El taller del escritor

25 febrero 2008 09:48


A través de un artículo en Le Monde, "Le livre-univers 'métisse' les mots, les sons et la lumière" (El libro-universo 'mestiza' las palabras, los sonidos y la luz), que debo a la amabilidad de Jean-Yves, llego al sitio web del libro de Alain Damasio, La Horde du contrevent.

Esta novela pertenece al género de fantasía, recibió el Grand Prix de l'imaginaire 2006, y la aportación del sitio Web (y el objeto del artículo de Le Monde) es el conjunto de ilustraciones y composiciones musicales que ha generado la obra a su alrededor.

A mí particularmente estos añadidos que parecen querer acercar una obra literaria a una adaptación cinematográfica me parecen banales: el lector que haya leído una obra fantástica bien escrita y no haya escuchado en su interior resonar los cantos guerreros, y desplegarse a su alrededor paisajes nunca vistos, no merece el nombre de tal... Probablemente sean una buena herramienta promocional, sin embargo.

Pero lo que me ha llamado más la atención de la web es la sección titulada Atelier (Taller). En ella asistimos a las dudas del autor con un párrafo, a través de cuatro estadios de redacción, algunos de ellos desdoblados en un puñado de posibilidades (ilustración superior). La verdad, y aunque la muestra sea menor: me ha gustado la idea de poner brevemente en contacto al lector con algunas de las dudas y angustias y vacilaciones del autor.

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2 Comentarios:

Anonymous Gorki dijo...

Estoy de acuerdo contigo, la buen literatura no necesita apoyaturas gráficas y musicales.

No he querido ver el Señor de los Anillos, porque yo veinte años antes había hecho la película en mi cerebro y no quería destruirla con la película de otro.

Sin embargo no soy purista y creo que por ejemplo un comic,(si es bueno), tiene a misma calidad literaria que un texto.

De hecho,yo valoro que una publicacion tenga de vez en cuando una lámina. Por ejemplo el Quijote de Doré,me parece una magnifica edición del Quijote.

25 febrero, 2008 11:05  
Anonymous Virginia dijo...

Fíjate, a mí creo que no me gustaría demasiado conocer las dudas, angustias y vacilaciones de un autor mientras escribía ese libro que tanto me gustó...Creo que le quitaría magia a la lectura. Me gusta pensar que ese autor que me gusta tanto es un ser extraordinario y no tiene esa clase de problemas que nos afligen a los pobres mortales.

29 febrero, 2008 21:10  

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