Los nichos del libro
05 septiembre 2006 12:33
- En el blog de Txetxu Barandiarán hay una entrada deliciosa sobre las "otras librerías", que incluye un reportaje fotográfico sobre las tiendas que simultanean la comercialización de libros con la de tabaco o sobaos (para quien no lo sepa, los sobaos y quesadas son dulces típicos de Cantabria, España). Para mí, la moraleja de la situación está clara: en el mundo cambiante del libro las grandes superficies comparten con las librerías especializadas y con los nuevos establecimientos mixtos (mercerías o pastelerias reconvertidas) la tarea de acercar el libro al lector; del mismo modo, archivos electrónicos y obras en papel se apoyan mutuamente para hacer llegar la información o las obras allá donde serán necesarias. Es un momento híbrido, en el que aparecerán toda suerte de mediaciones, pero si entre todas se salva (y mejora) la magia de la lectura y el servicio al lector, todos saldremos ganando.
Etiquetas: Librerías
3 Comentarios:
La explicación del rediseño de los espacios comerciales parece y es muy razonable. Pero si las cosas estuvieran donde debieran estar, no habría mejor sitio para vender los libros que las dulcerías, en algunos casos; las tiendas de comestibles en general, en otros muchos, y las tan añoradas tiendas de ultramarinos, donde deberían servirse los más navegados. Comer un buen libro sigue siendo la mejor dieta. ¿No hay una costumbre judía en la que al niño, con ocasión de un rito de iniciación, se le da a comer (o al menos a lamer) páginas de la Torah en forma de pastelillos?
No conozco el rito judío, pero sí recuerdo el Apocalipsis, cap. 10, 8-10 cuando dice: "La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra. Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito: Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel. Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre".
Este verano comentaba Abelardo Linares, de profesión, librero de viejo y de vocación editor de lo que le apasiona, que se está dando un fenómeno en la industria editorial, que los "best seller" venden cada vez mas, por ejemplo, Arturo Perez-Reverte y los autores minoritarios, no importa que sean de poesia, de ensayo o de novela, cada vez venden ediciones más cortas.
Lo achacaba él a la apertura de múltiples puntos de venta en sitios como supermercados, kioscos de prensa. o como en este caso pastelerías, donde solo tiene un corto número de títulos, lógicamente, los que más se venden o al menos los que las editoriales hacen un mayor esfuerzo de marketing, mientras que cierran las librerias de barrio tradicionales, donde tenían a la venta unos miles de títulos, los "best sellers", naturalmente, y otros que de fondo editorial de que agrupaban por temáticas y no autores.
Bueno es que aumenten los puntos de venta de libros, pero como todo también tiene su parte mala.
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