Hipertexto y cognición
09 enero 2007 15:58
En la estupenda revista dedicada a sociedad y nuevas tecnologías First Monday (todo un ejemplo de material científico evaluado por pares y publicado en la red), nos llega sin embargo un mal artículo de Andy White sobre "Understanding hypertext cognition: Developing mental models to aid users’ comprehension".
El texto se centra en las influencias de los medios digitales no-lineales (es decir, el hipertexto), sobre la lectura y la pedagogía. El artículo comienza en la línea histórica de Vannebar Bush (que veía su dispositivo Memex como una máquina de seguir el pensamiento asociativo, más que el lineal), siguiendo por cantos a la descentralización y fragmentariedad de la lectura debidas al pensamiento crítico norteamericano, que bebe de Barthes y de Derrida.
En contraposición, el autor aporta investigaciones de finales de los años 90 que enfatizan primero la interactividad y el carácter colectivo de la lectura "tradicional" y la desorientación crada en ambientes hipertextuales.
Otro flanco es el trabajo desde los años 80 de autores como Walter Ong, que designaron el medio digital como una "oralidad secundaria"y de quienes enfatizaron en los 90 el "modelo mental" del conjunto que el lector hipertextual debía construirse.
Sigue una sección dedicada a advertir de los problemas de las bibliotecas digitales y de proyectos como el de Google (en una postura claramente contraria a ambas). Para terminar con quizás el meollo del artículo, una cita de la neurobióloga Susan Greenfield comparando la caótica situación en la Web con la lectura tradicional, en la que el autor le llevaba a uno "de la mano".
El hipertexto hoy en día ya no es el juguete que extasió a toda una generación de estudiosos americanos y europeos: ahora es una realidad utilizada por todos, y con una especial implicación en el campo de la enseñanza. Repetir los viejos tópicos académicos desde una toma de postura apriorística, sin aportar ninguna investigación realmente relevante sobre cómo y por qué y para qué los usuarios usan el hipertexto no ayuda a resolver los muchos interrogantes que están planteados.
El texto se centra en las influencias de los medios digitales no-lineales (es decir, el hipertexto), sobre la lectura y la pedagogía. El artículo comienza en la línea histórica de Vannebar Bush (que veía su dispositivo Memex como una máquina de seguir el pensamiento asociativo, más que el lineal), siguiendo por cantos a la descentralización y fragmentariedad de la lectura debidas al pensamiento crítico norteamericano, que bebe de Barthes y de Derrida.
En contraposición, el autor aporta investigaciones de finales de los años 90 que enfatizan primero la interactividad y el carácter colectivo de la lectura "tradicional" y la desorientación crada en ambientes hipertextuales.
Otro flanco es el trabajo desde los años 80 de autores como Walter Ong, que designaron el medio digital como una "oralidad secundaria"y de quienes enfatizaron en los 90 el "modelo mental" del conjunto que el lector hipertextual debía construirse.
Sigue una sección dedicada a advertir de los problemas de las bibliotecas digitales y de proyectos como el de Google (en una postura claramente contraria a ambas). Para terminar con quizás el meollo del artículo, una cita de la neurobióloga Susan Greenfield comparando la caótica situación en la Web con la lectura tradicional, en la que el autor le llevaba a uno "de la mano".
El hipertexto hoy en día ya no es el juguete que extasió a toda una generación de estudiosos americanos y europeos: ahora es una realidad utilizada por todos, y con una especial implicación en el campo de la enseñanza. Repetir los viejos tópicos académicos desde una toma de postura apriorística, sin aportar ninguna investigación realmente relevante sobre cómo y por qué y para qué los usuarios usan el hipertexto no ayuda a resolver los muchos interrogantes que están planteados.
Etiquetas: Bibliotecas digitales, Digitalización, Hipertexto, Lectura
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