Los antecedentes remotos son bien conocidos de nuestros lectores: Google y Amazon comienzan hace cinco años a digitalizar obras, y esto provoca una
reacción europea, es decir francesa. De resultas de ella, hace un año y medio se estrenaba el
prototipo de Europeana que hoy ha abierto sus puertas.
Europeana (su servidor está casi siempre caído hoy, el día de su apertura) es lo que antes se llamaría un
portal: un sitio web que da acceso a fondos digitalizados que no están en el propio portal, sino en los sitios de muy distintas instituciones colaboradoras. Además de libros y publicaciones periódicas, Europeana tiene un énfasis particular en imágenes, mapas, manuscritos, películas, musica, etc. El proyecto pemite hacer búsquedas en conjunto en todo el fondo, pero el grado de saturacion del primer día me ha impedido llevar a cabo un test de su funcionamiento.
Entre las 90 instituciones
colaboradoras hay archivos, bibliotecas y museos. Por la parte española están la
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, la
Biblioteca de Catalunya y la
Biblioteca Nacional; la primera es una fundación privada, mientras que las otras dos son instituciones oficiales, porque Europeana da cobijo a cualquier tipo de institución.
De acuerdo con
El País,
la cultura española aportará a la nueva Biblioteca Digital Europea, de entrada, nada más que un 1,4% del total de la Unión Europea, frente al 7% de Suecia, el 8% de Finlandia, el 10% de Reino Unido, el 10% de Holanda o el ¡52%! de Francia.
[en el momento de la apertura hay] dos millones de objetos culturales entre textos, fotografías, vídeos, mapas, manuscritos, pinturas, periódicos y documentos históricos de archivo para un proyecto que, según la comisaria europea para la Sociedad de la Información, Vivianne Reading, alcanzará la cifra de 10 millones en 2010.
Los
términos del servicio ofrecen una muy pobre muestra de lo que debe ser una información a los usuarios, y un retrato de las carencias de un servicio que no supone un auténtica unificación de recursos. Por una parte se afirma que para las cuestiones de derechos hay que referirse a los sitios web de cada una de las (sí, noventa) instituciones colaboradoras. Por otro lado, ¿como interpretar esto?:
Sólo se permite el acceso a la navegación por la página web para uso personal. Los usuarios pueden imprimir o hacer copias de las páginas o de los objetos únicamente para uso propio. Los usuarios pueden también guardar en dispositivo electrónico las páginas web o los objetos para uso propio. No se permite la difusión electrónica o el envío por correo electrónico de artículos de páginas web o objetos, sin la autorización previa de la EDL Foundation, de los propietarios de los derechos del material y/o de los miembros proveedores de contenido afectados.
No se permite bajo ninguna circunstancia el uso del material con fines comerciales. Para tal fin, se requiere un permiso de la EDL Foundation, de los propietarios de los derechos del material y/o de los miembros proveedores de contenido afectados.
El uso inapropiado, incluyendo la descarga sistemática de contenido sin autorización escrita, tendrá como resultado el bloqueo del acceso al sitio web.
Sin embargo, en las
FAQ del proyecto se habla del "contexto educativo de Europeana". A pesar de ello, la difusión de obras en colectivos de enseñanza está prohibida en estos téminos de uso estrictamente personal.
Me da la impresión de que las instituciones europeas se debaten entre la evidente necesidad de no quedarse atrás en la divulgación a través de la digitalización y unas concepciones rígidas acerca de la propiedad intelectual. Esto da lugar a contradicciones como las señaladas.
Por cierto, dos curiosos elementos más extraídos de las FAQ:
La tarea final del proyecto es recomendar un modelo de negocio que asegure la sostenibilidad del sitio web.
Planeamos que la Europeana en pleno servicio [la actual es una beta] tendrá sistemas de autenticación [para vertar el acceso desde ciertos países a materiales que no se puedan ver por motivos de copyright] y posiblemente incluso pago por usar enlaces en su interior.
Bienvenidos los proyectos digitales de difusión de la cultura. Pero leamos un momento en
El País:
La UE financiará un 80% de los dos millones de euros anuales que costará el proyecto. El resto será costeado por los estados miembros.
En el punto de arranque, el entonces director de la Bibliothèque Nationale de France
Jean-Noël Jeanneney veía en la biblioteca digital europea "una protección contra los efectos perversos de una búsqueda de beneficio disimulada tras la apariencia del desinterés [o sea, Google]". A cambio, tendremos una biblioteca digital costeada por los impuestos de nosotros, los europeos, y a la búsqueda también de un modelo de negocio...
Confiamos en que el esfuerzo valga la pena.
Etiquetas: Cultura compartida, Digitalización