Los nombres de... ese lugar
Uno de los capítulos de mi libro El candidato melancólico está dedicado a los nombres de ese lugar donde uno va a... lavarse las manos: unos treinta diferentes, a lo largo de un puñado de siglos. Es un tema lingüísticamente apasionante, y además dice mucho sobre los motivos del cambio de las palabras.
Pues bien: ya saben ustedes que esto de la Web es un laberinto interconectado, y así, en el blog de mi buen amigo Peter salió una nota sobre mi libro. Como además la Web hoy en día es un laberinto con muchas salidas abiertas, en los comentarios de un lector de esa entrada del blog se menciona la curiosa denominación 100, que aún rotula esa dependencia en algunos viejos establecimientos. Y, como bien se señala allí, no he encontrado ninguna motivación para que tan rotundo guarismo rotule semejante lugar.
Quería aprovechar y pedir a los amables (y eruditos) lectores de este blog alguna explicación: ¿por qué había un 100 en la puerta del baño de establecimientos públicos de hace varias décadas? Y, el colmo de la suerte: ¿podría alguien enviarme una foto (aunque sea de teléfono móvil) de álgún cartel de esos?
Pues bien: ya saben ustedes que esto de la Web es un laberinto interconectado, y así, en el blog de mi buen amigo Peter salió una nota sobre mi libro. Como además la Web hoy en día es un laberinto con muchas salidas abiertas, en los comentarios de un lector de esa entrada del blog se menciona la curiosa denominación 100, que aún rotula esa dependencia en algunos viejos establecimientos. Y, como bien se señala allí, no he encontrado ninguna motivación para que tan rotundo guarismo rotule semejante lugar.
Quería aprovechar y pedir a los amables (y eruditos) lectores de este blog alguna explicación: ¿por qué había un 100 en la puerta del baño de establecimientos públicos de hace varias décadas? Y, el colmo de la suerte: ¿podría alguien enviarme una foto (aunque sea de teléfono móvil) de álgún cartel de esos?
Etiquetas: Por algo se llamará así...
10 Comments:
Yo tuve una confusión graciosa en la cafetería que IBM tenía en la Calle Orense 69. Los "servicios", estaban marcados con una gran H (hombres) y una M (Mujeres), pero yo entendí H (hembras) y M (machos) y me metí en el confundido con gran escándalo por parte de las anteriores usuarias.
Sería curioso coleccionar las alegorias al sexo de estos lugares. Se abriría la "galería gráfica de la cursilada" con nuestras aportaciones fotográficas.
Salud.
Mi abuelo materno nació hacia 1880. Hablaba solamente en catalán. Cuando tenía que ir a "lavarse las manos" decía: "Vaig al cent" (voy al ciento).
He imaginado lo siguiente:
sentina: lugar lleno de suciedad y fetidez.
letrina: cosa sucia y asqeuroda (y fétida en el siglo XIX, cuando los excrementos caían de modo directo y sin sofnes en un depósito).
En catalan, "cien" se dice "cent" y suena como la sílaba inicial de "sent(ina)". El prurito lingüístico podría haber aconsejado este pasaje: letrina - sentina - sent(ina) - cent.
No excliuyo que una razonamiento análogo pueda hacerse para el castlelano. De todos modos, en esta lengua el asunto cuadra un poco menos: letrina - sentina - sent (ina)- cien.
Crodialmente,
Jordi Minguell
Mi padre, de 84 años, conocía la denominación de 100, aunque como algo lejano y rural. Cuando le pregunté si sabía su origen, me remitió curiosamente a Cataluña: "Es que así cuando ibas al baño te c*** en el Consell de Cent (institución de gobierno de la ciudad de Barcelona que duró hasta el siglo XVIII)".
Muchas gracias, Jordi Mingell y Saturnino. En cuanto pueda comprobaré vía Corominas la evolución que propones, Jordi. Pero parece irse prfilando una cierta relación con Cataluña. Uno de mis pocos informantes sobre el tema hablaba de su uso hace décadas en... Cuba. Pero las relaciones de la isla con Cataluña son claras (y si no, ahí están las habaneras)...
No respondo a la pregunta, pero agrego que entre los numerosos nombres de la 'camera privata' en mi idioma nativo, el neerlandés, también figura 'nummero 100', que se explica en mis tierras como originario del francés, y como juego de palabra entre "cent" y "sent" del verbo sentir (oler). Cabe decir que también se denominaba en neerlandés 'numéro cero'.
Otros nombres son, pero sobre todo eran (porque la modernidad ataca más directa):
'donde el emperador va a pie' (o sea, sin paje), o, 'ir donde no puede enviar embajador',
'el castillo de Portugal' (por port- puerta),
'la tía Meijer' (por alusiones a cierta enfermedad venérica, y donde algunos ven asociaciones con la palabra hebrea para 100),
ir al 'recibidor', al 'secreto',
al 'pays-bas'(...), al 'sombrero', al 'tuerto',
y un gran etcétera de nombres regionales, que poca gracia ganan al ser traducidos.
Fuente: mis abuelos (n. siglo 19) y www.dbnl.org
Anne
Lo de "cien" como sinónimo de "retrete" me tiene sin dormir, como a un personaje de La Regenta una frase del editorial de su diario preferido. A la espera de la autoridad de Corominas (habría que consultar su Diccionario catalán, mejor que el español),Jordi y Saturnino me han dado pistas para una explicación imaginativa, que además implica un doble eufemismo, cuya exposición espero que no ocupe demasiado espacio.
1.- Todos los datos disponibles apuntan a un origen catalán del término, aunque no exactamente a un préstamo, y menos a una evolución paralela, sino a una traducción ("cent" = "cien").
2.-No creo que "cent" como sinónimo de "retrete" en catalán pueda venir de que alguien se cagara en el Consell de Cent. Por un lado, éste se suprimió en 1714, con el Decreto de Nueva Planta, lo que haría el término demasiado remoto. Por otro, la gente se cagaría en "el Consell" o en "els Cent", pero "me cago en Cent" me parece una expresión muy rara.
3.- Sin embargo, hay que reparar que en catalán "deu" (diez) y "Déu" (Dios) son homófonos, de modo que el eufemismo castellano "me cago en...diez" no funciona en catalán. Sin embargo "me cago en cent", tiene conexión con la blasfemia y además la refuerza (deu vegades Déu). De esta forma el eufemismo original para soslayar la blasfemia daría origen a un eufemismo de segundo grado para designar donde uno caga, y el "cent" catalán se traduciría directamente al castellano, perdiendo toda conexión con su origen.
4.- Sin embargo, esta explicación (como la de Saturnino) queda pendiente de que alguien pueda documentar que alguna vez se dijo en catalán "me cago en cent", cosa que hasta donde yo sé hoy nadie dice.
Digo, y no se diré una tonteria, si no derivará "cent/sent" del término naútico "sentina" cuyos sinónimos son albañal, cloaca y sumidero según el dicionario que he consultado.
Para quien no lo sepa, las sentinas eran los retretes que colocados en el castillo de popa, volaban ligeramente a ambas lados de los barcos de vela, y hacían de letrinas para la tripulación.
Dos nombres corrientes entre mi generación, que no sé si las nuevas generaciones los utilizan, son "la Mezquita de Benamear" y "el Despacho del Sr. Roca".
Acepciones sin intención ofensiva pero que con el paso del tiempo se han transformado en políticamente inadecuadas, una en los tiempos que corren, la segunda, lo fue cuando años atrás Roca Yunyent planeo el "Desembarco en Madrid".
A raíz de un comentario que se refiere al Decreto de Nueva Planta, he recordado una denominación que por lo visto marcó época en Catalunya, después de la infausta, para el pueblo catalán, entrada de Felipe V. Por lo visto, a ir al baño se le llamaba "anar a Can Felip", "ir a Casa de Felipe". Huelgan las razones...
Abro dos nuevas líneas de investigación motivadas por una de las acepciones que he encontrado en el Trésor de la Langue Française:
"Pop. Le numéro cent, le cent. Les lieux d'aisances marqués du chiffre 100 (ou de deux zéros) à la campagne, dans les auberges."
1) Tal vez IOO no represente un número, sino un acrónimo el significado de cuyas siglas se nos escapa, pero que tenga su origen en la lengua francesa, por ejemplo "Ici On O...". Aunque dicha explicación se me antoja demasiado peregrina.
2)Que IOO tenga un significado iconográfico, es decir, que la "O" represente directamente el orificio de la letrina. Todo parece indicar (si le sumamos el testimonio del abuelo de Saturnino) que el origen tiene que ver con el ámbito rural. Por lo tanto, no es descabellado pensar que el signo "IOO" o "OO" iba destinado en un principio a personas que no sabían leer. Tal vez primero era simplemente "O" y más tarde, de manera eufemística se se convirtiera en "OO", y de ahí a "l'OO" (L + apóstrofe + O + O). Ya sé que falta documentarlo pero,
se non è vero...
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