Los más caros de IberLibro

25 enero 2010 09:17


En el mundo de la venta por Internet del libro antiguo destaca la presencia de IberLibro, rama española de AbeBooks.

Recientemente IberLibros ha hecho pública la lista de los libros más caros vendidos por la compañia, así como los récords de AbeBooks.

El récord español lo tiene la obra España Artística y Monumental, Vistas y Descripción De Los Sitios y Monumentos Más Notables De España de Genaro Pérez de Villa Amil, vendido por 5.196 euros.

En los libros de AbeBooks me ha sorprendido ver el precio que alcanzan las primeras ediciones de los clásicos de ciencia-ficción, como La luna es una cruel amante de Heinlein (6.809 euros) y la trilogía de Fundación de Asimov (arriba), por 6.328.

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Estampas parisinas V: el libro y el 'homeless'

21 enero 2010 16:29


Claramente, París es la ciudad de los libros: magníficas librerías, fastuosas tiendas de libros antiguos, bouquinistes (libreros de viejo) junto al Sena...

Lo que no podía imaginar era encontrarme con libros también en el improvisado campamento de unos homeless (o SDF, "sin domicilio fijo", como los llaman en Francia) bajo un puente. Cabe pensar si estos ejemplares están a la venta, o si se trata más bien de la biblioteca privada de sus moradores...


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Creíamos que Amazon...

16 mayo 2009 12:00

Creíamos que era una librería, pero también era un supermercado.



Creíamos que vendía libros nuevos, pero también los vendía usados.




Creíamos que sólo vendía libros, pero también los hacía.




Creíamos que sólo libros para leer, pero también para escuchar.




Creíamos que vendía sólo libros, pero también vendía contendedores de bitios.



Creíamos que vendía e-books, pero también tenía un canal para leer libros electrónicos.



Creíamos que todo esto lo hacía con libros ajenos, pero ahora empiezan los libros propios, en un nuevo sello editorial.


Creíamos que publicaría libros más o menos al azar, por prueba y error, como todos...pero no:
AmazonEncore es un nuevo programa en el que Amazon utilizará información como las reseñas de lectores en Amazon.com para identificar libros que se han pasado por alto y autores con más potencial de lo que sus ventas indican. Amazon entonces se aliará con los autores para reintroducir sus libros a los lectores a través de apoyo de márketing y distribución en múltiples canales y formatos.
Por ejemplo, Legacy, una novela escrita por una adolescente (esa tendencia ya la veíamos venir hace tiempo), que había cautivado a sus también jóvenes lectores. En la imagen, la autora entrevistada por su hermana, al lado de la oferta del libro (editado por su primitivo, snif, editor), nuevo o usado, y de la versión en Kindle. ¿La versión comestible? No, todavía no...


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Estampas porteñas, V: El limpiabotas

06 mayo 2009 09:17


(He invertido la imagen, sacada desde detrás, para evitar que el lector se rompa el cuello).

En una céntrica calle de Buenos Aires un limpiabotas tiene a la venta un conjunto de revistas sobre tango, cuidadosamente alineadas a lado de los tarros de pomada (acepción 3).

Por cierto: aquí al lado se habla sobre porteños y porteños.

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Estampas porteñas, III

22 abril 2009 09:30


En el pasaje Buenos Aires, en la calle de Florida de la ciudad epónima, una singular confluencia de librerías de segunda mano y sastrerías (gracias, Roger por la pista).

En la foto, el reducido local de Aletheia, en transición hacia otro más holgado.

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Estampas porteñas, I

20 abril 2009 22:22


Preciosa librería de libros "viejos, descatalogados y únicos" en la calle Corrientes de Buenos Aires.

El mural, pintado a mano como se ve, presenta una heterogénea selección de autores.



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El diorama plegable

18 febrero 2009 09:17


Hace pocos domingos me encontré una joyita en el Mercat de Sant Antoni, centro del libro viejo de Barcelona, por cierto abocado a una reforma de la que nos tememos lo peor... El mercado sigue siendo, a pesar de la irrupción de DVDs, mangas y juegos de ordenador, un lugar privilegiado: un esforzado bloguero va dejando huella de sus hallazgos en el lugar, semana tras semana.

Lo que me encontré fue el humilde antepasado de los pop-up books, adecuadamente etiquetado como "diorama plegable". En rigor se trata de un libro de tan solo cuatro páginas, que se vendía dentro de un sobre (anverso, arriba; reverso, abajo).


El artefacto, que se anuncia como "patentado", estaba editado por las Ediciones Barsal (Barguño & Salvat, S.L.). Esta casa debía de estar especializada en ediciones a color y troqueladas, a juzgar por los otros productos que hemos podido localizar de su catálogo, como los teatritos (en la colección de Lucía Contreras Flores), o los cromos a la venta en algún sitio de coleccionismo. El diorama plegable no presenta fecha, pero los pocos elementos localizados de la misma editorial son de los años 30/40 del pasado siglo.

El texto del cuentecillo (apenas una quincena de líneas) se encontraba en la tapa, que está detrás del paisaje de fondo. La página cuatro, en la base del diorama, se dedicaba a la lista de títulos publicados y "próximos a publicarse".

Lo que proporcionaban estos dioramas era eso: escenas tridimensionales, no dotadas de más movimientos que los de apertura y cierre.

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Diez años de Galatea

07 diciembre 2008 12:35


En el décimo aniversario de esta pequeña librería anticuaria de Salamanca (España), reflexiona en voz alta su dueña, Begoña Ripoll:
En otoño de 1998, cuando era una joven librera que compraba y vendía libros por catálogo, empecé a pensar que me apetecía tener un local donde instalar mi Galatea. Entonces, como ahora, eran tiempos inciertos, los colegas de profesión decían que no
había mucho negocio, que el mercado estaba cambiando, las librerías condenadas a desaparecer y que se impondría el comercio electrónico...

Pero busqué y busqué, durante dos meses, tres, ya no me acuerdo bien, hasta descubrir un minúsculo espacio frente a una iglesita redonda donde anidaban las cigúeñas. Era demasiado oscuro y estrecho, pero hermoso y tranquilo a la vez; al atardecer los turistas muchas veces, cuando pasean, entran, miran al interior y esbozan una tímida sonrisa...

Alquilé el nº 3 de la Plaza de San Benito, lo pinté, barnicé unas viejas estanterías y supe que los libros y yo habíamos encontrado un hogar donde envecejer en paz. Un martes de invierno coloqué un cartel que decía “abierto”, le di la vuelta y me senté expectante a esperar que la puerta se abriera por primera vez... El resto es mi pequeña historia...

Durante estos años todo tipo de gentes ha entrado en La Galatea; también mis libros la han abandonado para irse con el desconocido, con el estudioso, con el conversador, con aquel que un día encontró incluso aquello que no andaba buscando. Yo soy la única que me quedo, tecleo en el ordenador, hago paquetes, apago las luces y descubro una felicidad difícil de entender quizás, el mero gesto de girar la llave, pues mañana, como cada día, abriré otra vez la puerta de la librería.

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Estampas japonesas V: una librería del XVIII

26 noviembre 2008 09:17


El precioso Museo Edo-Tokyo (gracias, Masaru, por la visita) presenta un rico conjunto de materiales y reconstrucciones del periodo Edo, que abarca de 1603 a 1868.

Entre otras muchas cosas interesantes está la reconstrucción a tamaño natural de una librería de la época (en la imagen), que sigue la descripción de una librería real que estuvo abierta hacia 1780. Las librerías del periodo Edo vendían novelas ligeras con ilustraciones, y grabados que representaban escenas cotidianas o galantes de la época (beldades, luchadores de sumo...).

Como los libros resultaban caros, florecieron también en ese periodo casas que prestaban libros (impresos o manuscritos), y que mantenían surtidos a sus clientes de las novedades que aparecían. Por su naturaleza semiprivada, estos establecimientos quedaron al margen de la censura gubernamental y fueron una fuente privilegiada de noticias para los ciudadanos.

A diferencia de los museos europeos, los norteamericanos y los japoneses permiten sacar fotos sin problemas, y este museo Edo-Tokyo incluso fomenta la toma de fotos con flash en ciertos casos, como esta librería, con carteles que invitan a ello. Gracias a esta política, el lector puede disfrutar de esta imagen.

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Guía personal de librerías de viejo

20 noviembre 2008 09:16


A través de El bibliómano llego a un bonito artículo de Juan Manuel Bonet en Room (pág. 58). Bonet es un conocido revolvedor de puestos del libro viejo, afición que ha ejercido en cuanta ciudad ha visitado, de modo que su testimonio tiene gran valor.

A modo de pequeña guía, Bonet recorre Barcelona, Basilea, Bruselas, Cracovia, Lisboa, Londres, Madrid, México D.F., Montevideo, Nueva York, París, Praga, Roma... e Internet, y en cada uno de estos lugares (o no-lugares) aporta su experiencia y recuerdos. Por ejemplo:
He comprado muchos, muchísimos libros en Barcelona. Siempre se ha encontrado allá más arte y literatura moderna y extranjera que en Madrid. Recuerdo una librería ya desaparecida y mítica, la de Porter, sobre la que tan bien escribió en su día el siempre recordado —y no sólo cuando se habla de libros— Joan Perucho. Recuerdo los grandes tiempos de Marca padre, cuando vendía la biblioteca del pintor y poeta Josep María de Sucre y te podía enseñar lo mismo un dibujo de Barradas o Torres-García que Cinquante deux miroirs, el libro barcelonés —impreso por Oliva de Vilanova— con el que se inicia, en 1917, la obra poética de Picabia. Hoy mismo en la capital catalana hay muy buena oferta libresca. Por mi parte, y aunque también me parecen recomendabilísimos El Astillero, Litoral o Manuel del Pino, donde más suelo revolver es en Farré, tanto en su sede de la calle Canuda como en su vecino almacén, que recomiendo especialmente.

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Estampas japonesas II: Jimbocho

11 noviembre 2008 09:17


En un post pergeñado meritoriamente sobre la marcha, pero por desdicha algo telegráfico, conté un primer acercamiento al barrio tokiota de Jimbocho.

Se trata, como decía ahí, de un barrio libresco por excelencia. Tiene un gran número de librerías de viejo (86, de creer a Wa-Shoi), donde se agolpan libros y grabados antiguos, y además librerías granes y modernas, de las que hablaré en otro momento. Pero lo que me hizo una gracia especial fue descubrir que el barrio está ambientado temáticamente en los elementos públicos (que los conocedores llaman edilicias). Abajo podemos ver primero el leit motiv que se repite en las barreras que separan las aceras de la calzada y después la decoración de la estación de metro.

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Cronología del libro y la información

08 noviembre 2008 09:55


No tiene una interfaz muy vistosa, y presenta algunos bugs de navegación, pero esta Cronología anotada interactiva de la historia de la información y de los medios. De las pinturas rupestres a Internet puede ser muy útil, sobre todo cuando se exploran sus cortes temáticos: historia del libro, comercio del libro, bibliotecas y archivos, impresión, edición, y hasta categorías más curiosas como "destrucción de información".

Esta cronología forma parte del sitio web de una librería dedicada a fondos actuales y antiguos de historia de la ciencia y de la tecnología, y es un buen ejemplo de cómo la creación de contenidos afines al tema de una web puede reforzar la visibilidad de ésta.

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Libreros de viejo en Jimbocho

02 noviembre 2008 00:40


Todos los libreros de segunda mano del mundo se parecen... Siempre encontramos en cualquier ciudad del mundo estos puestecillos en la calle, donde se aglomeran conjuntos variados de libros que son revisados con avidez por hordas sucesivas de posibles compradores.

He podido ver en Tokyo, en el barrio de Jimbocho, una fiesta que ha llenado la calle de farolillos rojos y puestos de libros. Predominaban los japoneses, como es lo normal, pero se encontraban libros en otras lenguas.

En el barrio de Jimbocho abundan las librerias. En su origen fue una zona llena de imprentas, y aun ahora agrupa distintas actividades que tienen que ver con el libro: el coagente japones de mi agente en casa tiene su oficina ahi. Otro dia contare algo de lo que me dijo...

(Escribo en un teclado japones, y puede faltaran acentos; he huido tambien de las palabras escritas con esa n con sombrerito tipica del espanyol).

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Libros en Trieste

19 agosto 2008 09:17

Librería de viejo en Trieste, Italia, 2007

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St. Nicholas Market

12 agosto 2008 09:17

Bristol, Reino Unido, 2008

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El libro, ¿artículo de consumo?

04 agosto 2008 09:17

Madrid, Rastro, 2007

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Estampas mexicanas II: librerías de viejo

11 julio 2008 09:17


Las librerías de viejo de México DF: un mundo concentrado sobre todo en la calle Donceles, muy en el centro.


Lugares con nombres soprendentes: El mercenario de la lectura (que suena a reividicación materialista de un oficio) o Hermanos de la hoja, con aires de sociedad secreta...



Y el lema casi quiromántico de esta última:

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Estampas mexicanas I: el diablo del diablillo

07 julio 2008 09:17


Entre los puestos de libros de segunda mano que hay al lado del Palacio de la Minería, en el centro de México DF, encontré hace poco el de Jiménez, dedicado a "Libros esotéricos y raros". Su enseña, que se ve arriba, es toda una declaración de principios: el diablo maneja un diablillo (me aseguran que ese es el nombre que se da a lo que en España llamaríamos carretilla, quizá debido a que el manillar es talmente como unos cuernos), cargado de cajas de libros.


Pue bien: el segundo aspecto excepcional de Jiménez es que, si un libro no es lo suficientemente raro o esotérico, ¡él lo rarifica! Vean las tapas de madera grabada que él mismo fabrica para las obras de Lovecraft, de San Cipriano, o tenebrosas actas inquisitoriales...

Con este post inauguramos una breve serie de estampas de México.

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Big Bang digital

15 marzo 2008 10:30

Con este título El País de hoy ofrece un interesante conjunto de artículos sobre la influencia de la Red en el mundo del libro:

Literatura sin papel, de Winston Marique
El blog y la literatura del siglo XXI, de Edmundo Paz Soldán
A rescate de páginas singulares, de Elisa Silió (sobre el mundo de las librerías de viejo)
La Biblioteca de Babel, de Javier Rodríguez Marcos (sobre proyectos de digitalización)
El nuevo poder del autor, de un servidor

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La unión hace la fuerza

12 enero 2008 08:54

El comercio del libro de segunda mano (agotado, viejo, etc.), tiene un papel clave en la bibliodiversidad del mercado, suple numerosas deficiencias en el circuito normal del libro, prolonga la vida de las obras y es ecológico. Por eso nos alegramos de noticias como ésta:

Bajo el título de Europa recciona el Bibliómano cuenta que
Un nuevo portal aparece: se llama Marelibri (Association Marelibri.com), con sede en Milán. Se formó en octubre de 2007 con otros portales independientes europeos: Maremagnum.com (Italia), Antiqbook.com (Holanda), Livre-Rare-Book.com (Francia), Prolibri.de (Alemania) y Uniliber.com (España). Todos bajo el común denominador de contrarrestar el poder de Abebooks en Europa. Marelibri reune 20 millones de libros de 2.000 librerías.

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Ring, riiiing... ¡Marchando!

26 diciembre 2007 21:39


Encontrado en un libro comprado en la Cuesta de Moyano (famoso lugar madrileño de libros viejos y de ocasión), este punto de lectura-anuncio de una librería de Madrid, calculo que hacia 1950, aunque algún lector quizás lo pueda fechar con mayor precisión.

¡Bonita época esa en la que se marcaba un número de seis cifras, se pedía el libro deseado, y un veloz ciclista te lo acercaba a tu casa! Y doblemente precioso el hallazgo por haber sido encontrado entre las páginas de un libro viejo, ese no-lugar multidimensional que puede ofrecer las mayores sorpresas...

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Los libros, a la basura

11 diciembre 2007 22:15


La oprobiosa imagen superior pertenece a un contenedor situado en la bella (aunque en progresiva degradación) villa de Cadaqués. El reciclado de desechos es una muestra de respeto al medio ambiente, aunque algún día debería plantearse la ecuación costos/beneficios que implica la forma en que se hace: habrá sorpresas...

Pero a lo que íbamos: el papel es uno de los productos más reciclables, y estos contenedores dispersos por toda la geografía animan al ciudadano a depositar en ellos su "papel y cartón". Pero, concretamente, ¿qué tipo de materiales están incitando a arrojar al contenedor? La imagen lo dice bien a las claras: frente a una caja de cartón y lo que con buena voluntad podríamos calificar de "revista", hay seis hermosos libros, seis, encuadernados, a lo que parece, en tapa dura.

Me parece una barbaridad esta exhortación, por dos motivos. En primer lugar por las omisiones: no hay ninguna imagen de los packagings abusivos de yogures o latas de cerveza, ni de los periódicos dominicales sobreinflados para meter publicidad, ni de los folletos con los que espamean nuestros buzones físicos, ni de las pilas de propaganda electoral (ilegible e ileída)
con las que nos empapelarán en seguida. No: hay que reciclar libros.

Pues no: aun si uno no está de acuerdo con el adagio clásico retomado por Cervantes ("No hay libro tan malo que no tenga algo bueno"), hay una forma preciosa de mantener el libro vivo: hacer que pase al mercado de segunda mano (¡rápido, antes de que lo destruyan o lo llenen de cánones), o lanzarlo al bookcrossing para que alguien lo encuentre. O, si me apuran, dejarlos cuidadosamente apilados en una esquina cerca del contenedor: ya verán lo que duran...

Pero a la basura, ¡nunca!

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Google libros y el comercio del libro

30 julio 2007 10:34

Recoge El bibliómano una entrada de Hang Fire Books: ¿Quién teme a Google Libros? Su tesis es que la consulta de Google Libros sustituirá a la compra de un ejemplar de esos libros académicos que uno busca para hacer cosas como una nota al pie, pero también opina que fomentará la adquisición de libros que uno no sabía exactamente si podían serle útiles.

En mi experiencia personal (que, antes de Google Libros empezó con las digitalizaciones de Amazon) la reproducción parcial de un libro académico que me interesara rara vez me ha resuelto una duda, mientras que sí me ha lanzado a una compra.

Sigue Hang Fire Books: "Las primeras ediciones y los libros como artefactos/fetiches deberían mantener su valor [en un mundo en el que google Libros haya continuado su insaciable copia]". Esta reflexión de un profesional del libro debería hacernos pensar: ¿vamos hacia un mundo en el que los libros que valoramos por su contenido y oportunidad se consumirán sobre todo por línea (o en impresión sobre pedido)? ¿Reforzará ese mundo el aprecio (y el precio) de los libros antiguos/viejos, de las ediciones esmeradas y bellas?

No parece tan mal...

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Libros de viejo

23 julio 2007 14:22

Bonita costumbre la que tiene L'home dibuixat: dar cuenta de los libros que ha encontrado en el mercado de viejo, en este caso el Mercat de Sant Antoni de Barcelona, famoso punto de encuentro los domingos por la mañana de vendedores y compradores del libro antiguo, viejo, agotado...

De esta forma, quien busque en la Red información sobre un libro determinado y tenga la suerte de que L'home dibuixat lo haya encontrado, ya podrá al menos ver la portada y (¿quién sabe?) tal vez pueda negociar su compra, el préstamo, una ojeada...

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Mi Dan Brown por tu Madonna

25 mayo 2007 11:39

La página web Cambia.es propone intercambios de productos entre particulares, y una de las categorías que presenta son los libros. En un ojeo inicial descubro 267 lotes en oferta, que van de 11 novelitas de Marcial Lafuente Estefanía a 238 novelas del Circulo de Lectores, pasando por una biografía de Dylan. "El cambio puede no limitarse a artículos de la misma categoría, en este caso libros, puesto que un usuario puede cambiar cualquier artículo, un CD, por ejemplo, por un libro."

La empresa afirma que
Estas comunidades [de personas que cambian productos] representan una alternativa al consumismo y una forma de liberar los libros ya leídos y alargar su vida, consiguiendo nuevas lecturas a cambio.
Se anuncia también una quedada (encuentro físico de intercambiadores) aprovechando la Feria del Libro de Madrid.

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Uniliber: portal del libro antiguo y usado

15 abril 2007 16:13

Aunque ya cuenta con casi dos años de rodaje, el portal Uniliber acaba de presentarse al público en una rueda de prensa.

Uniliber agrupa a "profesionales del libro antiguo, viejo, usado y agotado" que, procedentes en muchos casos de otros proyectos de venta por Internet, han decidido constituirse en asociación para dar un trato más personal a sus clientes y reducir el pago de comisiones, que encarecen los libros para el comprador final.

En estos momentos hay 189 profesionales asociados, de toda España, que suman un fondo de casi dos millones doscientos mil libros.

Este blog apoya al circuito de venta de libros de segunda mano. Sin él, infinidad de títulos antiguos y agotados serían absolutamente inaccesibles para los lectores. El mercado actual se caracteriza no sólo por la sobreproducción editorial, sino también por la rápida obsolescencia de los libros, muchas veces descatalogados al poco tiempo de su aparición, tras un paso vertiginoso por las librerías. Gran parte de la producción literaria y ensayística del pasado está hoy sólo accesible en las bibliotecas públicas y en estas librerías de viejo, donde van a parar las bibliotecas de los particulares, cuando (ejem) la muerte de sus propietarios o las presiones inmobiliarias las separan de sus poseedores.

El mercado de libros de segunda mano constituye, así, no sólo un factor ecológico de reciclado sino un componente esencial del circuito que nos liga con nuestro pasado cultural. La Internet está siendo clave para poner en contacto la oferta y la demanda, terreno en el que ya están activos gigantes del libro nuevo (como Amazon) y multinacionales del libro usado (como Abe Books, que en España opera como IberLibro).

En este panorama sólo podemos felicitarnos por la aparición de asociaciones de profesionales conscientes, como Uniliber.

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¡Funciona!

08 marzo 2007 09:11

Uso mucho el reciclado. Me encanta que algo que yo no use encuentre utilidad para otra persona, y nunca he vacilado en incorporar a mi vida algo que otro ya no quería usar. Una de las interfaces más útiles para estos intercambios es, sencillamente, la calle. Uno deja en ciertas esquinas determinadas cosas y puede estar seguro de que durarán "menos que un merengue a la puerta de un colegio" (en la expresión consagrada, y probablemente obsoleta).

Con los libros ocurre exactamente lo mismo. O más. En determinados momentos de mi vida me he visto impulsado a reducir el volumen de mi biblioteca. Uno de mis procedimientos ha sido normalmente acudir a un librero de viejo. Me saco unas pelillas (que gastaré inmediatamente en más libros), y las obras volverán a encontrarse con su público, gracias a los sitios especializados: los tenderetes callejeros, el Mercat de Sant Antoni (Barcelona), la Cuesta de Moyano (Madrid), etc. Pero para pequeñas cantidades, o con libros que no quiere ni el librero de viejo, utilizo el mismo procedimiento: una bolsa, y a la esquina de la calle.

No duran nada. Alguien puede preguntarse que quién querrá los gruesos tomos de Teoría y Crítica Literaria de los que me desprendí cuando abjuré de ciertos errores de juventud. Sabe Dios. Un día coincidí en una comida con el responsable de saldos de libros en El Corte Inglés (no caeré en el eufemismo común en la prensa de decir "unos grandes almacenes": sólo hay unos). Le pregunté algo que siempre había querido saber: ¿siempre encuentran comprador para estos libros en saldo?, ¿incluso para los de egiptología o resistencia de materiales?. "Claro", me dijo, "siempre y cuando se baje lo suficientemente el precio: se vende todo". A ese precio bajo, bajísimo, de cero euros, mis libros en la calle es lógico que no duren nada...

Uno de los usos habituales en los que usan la calle como Gran Intercambiador, cuando depositan un electrodoméstico, un ordenador, etc., es dejar un cartel que diga: "Funciona". Así, el transeúnte sabe que no está ante una chatarra, útil sólo para los recuperadores de metal (que pueden desguazar un televisor antiguo en dos minutos), sino ante un aparato quizás no de última hora, pero sí utilizable. Esta imagen de los aparatos con el cartel encima me asaltó cuando bajaba ayer una bolsa de libros a la esquina.

Y entonces pensé: un libro no necesita encima el cartel de "Funciona". Cualquiera sabe que puede cogerlo, abrirlo, e inmediatamente la alineación de letras empezará a destilar sus contenidos en la mente del lector. El libro siempre funciona. El buen libro de papel.

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Dentro de los libros

25 febrero 2007 09:45

Compré en un librero de viejo, por Navidades, una preciosa novela juvenil de los años 50 del siglo pasado, de la extinta Editorial Labor. La acción transcurría entre los tramperos y mineros de Alaska. Al verlo con más calma en casa, en su interior descubrí, recortadas de periódicos de la época, un par de noticias amarillentas, una referida al comercio de pieles, y otra a las minas de oro de la región. Y entonces recordé algo que no veía desde pequeño: cómo los libros se enriquecían permanentemente con artículos de revistas o periódicos. Recuerdo haber visto a mi padre recortar y pegar en las guardas de una obra sobre la prehistoria alguna noticia aparecida en el Ya sobre hallazgos de los paleontólogos. Junto con los subrayados y las anotaciones marginales, este aporte de nuevos elementos era la forma de conectar el texto del libro con otros textos. Hipertexto, sí, pero avant la lettre y en una sola dirección.


Recordaba estas cosas viendo algunos de los últimos posts del blog de Studiolum, una web dedicada a emblemática y otras cuestiones humanistas, que narran hallazgos de anotaciones y papeles en ejemplares de libros antiguos.

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Libro y mercancía

06 febrero 2007 10:32


A través de Con Valor llego a un artículo de Juan Manuel de Prada: Cementerios de libros, que sigue un reportaje de Antonio Astorga en ABC (y que no he podido localizar). Prada se lamenta por la destrucción de libros invendidos por parte de las editoriales. ¿Por qué? Porque
mientras existiera el libro, existía también la posibilidad de rescate: quizá un lector piadoso le sacudiera, allá en un futuro impreciso, el polvo acumulado durante décadas; quizá la curiosidad triunfara finalmente sobre la incuria y las generaciones del porvenir pudiesen disfrutar de lo que las presentes habían desdeñado, por fatuidad o ignorancia. Pero, desaparecido el libro, desaparece también toda posibilidad de salvamento.
En donde más hincapié hace el autor (y donde no ahorra floreos y comparaciones) es en el proceso mismo de destrucción:
El reportaje de Antonio Astorga se ilustraba con fotografías que movían a las lágrimas. En una de ellas, un montón de libros avanzaba sobre una alfombra deslizante, camino de la trituradora que los descuartizaría, como corderos que enfilan la entrada del matadero. En otra, se contemplaba uno de esos paisajes apocalípticos propios de vertederos o chatarrerías, atestado de grandes pacas de papel triturado que se amontonaban unas encima de otras, como obeliscos desvencijados que a duras penas logran mantener el equilibrio.
A mí me pone un poco nervioso la doble retórica que rodea al mundo del libro. Resulta que por una parte, son una mercancía, pero, a diferencia del resto de las mercancías de nuestra civilización (toneladas de alimentos arrojados al mar, ropa exiliada de la temporada anterior, ordenadores desechados porque no podrán alojar el nuevo sistema operativo...), se llora que estén sometidos, como cualquier otra, a la obsolescencia programada y a la destrucción de excedentes. Se les reconoce un papel destacado en la memoria de nuestra cultura, pero los mecanismos (bibliotecas, libreros de viejo) que los preservan al margen del mercado mayoritario (que no preserva nada) están sometidos a un cerco progresivo.

Al menos desde el punto de vista de los autores, la apuesta por la disponibilidad digital de las obras es clave,. Y desde el punto de vista de la cultura, también: ¿Cómo es posible...?
que todavía queden novelas de Baroja por publicar, que no existan obras completas de Azorín, que las obras completas de Valle Inclán sean poco menos que infumables.
O, como me decía el otro día una persona en un acto público, ¿cómo es posible que no se encuentren vivas ediciones de Gerardo Diego?... El libro será una mercancía, pero sus proveedores están sirviendo al mercado mucho peor que los fabricantes de tornillos o de medicinas.

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Las otras librerías

14 enero 2007 08:58


Siguiendo un tema que teníamos abierto, el de las librerías que se dedican también a otra cosa, este ejemplo madrileño de pura arqueología ciudadana en el barrio de Chamberí nos pone en contacto con al menos cuatro cuestiones. La convivencia heteróclita entre (por ejemplo) palanganas y La tía Tula; la demarcación precisa de los géneros de consumo popular (novelas y tebeos); el canje como procedimiento comercial (recuerdo de pequeño la existencia de muchos de estos sitios, donde llevabas la novelita recién leída y te daban otra a cambio de una peseta) y, por último, el siempre vivo circuito de los libros usados.

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Compra-venta en la Universidad

09 enero 2007 08:52

A través de Libros & Tecnología llego a la Bolsa de Libros de la Universidad de Granada, punto de encuentro entre estudiantes que tienen alguna obra que vender y los que quieren comprar un libro determinado. Estas bolsas han venido existiendo como encuentros presenciales, o en las páginas de publicaciones locales, pero la flexibilidad y facilidad de acceso de la Web puede dar a estos lugares de compra-venta un éxito inesperado... Además, la pertenencia de compradores y vendedores a una misma comunidad favorece sin duda las transacciones (sin envíos enojosos de libros por correo, sin pagos a distancia...): el contacto por hotmail o por el móvil, una simple cita en el bar de la facultad, y ya está...

En estos momentos hay listados en Granada casi centenar y medio de libros de un puñado de asignaturas (entre demandas y ofertas). Desde el punto de vista humano y ecológico, esta solución sólo merece felicitaciones, aunque probablemente moleste profundamente a más de un librero y editor universitario. Pero lo dijimos hace mucho tiempo: el conjunto de lecturas curriculares de los estudiantes universitarios es un candidato perfecto para la impresión sobre pedido de dossieres personalizados por asignatura, con obras y partes de obras, que luchen simultáneamente contra fotocopias y contra circuitos alternos de distribución. Parece, sin embargo, que los impedimentos para conseguir este tipo de edición deben de ser grandes...

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La solución al problema del precio de venta del libro

11 noviembre 2006 17:16


Encontrado este mes en una librería de viejo de Barcelona...

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