¿Qué hay en una letra? (1)(en
torno al Abecedario Industrial José Antonio Millán |
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¿Qué hay en una letra? 1,
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Una letra existe para diferenciarse de las otras letras: da igual la fuente tipográfica, o la modalidad que se escoja, a p b o son reconociblemente distintas entre sí, como también lo son A P B O, a p b o y a p b o... La ciencia de la grafémica estudiará los rasgos pertinentes que en un determinado sistema de escritura sirven para diferenciar las letras: a y a tienen una forma diferente en negrita y en cursiva, aun dentro de la misma tipografía. La p y la b se distinguen por sus ascendentes o descendentes si están en minúsculas, pero en mayúscula lo pertinente es el número de bucles: P B. Que los bucles sean de grueso uniforme como en la tipografía Verdana: P B, o con rasgos salientes, y gruesos y finos, como en la Times: P B, no importa. Lo esencial es que se reconozcan. La historia del alfabeto nos enseña que en la forma de muchas de nuestras letras hay restos figurativos, como la cabeza de vaca en la A (para reconstruirla tenemos que verla invertida: ), la casa en la B, etc. El origen remoto es el alfabeto protocananeo, que dio nombre a cada letra a partir del sonido inicial de una palabra que empezaba por ella, y además tomó la imagen simplificada de la cosa designada para representarla:
Hoy en día no quedan trazas figurativas en las letras, pero la capacidad que tienen para confiar su reconocibilidad a un conjunto pequeño de rasgos (o grafos) las hace buenas candidatas a la modificación, a la creatividad... y al juego. Las capitulares de los manuscritos medievales son un claro ejemplo de modificación ornamental: los trazos básicos de esta S se han hecho personas, plantas, aves o monstruos, pero la letra sigue ahí, reconocible...
¿Dónde ha ido a parar el arte minucioso con que los miniaturistas medievales adornaban los trazos? ¿Dónde la percepción de que las letras debían parecerse a las cosas en cuyo nombre intervenían? La verdad es que ha ido a parar a una zona muy peculiar: la rotulación de locales comerciales y envases de productos, normalmente en manos o de no-profesionales (el cuñado del dueño de la empresa "que dibuja muy bien"), o de profesionales del rótulo y la ilustración (que pueden no serlo del diseño gráfico). Estos esforzados artesanos, en la obligación de cantar gráficamente las excelencias de una marca o empresa, con todas las tipografías, todas las posibilidades de la escritura manuscrita, todos los colores y adornos abiertos ante ellos, redescubren, desde una perspectiva abierta e ingenua, que la f tiene la forma de un gotero de perfume y la A de AUTOMÓVIL. Y lo demuestran:
El Abecedario Industrial y del Comercio es una recopilación hecha con espíritu dieciochesco de esta producción informal, que hoy en día se extiende de los rótulos y envases a las imágenes corporativas, webs, pintadas callejeras, carteles políticos, ... En cualquier contexto poco controlado en el que haya producción pública de escritura pueden aparecer estas creaciones, que, recopiladas en tres continentes a lo largo de casi tres años, presentamos hoy en su primera entrega:
Abecedario Industrial y del Comercio
grafémica: Una precisa introducción a la ciencia de la escritura se encuentra en el capítulo 33 de David Crystal, Enciclopedia del lenguaje: Madrid, Taurus, 1994. (Reseña de la obra). alfabeto protocananeo: Véase la Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Proto-Canaanite_alphabet.
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Creación: 8 de octubre
del 2005 |