Némirovsky y la memoria de la edición

15 octubre 2006 10:44

Aparte de ser una buena novela, Suite francesa, de Irène Némirovsky (que lleva meses triunfando en ventas en muchos lugares), tiene una interesante historia de escritura y de edición. De familia judía e inmigrante desde Rusia a Francia, Irène Némirovsky, nacida en 1903, publicó su primera novela en 1929: David Golder (Grijalbo, 1987). Esta obra de juventud tuvo también una curiosa historia: fue propuesta a Grasset para su publicación anónimamente, con un apartado de correos por todo remite, y cuando el editor, gratamente sorprendido, se quiso poner en contacto con el autor, en vista de que no respondía a las cartas le convocó mediante un anuncio en la prensa. Irène estaba dando a luz a una hija.

Suite francesa (Salamandra, Barcelona, 2006, traducción de José Antonio Soriano) refleja los acontecimientos de la ocupación alemana de Francia durante 1940-41, y se escribió durante esos mismos años, con la penuria propia de la época: en un cuaderno de mal papel, con letra diminuta y una escritura que aprovechaba de margen a margen.

Fuente: edición española de Suite francesa


La gendarmería francesa se llevó a Irène Némirovsky para entregarla a las autoridades nazis, como judía (a pesar de que ella se había convertido al catolicismo, en un vano intento por escapar a su suerte). Murió en Auschwitz en 1942, y su marido fue deportado y también asesinado poco después. Las hijas huyeron durante meses, preseguidas por los gendarmes, llevando consigo una maleta con objetos personales, que sorprendentemente nunca se perdió, y que contenía entre otras cosas el precioso cuaderno. Tras la liberación, las hijas lo conservaron sin leerlo jamás, creyendo que contenía un diario o notas de su madre. Sólo cuando se planeó su donación al Institut Mémoires de l'Edition Contémporaine, una de las hijas comenzo el penoso descifrado, ayudada de una lupa: era una novela que reflejaba precisamente los acontecimientos de los años en que se había escrito; era Suite francesa.

¿Qué es el Institut Mémoires de l'Edition Contémporaine? Una institución que preserva los documentos de autores y editores, en la creencia de que constituyen una fuente única para la historia cultural, literaria y económica de un país. Por ejemplo: mucho de lo que sabemos de los últimos años de Irène Némirovsky se debe a su correspondencia con el editor Albin Michel, con quien públicó la mayoría de sus obras.

No: las editoriales españolas o (hasta donde yo sé) de países hispanohablantes no cuentan con una institución de preservación parecida. Las cartas de los autores, de los editores, los documentos que dan claves preciosas sobre la gestación y la recepción de las obras que han configurado nuestra cultura, no tienen quien las guarde. Cuando las editoriales históricas mueren, sufren remodelaciones, cambian de propiedad o se fusionan en grandes grupos (y todo eso pasa todo el tiempo) sus archivos son generalmente destruidos. Total: cartas viejas de escritores muertos, noticias polvorientas de editores hace tiempo desaparecidos...

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6 Comentarios:

Blogger JoseAngel dijo...

Bueno, "que reflejaba fielmente"... hay un acontecimiento al menos sobre el que no dice ni una palabra la novela: la persecución a los judíos. Los alemanes que en ella aparecen son invariablemente educados, cultos, románticos, guapos y rectos. Triste ironía... pero claro, todo libro que quiere ser publicado se escribe en un determinado contexto.

16 octubre, 2006 23:00  
Blogger José Antonio Millán dijo...

¡Es verdad! Realmente el libro está lleno de las penurias de los civiles en la guerra, de la resistencia, etc., pero de la persecución de los judíos (que sufría en propia carne la autora) no dice gran cosa. Y también es cierto que los alemanes salen bien parados... Pero más que postura cara a una publicación que en ese momento era pura conjetura, quizás haya aquí el simple rechazo de la autora a su condición; convertida al cristianismo, colaboradora de revistas antisemitas...

16 octubre, 2006 23:23  
Anonymous Anónimo dijo...

He visto la información que das sobre Irene Nemirowsky y el Instituto francés de textos contemporáneos. Existe una experiencia similar en Italia, creada en Pavía por Maria Corti, gran medievalista y notable novelista. En un bello libro suyo, titulado "Ombre dal fondo" (Einaudi), Corti cuenta de formar novelada la gestación de este centro. Es un libro precioso.

X.

22 octubre, 2006 10:27  
Blogger José Antonio Millán dijo...

Muchas gracias por el dato, que no conocía. El Fondo Manoscritti tiene una dirección web (aunque inactiva en el momento de mi consulta). Esto es lo que cuenta sobre su fundación una necrológica:

"Creò il Fondo Manoscritti Nel 1972. Maria Corti creò all'Università di Pavia il «Fondo Manoscritti di autori moderni e contemporanei», un prezioso archivio di materiali autografi otto-novecenteschi, cui è legata la rivista «Autografo». Il primo nucleo del Fondo nacque nel '68, quando Montale donò alla Corti alcuni bloc notes con correzioni di sue poesie mescolate ad appunti vari. Poi vennero gli autografi di Bilenchi e le redazioni manoscritte della novella La Madonna dei filosofi di Gadda. La Corti narra la complessa vicenda della raccolta delle carte pavesi nel libro Ombre dal Fondo (Einaudi '97): le traversie per affrontare l'endemica mancanza di denaro pubblico, le piste seguite per rintracciare i quaderni di scrittori famosi, gli incontri con eredi diffidenti, con banchieri generosi, con oscuri trafficanti di manoscritti, con burocrati sonnolenti, con qualche rettore coraggioso. Oggi il Fondo contiene documenti di molti dei più importanti autori contemporanei: da Luzi a Morselli, da Alfonso Gatto ad Arbasino, da Calvino alla Banti, da Montanelli a Carlo Levi, da Saba a Amelia Rosselli, da Manganell i a Meneghello, da Pizzuto a Volponi, da Parise a Malerba. Un patrimonio immenso e inestimabile che solo la passione di Maria Corti ha saputo raccogliere".

22 octubre, 2006 10:33  
Anonymous sergio vila-sanjuan dijo...

En realidad, querido José Antonio, sí hay un, aunque insuficiente, Fondo de conservación de temas editoriales. Es el fondo Bergnes de las Casas, dependiente de la Biblioteca de Catalunya, que durante años tuvo un espacio autónomo en Gran Via y hoy ha sido físicamente absorbido por la casa madre. Lo han utilizado entre otros Castellano para su historia de Espasa y Manuel Llanas para su historia de la edición en Catalunya. Podría y debería ser potenciado, pero es una base de la que se podría partir para crear una institución más potente.

25 octubre, 2006 13:38  
Blogger José Antonio Millán dijo...

Querido Sergio: muchas gracias por el dato. Es cierto que podría ser el embrión de algo más.

27 octubre, 2006 13:31  

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