25 marzo 2010

Mi entrevista en "La Opinión"


Aprovechando que pasaba por La Coruña me ha entrevistado Isabel Bugallal en La Opinión. Como la entrevista es sobre todo de temática lingüística, aquí la reproduzco, aumentada con una imagen y enlaces.

He corregido pequeños errores, fruto de la transcripción de una entrevista oral y de las prisas periodísticas...
-¿Cómo puede hacer tantas cosas y mantener una bitácora (jamillan.com) tan amplia al día?

-Porque me gustan. Soy muy dado a aprovechar tiempos muertos como un viaje en metro, e ir haciendo cosas.

-Y escribe y publica en papel libros; cuentos, novela, ensayo, y hasta ha ilustrado alguno.

-Va por épocas, ahora estoy más volcado en el ensayo y las obras infantiles. La fotografía también me interesa: me ha permitido ilustrar de forma sui generis algún libro.

-¿Siempre lleva una cámara?

-Sí, eso es sagrado, porque nunca sabes cuándo puede saltar la oportunidad. Con la fotografía digital es comodísimo, puedes tirar las fotografías que quieras.

-¿El cartel más insólito que se ha encontrado recientemente?

-Un mensaje de amor de un chico a una chica. Decía: "Soy la guinda en tu sostén" [ver arriba]. Y la firma. ¿Precioso, no?

-Tampoco está mal el de la embajada de Rumanía que colgó en su bitácora.

-"Aquí no se hacen fotocopias, no hay esto, no hay lo otro, no tenemos cambio, no es la embajada de Rumanía"... Me encontré con carteles con todo tipo de negativas de gente que debe estar harta de que le pregunten.

-¿Fue lanzador de peso?

-De jovencito. Era una actividad atlética que me gustaba mucho. Es una mezcla curiosa de fuerza, agilidad y dinamismo que, cuando la descubrí, me emocionó. Lo dejé de practicar de joven pero me quedó huella, cuerpo de lanzador de pesos: un cuerpo un poco soviético.

-Y ahora es atleta de la lengua.

-Las palabras me interesaron siempre. Me gusta la historia de las palabras, descubrir carteles en la calle, oír cómo habla la gente. Sí, me hice un atleta de la lengua y, cuando me dejan, hablo muchísimo.

-¿De dónde le viene ese interés por el lenguaje?

-Vengo de una familia con una cultura verbal muy grande. En Navidades, por ejemplo, hacíamos concursos e inventábamos letras de villancicos. Uno de mis abuelos era traductor de Shakespeare, mi madre escribía libros para niños... En fin, estaba inmerso en una cultura muy relacionada con la lengua. Recuerdo cuando mi padre me contó la etimología de una palabra y descubrí de golpe que las palabras no fueron tal como las conocemos sino que tienen detrás una historia, a veces gigantesca, y que son historias alucinantes que van pasando de continente en continente a lo largo de los siglos.

-¿Van pasando y se producen las invasiones bárbaras?

-Las invasiones acaban siendo tan asimiladas que no son bárbaras. Una cantidad inmensa de palabras del español vienen del árabe, de lenguas germánicas, del italiano, del francés, muchísimas del inglés y, en cuanto pasan cincuenta o sesenta años, las sientes como propias. Si le dices a alguien que detective o tanque son palabras inglesas se quedaría sorprendido. Pasó siempre y no es un problema, al revés, acaba enriqueciendo la lengua.

-¿Qué hacer con los términos que han venido con las nuevas tecnologías?

-Googlear o bloguear, ¿se quedarán en la lengua? Depende del azar. Google es un nombre propio pero hay otros muchos nombres de marcas que se quedaron, como celo o kleenex.

-¿La Academia peca a veces de tolerante con lo que no son más que modas pasajeras?

-Uno ha visto de todo. La función de la Academia es más bien ser notario. Ahora que hay muchos lingüistas allí y que son gente sensata, puede decir, 'sí, esto es así y significa esto, pero es un uso de tipo vulgar'. Eso no estaría mal, pero, a veces, hace propuestas fallidas, como ciberpágina y el prefijo cíber- para todo, y la gente no la seguido. La lengua funciona por sufragio universal: si los hablantes quieren llamar a una cosa de una determinada manera, lo harán por encima de las academias y, si no, no habrá forma humana de que lo hagan.

-¿Es muy escrupuloso con la puntuación?

-Me parece un recurso absolutamente sutil y maravilloso. Soy cuidadoso cuando escribo porque una frase puede acabar diciendo una cosa completamente distinta. No es igual 'Pedro es simpático. Pero un poco aburrido' que 'Pedro es simpático, pero un poco aburrido'. Con el punto estás insinuando una oposición grande y con la coma parece una cosa secundaria.

-¿El punto y coma se explota poco?

-No sólo en español, también en francés, en portugués, en las lenguas de origen latino. Es que fue de los signos de puntuación más tardíos en aparecer y está a caballo entre el punto y la coma. Hay autores como Bolaño o Vila-Matas que no lo usan jamás, sorprendentemente, porque a mí me ayuda mucho, sobre todo en las frases largas, con subordinadas o con adversativas. Es uno de los signos que se utilizan menos también por su dificultad.

-¿El epiceno ha muerto?

-El género gramatical es una cosa muy curiosa que está sometida a tensiones de los hablantes. Las mesas no son femeninas ni los coches masculinos.

-¿Qué opina de tratar de eliminar el sexismo en la lengua con 'los y las'?

-Es evidente que una solución tan pesada no puede ser buena. Eso nos llevaría a cosas como 'todos los padres y las madres de los alumnos y alumnas, junto a los profesores y profesoras de este centro...' Son frases intragables, que nadie dice.

-¿Qué tal están escritos los periódicos?

-Para ser bestsellers diarios, bastante bien escritos están; los de calidad tienen un nivel razonable. Algo tiene que padecer la lengua si traduces a toda velocidad y a veces conviertes a bomberos en etarras.

-Usted empezó a trabajar como corrector, una figura que prácticamente ha desaparecido.

-Sí, y ha desaparecido -por presiones económicas- sobre todo en la prensa; en las editoriales, casi también, cuando el control de calidad es más necesario que nunca [para diferenciarse], ahora que cualquiera puede crear un blog y escribir de lo que quiera.

-¿Augura una pronta desaparición del papel en prensa?

-Es una cuestión muy debatida pero el papel tiene unas ventajas que van a hacer que permanezca, aunque no en la misma forma. En el periódico te encuentras todo junto, los cines, los anuncios de pisos, las últimas noticas, los análisis y la opinión. Quizá pronto no sea necesario incluir anuncios o la cartelera porque estará en otros medios y hasta la tengas en tu teléfono.

-¿Las ediciones digitales se parecen todavía demasiado a las de papel?

-En gran medida, sí. La edición digital debe buscar su propio camino. No es hacer lo mismo y pegarle un vídeo encima. Debería sobre todo explotar los enlaces, una riqueza que el papel no puede tener.

-¿Las nuevas tecnologías cambiarán la forma de hacer literatura?

-Tanto como la literatura, no sé. Siempre hubo escritores que hicieron lo que les dio la gana, como Joyce, incluso cosas rarísimas. Lo que seguro que cambiará es la comunicación escrita. Ya está cambiando.

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03 septiembre 2009

Una cuestión de substancia


Este cartel se exhibía antes del verano en la terraza de un céntrico bar barcelonés. El bar acababa de pasar unas semanas cerrado porque habían pillado, al parecer, a un camarero fumándose un porro...

Pasemos por alto la ausencia de hache en prohibido, o la reducción del grupo culto -bs- en substancia. Omitamos incluso el estudio de la interesante variante: "Prohibido fumar porros y otras sustancias", para ir al grano.

¿Qué significa aquí sustancia? Claramente, ninguna de sus acepciones en el DRAE. Quizás más cerca estará la última edición del María Moliner: "Cualquier cosa sin forma determinada de la que está formada otra cosa material cualquiera o con la que se puede formar: 'Una sustancia pegajosa. La sustancia orgánica' ".

Ni siquiera: sustancia aquí significa 'cosa', 'producto', pero de un tipo muy especial: prohibida, ilegal. Dado que en la terraza se puede fumar tabaco, todo parece indicar que éste no es una sustancia. ¿Por qué? ¡Porque esta permitido!

El sintagma su(b)stancias ilegal(es) está muy extendido: 615.000+352.000+431.000+435.000 resultados en Google, más de 1,8 millones de apariciones. También abunda, aunque algo menos su(b)stancia(s) estupefa(c)ciente(s). Creo que ahora la resbaladiza sustancia se ha contaminado del sentido negativo de sus adjuntos habituales, con lo que el dueño del bar puede perfectamente prohibir fumar sustancias.

Para que no le cierren.

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22 septiembre 2008

SMS: L GRN DBAT!


Una de las preguntas que con más frecuencia me hacen los periodistas es: "¿Qué podemos hacer para que los SMS no destrocen el español?". Fíjense en que las pregunta lleva dentro una afirmación: "Los SMS están destrozando el español". Yo suelo contestar: "Pero eso no es cierto..." Y el periodista se me queda mirando (si es una entrevista presencial), o mirando fijamente al teléfono, y casi se le oye pensar: "Este hombre no sabe qué está diciendo...".

Por eso ha sido un gran placer leer una entrevista a David Crystal (gracias, Francisco Yus por la pista), que se presenta con esta entradilla: "El guru de la lengua David Crystal dice a John Crace que los SMS no son responsables ni de la mala ortografía ni de la decadencia moral".

Crystal es un lingüista y divulgador bien conocido de los visitantes de estas páginas. Ha publicado un libro titulado Txtng: The Gr8 Db8 (traducción: 'SMS: L GRN DBAT') con una investigación sobre el uso de los SMS. Los datos que presenta son para el inglés, y es posible que en el español cambie algo, pero ¡al menos habla a partir de un estudio, y no desde lo que le parece!
Casi todos los principios básicos que la gente tiene sobre los SMS resultan ser erróneos. La mala escritura no es universal: el análisis muestra que sólo el 10 % de las palabras usadas en un mensaje están mal escritas. Tampoco son los jóvenes los que mandan más mensajes: el 80% los envían empresas y adultos. Del mismo modo, no hay pruebas de que los mensajes enseñen a la gente a escribir sin ortografía: más bien la investigación muestra que es más probable que los chicos que mandan SMS frecuentemente sean los más letrados y los que más habilidades ortográficas tienen, porque tienes que saber cómo manipular la lengua.
y
Si no sabes escribir una palabra, entonces no sabes realmente si mola escribirla mal. Los chicos tienen una idea muy precisa del contexto: ninguno de aquellos con los que he hablado soñarían en escribir como SMS en un examen. Saben que les bajaría la nota.
En el fondo, destaca el entrevistador, se trata de dos posturas ideológicas diferentes: quienes creen, como Crystal, que el lenguaje cambia constantemente, y quienes preferirían que no fuera así...

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13 marzo 2008

En bronce inmortal


Una placa metálica en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid, en la madrileña calle de Juan Bravo, recuerda el valor de la libertad de prensa... lamentablemente con fea errata o error en el acento: "períodicos".

Para que no se diga que "en casa del herrero...", y dada la naturaleza de la institución que la alberga, el lugar destacado que ocupa la placa, en el frente del edificio, su gran tamaño y lo noble de la inscripción, tal vez valdría la pena que se reparara el desafuero.

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26 enero 2008

¿Hace falta que la Academia fije las abreviaturas de los SMS?


Yo creo que no, y así lo dije en este artículo publicado originalmente en La Vanguardia:
Se nos cuenta que la Real Academia quiere terciar en las abreviaturas de los mensajes cortos telefónicos, y detecto en la noticia un prurito típico de la institución: el de dejar su huella en la modernidad tecnológica, cosa que intenta desde hace tiempo. Pues bien: ahora nos sorprende la noticia de que estudia elaborar «una tabla de abreviaturas para los SMS».

Si se lleva a término, esta intervención (normativa o simplemente como sugerencia) será una de las mayores vaciedades y pérdidas de tiempo que se haya visto en la época actual. Los mensajes cortos son un procedimiento de comunicación privado, de gran auge entre la juventud, que está creando sus códigos. Y una cosa es que haya normas, como la ortografía, para la comunicación pública (garantía de inteligibilidad), y otra distinta meterse en lo que hacen libremente los individuos con su lengua, incluido jugar con ella… ¿Quién va a hacer caso de que la RAE proponga abreviar xq o prq? Desde luego, no los principales usuarios de los mensajitos. Y además, ¿sobre qué base va a proponer una solución u otra, si el campo de las abreviaciones en canales pobres de comunicación no es uno de los propios de la institución? Y sobre todo, ¿para qué?
No sé lo que opinarán los lectores de este blog...

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03 diciembre 2006

"Cocleta"


La palabra croqueta (que suele derivarse de la onomatopeya croc) es una de las que más variación experimenta en su pronunciación. Su grafía, en consecuencia también tiene notables modificaciones. Una cafetería barcelonesa ha tenido el humor de decorar su local con un panel donde figuran unas cuantas.

¿Conoce el lector otras palabras (aparte de la ya tratada sandwich) que presenten tan gran variación ortográfica?

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09 octubre 2006

Alrededor del sandwich

En mi libro El candidato melancólico, en el capítulo dedicado a los nombres de persona que se convierten en nombres comunes, hablo de la creación del genial conde de Sandwich. Sobre la (nada evidente) definición de sandwich, los riesgos de la lexicografía ombliguista y la variedad de grafías tiene unas páginas deliciosas Alberto Gómez Font en su libro Donde dice… debiera decir. Manías lingüísticas de un barman corrector de estilo, Gijón, TREA, 2006. De modo que le he pedido permiso para reproducirlas:

Los buenos diccionarios de español deben tener (algunos afirman tenerla) una clara vocación internacional, trasatlántica, puesto que nuestra lengua se habla a ambos lados del océano y en ambos hemisferios. Es la lengua oficial de 19 países y la de un estado asociado de los Estados Unidos al que todos consideramos como un país más: Puerto Rico. Son, pues 20 los países en los que el español es la lengua principal de comunicación, y en los diccionarios de esa lengua deberían tenerse en cuenta los distintos usos que tiene en cada lugar. Y a esos 20 países hay que añadir otro, los Estados Unidos de América, donde hay más de 40 millones de personas que usan el español como primera lengua.

Hay casos en los que encontramos esa vocación trasnacional, y el paradigmático es el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), redactado y editado por esta institución por encargo (y con la colaboración) de todas las academias de la lengua española de los países hispanos. También es un buen ejemplo el Diccionario Clave (de uso del español actual), donde podemos encontrar muchos usos americanos del español. Y, ya desde su título, el recientemente aparecido Diccionario de uso del español de América y España (DEAE, Vox, Barcelona, 2003) nos dice que sus especialistas en lexicografía prestaron especial atención a esa realidad internacional de nuestra lengua.

Pues bien, en ninguno de los tres casos los lexicógrafos tuvieron la suficiente amplitud de miras como para definir la voz sándwich ateniéndose a su uso en la mayoría de los países hispanohablantes. Veamos cómo nos explican el significado de esa palabra.

DRAE: Emparedado hecho con dos rebanadas de pan de molde entre las que se coloca jamón, queso, embutido, vegetales u otros alimentos.

Clave: Bocadillo elaborado con dos rebanadas de pan de molde; emparedado. (En zonas del español meridional, bocadillo).

DEAE: Especie de bocadillo hecho con dos o más rebanadas de pan de molde entre las que se pone algún tipo de alimento; se puede tomar frío o caliente.

En los tres casos los lexicógrafos caen en el error de definir esa palabra teniendo en cuenta únicamente su significado en español de España y de México, países donde, en efecto, el sándwich es un emparedado hecho con pan de molde (también llamado pan de caja, pan inglés...), y donde si el emparedado se hace con otro tipo de pan recibe el nombre de torta (en México) o bocadillo (en España) . Y también es grave error incluir en la definición la palabra bocadillo (aparece en el CLAVE y en el DEAE) sin tener en cuenta que esa voz solo tiene ese significado en español de España, de tal forma que quien consulte el diccionario, si no es español, tendrá que buscar también bocadillo.

Hay que buscar el sándwich en un diccionario redactado en América, en este caso en México, para encontrar una definición en la que no aparezca el dichoso pan de molde: en el Diccionario Enriquezca su Vocabulario, editado por Reader’s Digest, dice: «Bocadillo hecho generalmente con jamón y queso, y algún aderezo, entre dos rebanadas de pan; emparedado». No aparece el pan de molde, pero nuestra alegría por esa desaparición se va al garete cuando nos indican que los sándwiches son generalmente de jamón y queso, y cuando vemos aparecer otra vez la palabra bocadillo en la definición. ¿Qué pasó? pues que ese diccionario, cuya edición original es mexicana, sufrió (nunca mejor dicho) una revisión para adaptarlo al español de España... de ahí el jamón y el queso y el bocadillo.

¿Qué es lo que falla? Pues que desde la Argentina hasta Guatemala, pasando por las Antillas y los Estados Unidos, los sándwiches no son necesariamente con pan de molde, sino que se pueden hacer con cualquier tipo de pan, es decir, lo que en México se llama torta y en España se llama bocadillo en el resto de los países hispanohablantes se llama sándwich, sea con el pan que sea. Y esos sándwiches no tienen por qué ser generalmente de jamón y queso, y en su definición no tiene por qué usarse la palabra bocadillo; basta con emplear la voz emparedado.

Esa falta de sensibilidad, esa falsa creencia de que el español de España es válido en todos los países hispanos, pudo verla claramente el autor de este artículo un día en la cafetería del tren Talgo que une Granada con Madrid: una bella señorita con acento venezolano le pidió al camarero una Coca Cola y un sándwich de tortilla, a lo que el mozo respondió, categórico:

—No hay sándwich de tortilla.

Ella, contrariada, mirando fijamente la gran foto que había sobre la cabeza del camarero en la que se veía muy claramente, entre otros productos comestibles, un gran emparedado de tortilla de patatas hecho con un panecillo redondo partido por la mitad, repitió lo que quería, esta vez señalando el anuncio, y obtuvo esta respuesta, en voz muy alta:

¡¡No hay sándwich de tortilla!! Hay sándwich de jamón y queso, sándwich vegetal y sándwich de atún. Y ¡bo-ca-di-llos! de chorizo, de jamón serrano, de queso y de tortilla...

—¡Bueno! Pues póngame una Coca Cola y uno d’esos de tortilla contestó, incómoda, la turista venezolana.

También deberían recoger los diccionarios (el Clave lo hace en parte) las diferentes formas que la palabra inglesa sandwich adoptado en algunos países hispanos: sánguche, sánduche, sángüiche, sángüich, sánduiche...

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