Huellas de la espera

18 junio 2010 16:16

En los números 22 y 24 de la Rambla de Santa Mónica, en el umbral, hay (¿o ya habría que decir había?) unas curiosas huellas en el mármol. Las labró el roce de los tacones de las prostitutas, a lo largo de innumerables horas de espera del cliente, resguardadas del frío o de la lluvia en el portal.

Hoy el edificio está en obras (ya estaba abandonado cuando, en en 2005, tomé la fotografía superior). La fachada está cubierta, y no se puede saber qué ocurre dentro. Pronto habrá en el lugar un hotel; otro más.

Para mí que las huellas en mármol han desaparecido. Fíjense en la fotografía inferior: las intervenciones de “Barcelona posa’t guapa” están regidas más por la apariencia que por el respeto. La Barcelona actual, la Barcelona del turista y el diseño, tiene una enemistad manifiesta por la vida, por la historia popular: el “Paisaje urbano” ahora quiere ser algo limpio, aséptico. La “calidad de vida” que nos quieren conceder es la de la regulación, la del control, la de la selección de qué cosas merecemos disfrutar y de cuáles no. La ciudad que publica periódicos llenos de anuncios de sexo de pago, expulsa y acosa a las prostitutas callejeras; su memoria es borrada: el barrio conocido anteriormente como “el Chino” pasa a ser “el Raval”: no han existido nunca.

Por eso creo que nunca más veremos estas marcas sobre el mármol…


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