Gran Enciclopèdia Catalana en abierto
20 febrero 2008 14:55
Una de las obras de consulta más conocidas de Cataluña, la Gran Enciclopèdia Catalana, está desde hoy accesible gratis en Internet. Hasta el momento su versión web, la Hiperenciclopèdia, era de pago, y coexistía con la edición en papel, en 28 volúmenes. Ésta no volverá a publicarse, y la de Internet se abre a la Red.
¿Qué ha ocurrido? Los beneficios por suscripción (que existía desde 1998) eran muy bajos, "pese a las suscripciones colectivas con fondos públicos que permitían el acceso a los funcionarios, las escuelas y las bibliotecas catalanas" (dice El Periódico). Por otra parte, las enciclopedias en papel, sobre todo las de gran formato, están perdiendo ventas progresivamente desde hace años, coincidiendo (como a nadie se le escapa) con el ascenso de Internet y concretamente de la Wikipedia.
¿Qué podía hacer Enciclopèdia Catalana? La obra en gran formato no se volverá a publicar, y entre tenerla guardada en un cajón y abrirla al público en la Red, la mejor solución es la segunda: a través de ella se podrán "generar ingresos por publicidad, convenios y aportaciones públicas" (de nuevo El Periódico). Es decir: se intentará cambiar el modelo de negocio... Se tratará también de "incorporar la posibilidad de que los usuarios nos propongan nuevas entradas o textos revisados, que sólo publicaremos, sin embargo, después de ser revisados por el editor", dice el director general, Albert Pèlach en el blog del proyecto. La moda de la Web 2.0 entre las instituciones es clara, pero, como ya discutimos en este mismo blog, ¿cómo se las van a arreglar para recibir aportaciones altruistas de usuarios?
Hay otro problema, que es el de la misma concepción de la obra. Una enciclopedia en línea no es sólo el texto e imágenes en un servidor (en la imagen inferior, un artículo de la enciclopedia), ni aunque tenga acceso hipertextual a otros artículos de la misma obra: le falta la conexión al exterior. Estos elementos están previstos en una segunda fase. Dice La Vanguardia:
¿Qué ha ocurrido? Los beneficios por suscripción (que existía desde 1998) eran muy bajos, "pese a las suscripciones colectivas con fondos públicos que permitían el acceso a los funcionarios, las escuelas y las bibliotecas catalanas" (dice El Periódico). Por otra parte, las enciclopedias en papel, sobre todo las de gran formato, están perdiendo ventas progresivamente desde hace años, coincidiendo (como a nadie se le escapa) con el ascenso de Internet y concretamente de la Wikipedia.
¿Qué podía hacer Enciclopèdia Catalana? La obra en gran formato no se volverá a publicar, y entre tenerla guardada en un cajón y abrirla al público en la Red, la mejor solución es la segunda: a través de ella se podrán "generar ingresos por publicidad, convenios y aportaciones públicas" (de nuevo El Periódico). Es decir: se intentará cambiar el modelo de negocio... Se tratará también de "incorporar la posibilidad de que los usuarios nos propongan nuevas entradas o textos revisados, que sólo publicaremos, sin embargo, después de ser revisados por el editor", dice el director general, Albert Pèlach en el blog del proyecto. La moda de la Web 2.0 entre las instituciones es clara, pero, como ya discutimos en este mismo blog, ¿cómo se las van a arreglar para recibir aportaciones altruistas de usuarios?
Hay otro problema, que es el de la misma concepción de la obra. Una enciclopedia en línea no es sólo el texto e imágenes en un servidor (en la imagen inferior, un artículo de la enciclopedia), ni aunque tenga acceso hipertextual a otros artículos de la misma obra: le falta la conexión al exterior. Estos elementos están previstos en una segunda fase. Dice La Vanguardia:
Tendrá un contenido aproximado a finales de 2010 de 575.000 entradas [en vez de las 270.00 actuales], 50.000 fotografías, 2.000 dibujos, 1.500 vídeos, 2.000 mapas, 250.000 conexiones hipertextuales internas y 30.000 externas.Bienvenido este caudal de informaciones abierto a todos en la Red, pero, tanto como el modelo de negocio, el modelo de una enciclopedia en línea es lo que debe ser revisado.
Etiquetas: Cultura compartida, El buen libro de papel, Hipertexto, Lo hacemos entre todos
6 Comentarios:
El modelo de negocio es siempre complicado en Internet. No me parece mal que se pague con la publicidad, siempre que no se permitan excesos molestos, ni me parece mal que se pague con cargo al erario público, al fin y al cabo, es una obra de consulta fundamental para los catalanes.
Lo que es urgente es abrirla, a Internet. Por ejemplo, en esa página de Caduques no molestaría, sino al contrario publicidad de algún restaurante del pueblo y si eso, la permite subsistir e incluso ganar, pues adelante. Pero lo que no puede faltar son enlaces a páginas de interés de todo tipo sobre Caduques, su historia, turismo, estadísticas de población riqueza, etc., estado del tiempo on-line, fotografías, vídeos, turismo, Dalí y la Tramontana y por qué no a algún blog centrado en el tema.
Es más fácil que un usuario contribuya a una obra que ya tiene un prestigio asentado y un amplio y trabajado cuerpo de partida, y que además cuenta con revisores y editores que criban las aportaciones, que no que haga eso mismo con un proyecto como la Wikilengua, que parte casi de la nada, a la que sus patrocinadores no aportan nada, y donde no hay control de expertos, aun siendo institucional.
La diferencia es abismal.
De acuerdo con Sylvia, pero como vimos en el post anterior sobre la Wikilengua una cosa son las aportaciones de los promotores y otra es la licencia de reutilización. Las dos son necesarias si se quiere que la gente contribuya por la cara.
Mauro: La versión en abierto de la Gran Encilopèdia Catalan no se presenta como un wiki ni va a enriquecerse de ese modo. En un quid pro quo, aceptan contribuciones voluntarias que se cribarán desde dentro, pero no va a construirse a partir de ellas. Si el modelo de negocio que implementarán funciona, cada tres años, un equipo de 100 redactores de la casa renovará el 40% de los artículos.
Personalmente, estoy bastante cansada de la desprofesionalización de la autoría y de la edición y más que harta de las wikiloquesea, que me parecen un abuso de la útil herramienta que es un wiki, donde se pierde (fiabilidad, calidad, paciencia...) más de lo que se gana (accesibilidad). Así que me algro mucho de que herramientas de tanta calidad sigan en manos de profesionales y expertos, y de que el acceso de las contribuciones esté restringido. Y me parecen estupendas las fórmulas de edición en abierto si tal cosa es posible gracias al sustento de la publicidad. Si no, a cerrarlas de nuevo y a pagar por el trabajo de la gente, que ya bastante achuchado está esto de escribir, editar y publicar. Y más obras lexicográficas.
Otro caso paralelo: la nueva edición impresa de la enciclopedia francesa Quid se ha suspendido. Aunque no parece que la vayan a poner abierta en Internet...
Sobre lo de Quid: estaría bien ir cuantificando la pérdida o la degradación de grandes obras de consulta que ha generado y está generando la proliferación de las Wikipedias et filii.
Y habría que ir cuantificando, también, su contribución a la precariedad laboral en el sector lexicográfico, donde se han reducido los costes a la mínima expresión con el objeto de hacer frente al pirateo la competencia abierta de los proyectos colaborativos; hasta el punto de obligar a redactores y lexicógrafos a mudar de oficio o especialidad.
Yo no dudo de que todo proyecto editorial profesional y serio, que pueda beneficiarse de las ventajas de una aportación ajena sometida a juicio editorial, ha de añadir un plus de calidad y fiabilidad a los productos generados como wikis. Apuesto por ello.
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