Los temores del escritor frente a la Red

16 septiembre 2006 11:13


  • La historia es la siguiente: el 14 de mayo, Kevin Kelly publicó en el New York Times el artículo "Scan this book", del que ya hablamos en este blog; presentaba un panorama desolador sobre los libros "huérfanos" de lectores o posiblidad de reedición por problemas de copyright, y rompía una lanza a favor de la digitalización de bilbiotecas. Al tiempo, hablaba sobre el medio digital como lugar para la recombinación de fragmentos textuales y la desaparición del autor. Poco después el gran novelilsta John Updike arremetía contra Kevin, bajo el título "El final de la autoría", como también contamos. Hoy el suplemento Babelia de El País, dentro de tres páginas dedicadas a "Los temores del escritor frente a la red", traduce el artículo de Updike (reseñándolo dice Arcadi Espada en su blog: "Hay un texto de Updike, más bien un lametón a la Asociación Mundial de Libreros o algo así. El tono general es de una gran inquietud ante la desaparición del autor. Es realmente pintoresco, porque el punto de partida era el libro, pero ya se sabe cuáles son las pompas fúnebres estructurales de la crítica y la preceptiva literaria. Más pintoresco resulta comprobar que el modo digital no amenaza al autor, sino todo lo contrario. La digitalización traerá cambios en la unidad que llamamos libro; pero, técnicamente, permite reforzar de una manera muy considerable la propiedad intelectual. Desde Internet, el plagio es mucho más complicado [porque se puede detectar fácilmente]"). El País recoge también mis declaraciones: "¡En un lugar de La Mancha' era un verso de un romance! La visión de Kevin Kelly de un mundo de trocitos de texto flotando por Internet, listos para recombinarse, es ingenua y atrasada. Los fragmentos de obras en donde flotan es en la memoria de los lectores y de los escritores, y desde ahí actúan en la creación literaria: no hace falta Google para eso. La biblioteca universal de Google tiene la ventaja de servir para localizar el origen de una cita que no sabemos de dónde viene, pero su fin no será primordialmente literario, sino de referencia, de investigación... En un medio editorial en el que cada vez más libros de pensamiento o de ensayo se publican sin índice de nombres o de conceptos, el acceso a la búsqueda digital puede ser una bendición... sobre todo para quienes ya han comprado los libros, o para quienes están buscando un libro sobre un tema concreto". Por fin Enrique Vila-Matas, narra la divertida historia de su pirateo en la Red:
Me acuerdo ahora de que alguien, hará unas semanas, sin permiso alguno, escaneó y colgó entera en la red una novela mía, editada en Barcelona hacía ya siete años. Pasada la inicial sorpresa y las consiguientes dudas sobre si debía indignarme ante un hecho como aquél, reaccioné tomándolo todo por el lado más pragmático. Recordé que cuando escribí aquel libro, aún no tenía ordenador y, por tanto, nunca lo había tenido guardado en mi disco duro. Me pareció de pronto muy útil tener colgada allí esa novela, porque a veces copio fragmentos de mis propios libros para ilustrar alguna respuesta en alguna entrevista hecha por e-mail.

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1 Comentarios:

Blogger servidora dijo...

Es posible que mi opinión sea poco objetiva; soy defensora de la obra "libre", ya sea en forma de música, en forma de libro, en forma de programa...

Que la obra de un autor sea difundida sólo puede ser una ventaja para él. Que la distribución sea gratuita se puede ver como la ruina de Palmira, pero cada vez son más los músicos que están convencidos de que convocan a más seguidores en los conciertos gracias a la difusión de su música... y al pirateo. Y con ello, a la larga, gana el autor. Quien pierde es la discográfica (que, por ello, es la que más pelea "contra internet").

De acuerdo con que un escritor no suele congregar a sus lectores en lecturas de su obra multitudinarias (aunque puede que no fuera una mala idea :-), pero que su obra sea conocida seguro que influirá en sus ventas. ¡Por Dios, si no hacemos más que renegar porque la gente no lee! Cualquier cosa que consiga que un autor sea conocido merece ser jaleada...

Además, los libros son unos objetos curiosos. Aunque conozcas lo que dice es normal que no puedas resistirte a una determinada edición. Si no ¿a santo de qué tener distintas ediciones de la misma obra?

Definitivamente que un libro se pueda difundir libremente por la red no puede hacer otra cosa que beneficiar a su autor y a sus futuros lectores. Evidentemente, es la humilde opinión de servidora de ustedes :-)

17 septiembre, 2006 19:49  

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