29 mayo 2009

Mala gestión de la escritura en SMS

En las paradas de autobús de Barcelona se ha instalado un sistema que permite consultar el tiempo que falta para que llegue un determinado autobús a la parada. Transcribo en castellano las instrucciones:

para saber cuándo llega un bus concreto
Envía SMS al
7412
Con: Tiempo (espacio) código parada (espacio) número línea

Pero el usuario que, pasado el mediodía, escribe por ejemplo:

12:22 1732 17

recibe de vuelta un mensaje de error:

Missatge erroni. Envia "Temps codiparada numlinea"

El sufrido usuario se tira de los pelos: ¡pero si eso es lo que he hecho!

Pues no: el mensaje que se supone que habría debido mandar es:

Temps 1732 17

Porque las instrucciones deberían haber sido:

Con: «Tiempo» (espacio) código parada (espacio) número línea

Es decir: no hay que poner el tiempo, sino la palabra «tiempo». Y para indicar que se habla no sobre el concepto sino sobre la palabra, hace ya algunos siglos que se utilizan las comillas, cosa que al parecer ignora TMB.

Y, ya puestos, ¿por qué pide TMB que le manden esa palabra en el SMS?: si el número se usa sólo para pedir esta información (como debería ser), tendría que bastar con enviar el código de la parada y el número del autobús. Y además, ¿qué es eso de pedir que en un SMS se meta una palabra con mayúscula (Temps)? ¿O es que la mayuscula puede tanto ir como no?

En esta época de comunicación con máquinas y mediante ellas hay que pensar los mensajes desde un punto de vista específico del nuevo canal y, en cualquier caso, y si se quiere utilizar la transmisión escrita, no hay que olvidar las convenciones tipográficas que nos acompañan desde hace tanto.

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19 mayo 2009

Dos admiraciones


Encontramos este bonito ejemplo de uso de la puntuación y reflexión metalingüística sobre ella en un artículo de Josep Vicent Boira en "Cultura/s" de La Vanguardia (25 de marzo del 2009). Ahí se citaba un "humilde y olvidado artículo titulado La centralización", aparecido en 1858 en una revista carlista valenciana. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando al hacer una búsqueda aparece el número de la revista en Google Libros, gracias a que la biblioteca de la Universidad de Michigan custodiaba un ejemplar, todo hay que decirlo.

Se trata de El pensamiento de Valencia. Revista política, religiosa , cientifica y literaria, 1 enero a 31 de mayo de 1858, Valencia, IMPRENTA Y LIBRERÍA DE D. JOSÉ MATEU GARIN, plaza de la Almoina, núm. 2. En su página 207 está el texto que copiamos:
¡Peregrina ocurrencia, diria el Gobierno, la de administrarse las provincias sus intereses!

¡¡Peregrina ocurrencia, decimos nosotros, la de administrar el Gobierno los intereses de las provincias!! y él con una, y nosotros con dos admiraciones, salíamos del paso.
Se trata, está claro, de un alegato anticentralista, para lo cual se ha usado de la figura retórica de la prosopopeya: el Gobierno se indigna y los partidarios de la descentralización se indignan el doble. ¿Cómo se demuestra? Duplicando las admiraciones...

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13 mayo 2009

Parientes con U

Sabroso marisco gallego

¿Nunca han oído el principio de que sólo se puede comer marisco en meses con R? Es decir: de septiembre a abril. ¿Qué tiene que ver la R con el marisco? Nada, pero da la casualidad de que los nombres de los meses de primavera y verano (en el hemisferio norte), cuando el consumo de marisco está desaconsejado, no tienen esa letra:
La mayoría de las especies tienen su ciclo reproductor entre los meses de mayo y agosto y, durante este periodo, el marisco pierde peso, las hembras desovan, su carne se vuelve blanda y pierde sabor y textura,... "parece que se queda vacío".
Esta observación es al tiempo mnemotécnica y metalingüística, porque se refiere no a las cosas, sino a la forma de hablar sobre las cosas.

Hace poco me encontré otra, bajo esta forma:
Parientes con U, para tú.
(Otras formas son "Parientes con U, tómalos tú", "Parientes con U, tururú": hay gran variación en estas frases hechas).

¿Cuáles son los "parientes con U"? Pues básicamente el cuñado, la suegra (el suegro) y la nuera, es decir los parientes políticos, clasica fuente de conflicto. De nuevo, no hay nada intrínseco en la U que exija su presencia en esta zona del parentesco: es una casualidad.

Para los maliciosos que se apresuren a señalar que mujer también tiene U, habrá que reconocer que ella también es, aunque más cercano, un pariente político (la parienta, se la llamaba, con disculpable antonomasia, en España). O si esto plantea problemas, llamémosla sencillamente esposa, sin U.

¿Conoce el lector más casos de frases hechas metalingüísticas?

Y aprovecho para señalar que este post hace el número 100 de este blog. ¡Cómo pasa el tiempo!

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