Industrial y del Comercio
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Creación: 21 de mayo del 2006 |