La inveterada desidia de la librería española

03 diciembre 2007 08:15


Los domingos, desde algún punto del centro de Europa, emite para el universo el Semanario de literatura recreativa. Es un blog muy bien escrito que dirige una mirada a la actualidad desde el pasado.

Como en su última entrega, La inveterada desidia de la librería española, donde recuerda el testimonio de un viajero alemán a finales del XIX:
De cortesía y de celo empresarial rara vez se habla; ni el jefe ni su personal tienen, aparentemente, el más mínimo interés en vender nada; sólo a desgana se dignan satisfacer los deseos del cliente, a menos que se trate de un amigo de la casa. Por no tomarse la molestia de buscar un libro que no les queda al alcance de la mano —pero que, como luego se comprueba a menudo, está efectivamente disponible— prefiere decir el librero: "¡no lo tenemos!", o "ya no nos queda", de modo que a menudo tengo que subir yo mismo a la escalera y buscar personalmente lo que quiero. Jamás se le viene a las mientes la idea de pedir [al editor] un libro que uno ha buscado en vano en su establecimiento. Y si el cliente pregunta al librero si no podría pedir el tal libro, bien puede ocurrir que se niegue en redondo, o que aparentemente se avenga a ello, pero el pedido no se cursa, porque esto cuesta el esfuerzo de mandar una carta, y aprovecha poco.
Bueno, bueno... ¿Ha mejorado la cosa? No mucho, de creer el testimonio al tiempo irritado y jocoso del autor, que narra sus dificultades para hacerse enviar unos libros desde España. ¿El culpable?: alguna librería cuyo nombre vela, para destaparlo en hiperenlace. Libros que figuran en catálogo de venta por Internet, pero que no están en el establecimiento y deben pedirse a terceros, gastos de envío elevados..., todo lo cual se compara con el servicio recibido desde Alemania. Ah: que Correos no tenga una auténtica tarifa reducida para el envío de libros e impresos no es culpa de los libreros.

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9 Comentarios:

Anonymous Gorki dijo...

Fuera de contexto.
Te felicito por haber sabido llevar a buen puerto otra nueva "Millanturas", (Millän + literatura en pequeñas dosis) el "Cuasibolo". y encima pronto en coreano y en farsi. (Lo tuyo ya es rizar el rizo).

Dentro de contexto
Espero que la desidia de los libreros no llegue a ocultar un libro que tiene toda la pinta de ser un buen regalo de reyes, lo mismo para un niño, que para el "amigo invisible", que para uno mismo ¡Qué caramba!

¡¡¡ Felices Fiestas !!!

03 diciembre, 2007 13:02  
Blogger fanhunter dijo...

En España, las librerías no son gran cosa, por culpa del proteccionismo gubernamental que, al prohibir los descuentos, hace que de lo mismo comprar en un sitio que en otro, y no deban esforzarse por atender al cliente. En España, la solución para trabajar menos es protestar mas. Si se permitieram los descuentos de mas del 5% en libros, las librerías tendrían que competir con los grandes almacenes, ofreciendo un servicio personalizado y de calidad, solucionando dudas y conociendo bien el mercado... pero es mas fácil presionar para evitar la competencia. Peor para ellos.

03 diciembre, 2007 21:25  
Anonymous Anónimo dijo...

Nunca se me hubiera ocurido aplicar el término "desidia" a una libreria pero si, tienes toda la razón del mundo¡¡¡


ISABEL - LA OTRA

http://www.libros-literatura.com/inicio/

04 diciembre, 2007 11:29  
Anonymous Mauro dijo...

Bueno, bueno: hay librerías y librerías, buenas y malas. Para mí uno de los males de las librerías (y de otros negocios) es la ordenadoritis: llegas, pides un libro, y sin pensar se ponen a teclear (casi siempre mal) el nombre del autor, y me dicen que no está. A veces, lo he descubierto luego en la mesa de novedades!!!

04 diciembre, 2007 11:32  
Anonymous Anónimo dijo...

No creo que tenga que ver el precio fijo con el servicio en las librerías. Más bien pienso en escasa motivación + poco sueldo + mucho trabajo de los dependientes. Claro que la casua sería se lee poco + se vende poco = ganancias escasas, es decir un círculo vicioso.

04 diciembre, 2007 20:57  
Anonymous Anita dijo...

De todas formas me parece que de lo que se queja el autor del Semanario es del servicio de una librería online y ahí sí que tiene razón, y lo peor es que nos la jugamos todos, o es que queremos comprarle solo a Amazon?

05 diciembre, 2007 09:52  
Anonymous Anónimo dijo...

Soy librero. Acepto las críticas, pero tengo algunas cosas para decir...
En primer lugar, que una librería no tenga realmente en stock los libros que ofrece por internet es algo normal. Amazon comenzó así, ofreciendo libros on line que no existían en su depósito, es decir, vendía bajo pedido. A veces, es muy difícil, hace falta abrir cuentas, conseguir consignaciones, etc. Y el libro es un producto de nicho.
En segundo lugar, se critica que el librero recurre enseguida al ordenador. Personalmente, no hago eso, pero puedo asegurarles que hay clientes que, al mismo tiempo que me preguntan por el libro que buscan, posan sus ojillos con ansiedad en el monitor.
En tercer lugar, por lo general sé muy bien qué libros tengo y qué libros no tengo. Si me preguntan por un libro y no lo tengo y sé que no lo puedo conseguir (ya se porque está agotado o por otra razón), respondo eso, que no lo tengo y no lo puedo conseguir. Puedo equivocarme. ¿Cuál es el pecado? ¿No recurrir al ordenador? ¿No era un pecado precisamente recurrir enseguida al ordenador?
El librero también es una persona. Se harta, se cansa y se fastidia como cualquiera.

07 diciembre, 2007 14:56  
Anonymous Anónimo dijo...

No creo que tenga nada que ver con el precio único del libro. No estoy de acuerdo con el precio único que sólo favorecería a las grandes superficies y cualquiera que haya comprado allí sabe que la experiencia de comprar un libro en el Carrefour o en algún Corte Inglés, no en todos, es igual de satisfactoria que comprar un paquete de macarrones.

Visto que el precio no puede ser un elemento diferenciador, las otras variables que pueden dar ventaja son el catálogo, que ya ha dicho el librero que es un asunto complicado por la logística que implica, y el servicio. Y el personal que no sólo conoce su catálogo y el mercado al dedillo sino que además les gusta su trabajo por lo que suelen ser gente amable porque están contentos con lo que trabajan son un tesoro que hay que agradecer y ayudar a conservar siendo amables con él.

10 diciembre, 2007 08:11  
Anonymous Morfeo dijo...

Bueno: ¿por qué iba a ser el dependiente de la librería mas simpático, o estar mejor formado que el de la tienda de ropa, que no tiene ni p*** idea de dónde está nada, o el taxista que no sabe llevarte a un sitio normal? Estamos ante un déficit de servicios de calidad, en librería y en todo.

10 diciembre, 2007 09:01  

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