De libros y webs
27 enero 2009 17:05
El New York Times presenta un reportaje de interés sobre las webs de promoción de los libros. Para un amplio conjunto de novedades (y al menos en Estados Unidos) parece que una web adjunta es una necesidad de márketing, tan importante como las giras o apariciones televisivas, y con frecuencia ligada a ellas.
¿Qué hay en estos sitios de libros? Pueden ser sitios de autor (como los que en España promueve la FNAC) o dedicados a una sola obra. Pueden contener también book trailers que, como indica el reportaje, oscilan entre ser algo malísimo, y el cuidado documental de siete minutos que acompañó al libro de Naomi Klein The Shock Doctrine. O pueden tener un poco de todo, como el sitio del libro del publicista Sloane Crosley (imagen).
Para producir estas webs y trailers ya están apareciendo compañías especializadas, porque esto de los libros parece ser algo muy particular.
Lo bueno del asunto es que nadie sabe a ciencia cierta qué influencia sobre la compra tiene la web de un autor o libro, aunque se cita un estudio de hace pocos meses según el cual el 8% de los compradores de libros habían visitado la web del autor.
Etiquetas: Lo que hay que hacer para vender...
2 Comentarios:
Hola, muchas felicidades por tu blog. Es uno de los que leo con mas frecuencia.
Lo que me llama la atención de este tema es que las editoriales norteamericanas dejan una parte tan importante de la promoción de sus libros en la web a los autores. De hecho Penguin preparó una Guía Penguin para Autores de Marketing en línea (que se puede encontrar aqui http://us.penguingroup.com/static/pdf/misc/penguin_authors_guide_to_online_marketing_summer_2008.pdf).
Si las editoriales realmente creen que los sitios web ayudan a vender los libros que publican, ellas deberían dedicar parte de su esfuerzo de promoción al diseño de sitios web atractivos y con mucha visibilidad en los buscadores.
@Rafael. Es interesante lo que planteas. Aquí, un par de reflexiones, aunque no respuestas.
En lo que respecta a la promoción del libro, hasta el futurólogo Mike Shatzkin (que acaba de organizar un gran show sobre el libro digital en Nueva York)sostiene que nada es comparable al espacio cerrado de una librería, donde el lector se encuentra rodeado de libros físicos que lo estimularán a la elección de uno o más.
Dicho esto, es una realidad que cada vez hay menos librerías y que la importancia de las llamadas redes sociales aumenta (o al menos estamos en su etapa de erupción aguda). De ahí que muchos prueben otros canales de promoción, que en ciertos casos parecen ineludibles: si estás no cambia nada y, si no estás, eres tonto.
¿Por qué encomendar las redes a los autores? Primero, porque ningún editor termina de creer demasiado en algo diferente a la gran pila de libros junto a la caja de la librería. Segundo, porque la teoría dominante sobre las redes sociales es que, al contrario de los emails, en ellas se desarrolla "una voz", que debe ser auténtica o será detectada por el visitante y, consecuentemente, abandonada por incompatibilidad: el en el reino de la autopromoción (YouTube, Facebook, etc.), la promoción institucional o empresaria están mal vistas. ¿Quién mejor para imprimir su propia "voz" a una estrategia promocional que el autor mismo? Y allí los jefes de márketing de las editoriales te dan por la cabeza con el libro de instrucciones: para que aprendas a ser auténtico, te siga mucha gente, se vendan más libros... y ellos te liquiden regalías a fin de año.
En fin, el escritor como deslucida estrella de rock.
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