Bar$elona

02 mayo 2010 13:13

En una sección empezada hace más de tres años, Las metamorfosis de Barcelona, hemos ido explorando juegos y variaciones con el nombre de nuestra ciudad. Estas metamorfosis suelen expresar críticas a determinados aspectos de su vida.

El ejemplo de arriba lo tomé de la camiseta de un manifestante del 1º de Mayo en Via Lietana. Se ve al alcalde Hereu a modo de clown, ante el perfil de varios monumentos de la ciudad, y en el texto la s de lo que sería la pronuciación en catalán del nombre de la ciudad [barselona] se ha transmutado en el signo del dólar $. Sí: muchos reprochamos al actual consistorio el haberse vendido al turismo, y estar convirtiendo la ciudad en un parque temático (el them[e] park de la camiseta).

Alerta: casa modernista en Septimania

25 abril 2010 12:12

Esta casa modernista en la esquina de Septimania y Saragossa está desde hace años abandonada y desde hace meses con los balcones tapiados. Es un edificio muy bello, con detalles de rejería excepcionales y preciosos pescantes en forma de plantas:

Ya conocemos el proceso demasiado bien: abandono, ruina y por fin derribo…


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La Rotonda, en peligro

19 abril 2010 11:11

El hermoso y emblemático edificio de mi barrio, La Rotonda, terminado en 1918 por el arquitecto Adolf Ruiz i Casamitjana, esta en peligro: no de derribo esta vez, sino de quedar desvirtuado y ahogado, en manos de la constructora de Núñez y Navarro (véase el muy claro artículo de El País).

Hay una plataforma ciudadana, Plataforma la Rotonda, que se opone al plan del constructor (se puede firmar contra el proyecto en su página), y aporta esta imagen del mamotreto que se va a encajar en el edificio:

La zona donde está la Rotonda ha visto alumbrar hace poco un nuevo hotel de lujo. Es un lugar privilegiado, al pie del Tibidabo, y muy visitado por el turismo, al lado de la nueva línea de metro que conectará con el aeropuerto (y de paso se cargará el barrio). La inmobiliaria de Josep Lluis Núñez tiene una fuerza inusitada en la ciudad, y está siendo responsable de diversos desaguisados urbanísticos, a pesar de su divisa: “Barcelona, siempre”. Hay que recordar que Núñez fue presidente del Club de Fútbol Barcelona (véase esta cauta semblanza en Wikipedia), y que la colusión entre los poderes futbolísticos, los inmobiliarios y los ayuntamientos ya es un clásico de nuestro país.


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Migración terminada

18 abril 2010 16:16

Para quien quiera saber qué ha pasado

Mudanza

15 abril 2010 8:08

Con este post, que figurará en todos los blogs de mi sitio, cierro la etapa Blogger de su gestión. Para hacer la transición, congelaré los comentarios en todos ellos, a la espera de poderlos reanudar pronto.

Disculpen las molestias…

Tala en la plaza

11 abril 2010 19:19

La plaza de Joaquim Folguera ha sufrido una destrucción provocada por la misma línea de metro que arrasó un jardín en Mandri/Bonanova. De ser un lugar arbolado (arriba), crecido durante ochenta años, ahora es un erial:

Algunos de los árboles han sido trasplantados a una placita próxima, donde previamente habían talado unos grandes pinos (recuerda un recientemente creado y bienvenido Observatorio de la destrucción del paisaje urbano de Barcelona). Pero otros han sido talados sin compasión:

Lo hemos dicho muchas veces, pero insistiremos: los árboles no son sólo una fuente de sombra y alivio en los tórridos días barceloneses: sobre todo crean un clima humano (que se superpone al microclima atmosférico) en el que florecen las relaciones entre las personas. ¿Suena poético? Bueno: es una forma de decirlo. Yo nunca besaría a una chica en la plaza de Lesseps, por ejemplo…
Nos quieren hacer creer que no había otra solución: pero eso es mentira. Podían haber reducido carriles en esa calle Balmes que es una autopista de bajada por la que se transita sistemáticamente transgrediendo el código, podían haber cavado tras el mercado… No entiendo muy bien por qué, pero a estea ayuntamiento (y a otros varios) le gusta cortar árboles.

 

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Vallcarca muere

03 marzo 2010 13:13

Encaramado por la montaña del Carmel, el barrio de Vallcarca era un conglomerado de casitas, villas, torres. En una de ellas vivió el compositor Arnold Schönberg entre 1931 y 1932, en el número 20 de la Bajada de Britz, y allí compuso parte de su ópera inconclusa Moisés y Aarón.

El poeta Juan Eduardo Cirlot tuvo conocimiento de este hecho, y en el año 1956, acompañado de algunos amigos (entre los que estaba Antoni Tàpies), subió a colocar una lápida alusiva en esa casa. Lo recuerda la hija del poeta, Victoria Cirlot quien, con fotografías de Manuel Armengol y textos de su padre compone el precioso libro Cirlot en Vallcarca (Barcelona, Alpha Decay, 2008).

Pues bien, ese barrio, antiguo destino de veraneantes alejado de la ciudad, ese “sublime barrio de Vallcarca”, “insuperable gueto espiritual” para Cirlot, ha empezado su desaparición. La historia es conocida (y más en Barcelona): primero el barrio se abandona. Las casas no se rehabilitan. El Ayuntamiento deja los adornos colgados de navidad a navidad (arriba). Los okupas empiezan a habitar las casas vacías.

 

Se derriban las viejas torres, llenas de encanto, con sus jardines melancólicos, para elevar horrores modernos donde meter diez, veinte veces el número anterior de habitantes.

No es cuestión muchas veces de joyas arquitectónicas (aunque también las haya): son exponentes de formas de vida, pedazos de nuestra historia, porciones irrecuperables de vida.

Vallcarca es un barrio goloso para la especulación: súbitamente se ha vuelto céntrico (al menos en relación a su situación anterior), y tiene un metro a la puerta. Es, además, lugar de paso en el ascenso o la bajada de turistas del Parque Güell: para la mirada clasista y pacata de nuestros ediles, era una vergüenza que había que erradicar, y de paso hacer negocio. Están en ello…

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EL futuro del Boadas

29 enero 2010 19:19

Foto Com2bcn

Leo hoy que ha muerto el marido de Dolors Boadas. Dolors, alma del bar Boadas, es la hija del fundador del local, Miquel Boadas Parera, quien lo inauguró el 24 de octubre del año 1933. Era hijo de emigrantes catalanes y fue barman en el Floridita de La Habana.

El bar está en un local alquilado, y hace un año el Ayuntamiento intervino para evitar que fuese a parar a otras manos. Ahora la cuestión es peor: la amenaza de la desaparición física de quienes lo han llevado las últimas décadas.

El Boadas es un bar decó como no hay muchos en el mundo. Su desaparición sería una tragedia para una ciudad que quiere ser la capital del diseño: es toda una muestra de arqueología de un estilo y de una forma de vida, pero arqueología viva e integrada en el pulso de la ciudad actual.

Sin embargo, enclavado en el arranque de esas Ramblas prostituidas por el turismo, el Boadas puede perecer: ocupado por una franquicia, o convertido en otra cosa, como un cascarón más. Pero los barceloneses queremos que siga siendo lo que es: un bar acogedor y en el que se respira el ambiente de otra época, aunque forma parte de la vida de la ciudad.

Un puñado de profesionales de la coctelería han trabajado en el local los últimos tiempos: con su concurso podremos mantener viva esta obra del diseño y de las personas.

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El caparazón

17 enero 2010 14:14

A veces hay coincidencias curiosas, que hablan de vivencias comunes. Es el caso de este blog (o, mejor dicho, la sección de la web que le precedió), titulado La destrucción de Barcelona y del libro de Juan José Lahuerta Destrucción de Barcelona, publicado por Mudito & Co en el 2004 (segunda edición del 2005).

Se trata de un precioso librito que toca temas vitales del universo de la ciudad. Lo recordé hace poco al reencontarme en Via Laietana con un edificio vaciado, ahora ya prácticamente rehecho.

Decía Lahuerta:

En el colmo del cinismo, de muchas de esas casas demolidas se han conservado las fachadas. Fachadas al aire: podríamos creer, por ejemplo, que estamos viendo ahí las pieles de la ciudad, convertida toda ella en un Bartolomé […] Esas fachadas, en verdad, son como sus caparazones [de crustáceos]  después de que haya sido sorbida su carne, aspirado todo lo blando y jugoso, suculento, sustancioso, que tenían dentro. Las manzanas, los bloques y las casas de algunos barrios de Barcelona han sido vaciados también de esa carne y esos jugos de que está hecha, al fin y al cabo, la vida, una vida atesorada por el tiempo, acumulada (pág. 15).

San Bartolomé. Miguel Ángel Capilla Sixtina
 Sí: hay una curiosa tendencia en Barcelona a sofocar la vida, desplazarla, hurtarla. Y estas cáscaras vanas son un buen ejemplo.
Creo que han hecho un hotel.
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Más mirar al cielo

06 diciembre 2009 19:19

Hace pocos meses publiqué un primer conjunto de fotografías sobre los soportes de poleas que llenan los cielos de Barcelona. (Por cierto: he preguntado por ahí, incluso a profesionales, y no aparece por ningún lado el nombre que puedan tener estos elementos).

Ahora he añadido un grupo más, recolectados en el barrio de Gràcia. La verdad es que la variedad de formas y decoraciones es asombrosa…