Libro y mercancía

06 febrero 2007 10:32


A través de Con Valor llego a un artículo de Juan Manuel de Prada: Cementerios de libros, que sigue un reportaje de Antonio Astorga en ABC (y que no he podido localizar). Prada se lamenta por la destrucción de libros invendidos por parte de las editoriales. ¿Por qué? Porque
mientras existiera el libro, existía también la posibilidad de rescate: quizá un lector piadoso le sacudiera, allá en un futuro impreciso, el polvo acumulado durante décadas; quizá la curiosidad triunfara finalmente sobre la incuria y las generaciones del porvenir pudiesen disfrutar de lo que las presentes habían desdeñado, por fatuidad o ignorancia. Pero, desaparecido el libro, desaparece también toda posibilidad de salvamento.
En donde más hincapié hace el autor (y donde no ahorra floreos y comparaciones) es en el proceso mismo de destrucción:
El reportaje de Antonio Astorga se ilustraba con fotografías que movían a las lágrimas. En una de ellas, un montón de libros avanzaba sobre una alfombra deslizante, camino de la trituradora que los descuartizaría, como corderos que enfilan la entrada del matadero. En otra, se contemplaba uno de esos paisajes apocalípticos propios de vertederos o chatarrerías, atestado de grandes pacas de papel triturado que se amontonaban unas encima de otras, como obeliscos desvencijados que a duras penas logran mantener el equilibrio.
A mí me pone un poco nervioso la doble retórica que rodea al mundo del libro. Resulta que por una parte, son una mercancía, pero, a diferencia del resto de las mercancías de nuestra civilización (toneladas de alimentos arrojados al mar, ropa exiliada de la temporada anterior, ordenadores desechados porque no podrán alojar el nuevo sistema operativo...), se llora que estén sometidos, como cualquier otra, a la obsolescencia programada y a la destrucción de excedentes. Se les reconoce un papel destacado en la memoria de nuestra cultura, pero los mecanismos (bibliotecas, libreros de viejo) que los preservan al margen del mercado mayoritario (que no preserva nada) están sometidos a un cerco progresivo.

Al menos desde el punto de vista de los autores, la apuesta por la disponibilidad digital de las obras es clave,. Y desde el punto de vista de la cultura, también: ¿Cómo es posible...?
que todavía queden novelas de Baroja por publicar, que no existan obras completas de Azorín, que las obras completas de Valle Inclán sean poco menos que infumables.
O, como me decía el otro día una persona en un acto público, ¿cómo es posible que no se encuentren vivas ediciones de Gerardo Diego?... El libro será una mercancía, pero sus proveedores están sirviendo al mercado mucho peor que los fabricantes de tornillos o de medicinas.

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10 Comentarios:

Anonymous eclectico dijo...

Me permito añadir un poco de "leña" al fuego con una escena que yo mismo presencié y que complementa la foto de cabecera de la entrada: http://desequilibros.blogspot.com/2006/12/se-acab-la-farsa.html

No sé qué pensar. La verdad.

06 febrero, 2007 13:08  
Blogger Ricardo Gómez dijo...

Hace unos años, en Bilbao se vendían libros POR METROS.

Durante unas semanas, se abrió un local en plena Gran Vía bilbaína, donde liquidaban, principalmente, existencias de La Gran Enciclopedia Vasca y, como digo, vendían los libros a tanto el metro (midiendo los lomos).

06 febrero, 2007 18:52  
Blogger José Antonio Millán dijo...

HAce algúntiempo recogía en el antecesor de este blog como una librería neoyorquina vendía también libros por metros... con fines únicamente decorativos, claro ;-)

06 febrero, 2007 19:30  
Anonymous El editor enmascarado dijo...

Sabes bien que en muchos casos el mayor impedimento para editar a uno de estos grandes autores del pasado son sus herederos: unos por pejigueros, otros porque creen que en vez de un antepasado tienen un pozo de petróleo, y otros porque sí.

06 febrero, 2007 20:20  
Anonymous Ana Lorenzo dijo...

José Antonio, creo que puede ser este texto el de Antonio Astorga, pero no he visto que le acompañen fotos: «Los escritores y la guillotina de papel» http://www.abc.es/hemeroteca/historico-05-06-2006/Cultura/los-escritores-y-la-guillotina-de-papel_1421870978678.html
Un saludo. Ana

06 febrero, 2007 20:51  
Blogger José Antonio Millán dijo...

Gracias, Ana: debe de ser ese el artículo, efectivamente, pero lamentablemente ABC no pone las fotos...

06 febrero, 2007 21:14  
Anonymous JPQ dijo...

Una gentleman solo defiende causas perdidas, decía un personaje de Borges, quiero recordar.
Gracias..

Q.-

07 febrero, 2007 09:50  
Blogger Capitan Burton dijo...

Hola, recién descubro el blog y estaba leyendo las entradas. La verdad que son muy interesantes. Yo soy librero y el tema del libro como mercancia me toca de cerca. Tengo un blog en donde justamente trato de reflejar lo bizarro que es a veces la atención al cliente en una libreria.. les dejo mi dirección de blog http://elclientenuncatienelarazon.blogspot.com/
saludos

08 febrero, 2007 17:02  
Anonymous javier castro dijo...

Yo conseguí rescatar de la trituradora un libro por dos euros. Estaba en una manta en Atocha durmiendo el sueño de los justos: era la "Defensa de la lectura" de Pedro Salinas y en la portadilla exhibía sus vergonzosas heridas en forma de matasellos que decía EXPURGADO, consejería de educación y cultura de la comunidad de Madrid.
En fin, un abrazo cariñoso a todos.

09 febrero, 2007 09:24  
Anonymous Anónimo dijo...

Para decorar una tienda de muebles necesito comprar libros al peso o por metros, ¿alguna sugerencia de como y donde hacerlo?

04 abril, 2007 20:08  

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