"Casos horribles y espantosos"
17 mayo 2008 09:00
Acaba de aparecer el número 6 de Per Abbat, "Revista para profesores de Lengua y Literatura, y personas interesadas en letras y humanidades". Se trata de una publicación muy cuidada e impresa en buen papel. Parte de sus contenidos se pueden leer en su página web.
Además de unos artículos de gran interés, este número nos sorprende con la edición facsímil de un pliego de cordel, en concreto de la obra de Diego Gasque Caso afortuito que agora nuevamente succedió en la ciudad de Fina (Tarragona, Felipe Roberto, 1588), al que acompaña el estudio y edición a cargo de Eva Belén Carro Carbajal y María Sánchez Pérez.
Se trata, como era frecuente en este género de impresos, de la narración de uno de esos "casos horribles y espantosos"; una mujer adúltera ahoga a la hija que le ha descubierto. Fíjense cómo finje, la malvada, ante las vecinas:
Pero el facsímil ofrece un placer suplementario: el de palpar (cierto que de forma vicaria) la materialidad de la obra. Los pliegos de cordel se vendían, como el propio nombre indica, sin cortar, y colgados de un hilo. Los corrían los ciegos, que muchas veces eran también sus autores. Esta gran hoja doblada en dos veces para constituir ocho páginas, con sus grabaditos de dama y galán reutilizables en cualquier otra obra, su letra gótica con la irregularidad de los tipos manuales, transmite parte de la tosquedad, pero también de la eficacia, del impreso más popular de los siglos XVI y XVII.
Una nota final al facsímil digital. Presenta la siguiente noticia: "ETC Libros C.B. ofrece este archivo para su consulta en línea o descarga con la intención de que sea utilizado exclusivamente para uso particular o en el ámbito escolar. Se prohíbe expresamente la copia o utilización con fines lucrativos". Vaya por delante que está muy bien que se diga qué se permite hacer con los documentos digitalizados (ya querríamos que lo hicieran en la misma Biblioteca Nacional), pero una observación: para decir estas cosas es para lo que existen licencias internacionales, como las de Creative Commons.
Además de unos artículos de gran interés, este número nos sorprende con la edición facsímil de un pliego de cordel, en concreto de la obra de Diego Gasque Caso afortuito que agora nuevamente succedió en la ciudad de Fina (Tarragona, Felipe Roberto, 1588), al que acompaña el estudio y edición a cargo de Eva Belén Carro Carbajal y María Sánchez Pérez.
Se trata, como era frecuente en este género de impresos, de la narración de uno de esos "casos horribles y espantosos"; una mujer adúltera ahoga a la hija que le ha descubierto. Fíjense cómo finje, la malvada, ante las vecinas:
Más amarga estoy que hielNo para ahí la cosa: descubiertos por su suegra, la asesinan también:
—cayéndose de su estado,
dixo la falsa, cruel—
sabed, hermanas, que ayer
le dio un dolor de costado.
Y como muerta la vio,Bueno: basten estos dos ejemplos para catar el estilo y contenidos truculentos de la obra. Quien quiera leerla entera dispone por fortuna de una reproducción el el sitio de la revista.
con un ánimo que espanta
el colodrillo le abrió
y la lengua le sacó,
hiriéndole en la garganta.
Pero el facsímil ofrece un placer suplementario: el de palpar (cierto que de forma vicaria) la materialidad de la obra. Los pliegos de cordel se vendían, como el propio nombre indica, sin cortar, y colgados de un hilo. Los corrían los ciegos, que muchas veces eran también sus autores. Esta gran hoja doblada en dos veces para constituir ocho páginas, con sus grabaditos de dama y galán reutilizables en cualquier otra obra, su letra gótica con la irregularidad de los tipos manuales, transmite parte de la tosquedad, pero también de la eficacia, del impreso más popular de los siglos XVI y XVII.
Una nota final al facsímil digital. Presenta la siguiente noticia: "ETC Libros C.B. ofrece este archivo para su consulta en línea o descarga con la intención de que sea utilizado exclusivamente para uso particular o en el ámbito escolar. Se prohíbe expresamente la copia o utilización con fines lucrativos". Vaya por delante que está muy bien que se diga qué se permite hacer con los documentos digitalizados (ya querríamos que lo hicieran en la misma Biblioteca Nacional), pero una observación: para decir estas cosas es para lo que existen licencias internacionales, como las de Creative Commons.
Etiquetas: Cultura compartida, Grandes lecciones del pasado
1 Comentarios:
Me ha gustado especialmente esta entrada, ¿por qué? Digamos que pone de relieve el hecho de inverosímil de la escritura. ¿Quién le diría al impresor del pliego de cordel que su trabajo tendría la existencia que tiene en el siglo XXI, en los comienzos del siglo XXI: la pantalla de mi portátil, aquí o en Japón? Vaya, que sí, una entrada llena de sugerencia para los que alternamos la literatura con sus aledaños y así se nos va el tiempo. Un saludo.
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