Vehículos informales en Barcelona

16 enero 2012 11:11

La subida del precio del metal, unida a la crisis económica, ha aumentado notablemente el número de personas que recuperan materiales de los contenedores de basura.

Para acumular y desplazar su botín diario se valen de transportes adaptados: vehículos de dos o cuatro ruedas, de empuje o tracción, que en una vida anterior tenían funciones diferentes: carros de supermercado, cochechitos de niño, carritos de la compra, maletas… Algunos llevan mochila: aspiran a poco.

Al reportaje completo.

(Pido excusas por repetir este post en dos blogs del sitio)

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La casa que brotó

14 noviembre 2010 20:20

En una ciudad en la que las intervenciones urbanísticas son con tanta frecuencia inanes y destructoras de la auténtica vida, da gusto ver esta acción de signo opuesto en una “casa ocupada” en la esquina de Floridablanca y Comte d’Urgell. Por obra y gracia de una pintada, el portal y la ventana encima de él se han convertido en una pequeña casa de la que brota una vegetación de pesadilla.

La obra, perfectamente realizada, se extiende hasta el cuarto piso del chaflán y dobla por las esquinas, sobre todo por la de Floridablanca. No está muy claro cómo se hizo (¿se utilizaron andamios?) y no sé quién fue su autor. Pero tengo claro que si el Modernismo pobló las fachadas de plantas y monstruos (por cierto, no muy bien conservadas), estos desconocidos grafiteros son sus herederos más directos.

Abjo se pude ver un detalle de cómo está trabajada la fachada.

Ni que decir tiene que es una obra asombrosa que merecería el “indulto”, y pervivir como muestra artística y como ejemplo de cómo transformar una esquina sin el más mínimo interés (abajo, en fecha indeterminada antes de la intervención, tomada de Google Maps)  en un poderoso grito gráfico.


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La recuperación del Velódrom

03 septiembre 2009 17:17

Para que no se diga que sólo criticamos, he aquí una alabanza: a una bonita iniciativa que proviene del sector privado. El histórico café Velódromo, que cerró sus puertas en el 2000, ha sido reabierto por la compañía Moritz, en una de las infrecuentes acciones de recuperación que ve Barcelona (Muntaner, 213).

Podía haber seguido el triste destino de otros locales, cafés históricos convertidos en hamburgueserías o sencillamente destruidos. La intervención de Moritz ha sido respetuosa con el espacio anterior, pero todavía mejor: ha mantenido la existencia de un local propicio para la estancia tranquila, la lectura, la conversación; un café en el que uno puede pedir un agua mineral y estarse dos horas sin que nadie le moleste… En esta Barcelona en la que te maltratan en cualquier establecimiento público si no eres turista (y si lo eres, te timan), es un placer reencontrar, al margen de los locales impersonales de cualquier franquicia, un espacio amigo  


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